
Neurocientíficos italianos han dado un importante paso en la enfermedad de Parkinson, al distinguir con un biomarcador en la piel a los pacientes de este mal de aquellas personas que tienen síntomas de parkinsonismo a causa de otros trastornos neurodegenerativos.
Esta diferenciación no es una cuestión baladí, ya que se va a traducir -como aseguran- en la identificación temprana y el diagnóstico diferencial del Parkinson entre los diversos subtipos de la enfermedad.
En el estudio experimental que aparece en Journal of Parkinson’s Disease, el equipo de neurocientíficos de la Universidad italiana de Bolonia, dirigidos por Maria Pia Giannoccaro, encontró que la presencia de depósitos neuronales del biomarcador alfa-sinucleína fosforilada (p-syn) en el cerebro y la piel de los pacientes con enfermedad de Parkinson los distingue de las personas con síntomas de este mal, debido a la acumulación de la proteína tau.
Como se recuerda en este trabajo, los principales síntomas parkinsonianos se comparten con otras sinucleinopatías, así como con el parkinsonismo atípico, incluida la parálisis supranuclear progresiva (PSP) y el síndrome corticobasal (CBS).
Todas ellas se deben a la acumulación de tau. A pesar de la superposición clínica con la enfermedad de Parkinson, la parálisis supranuclear progresiva se caracteriza por depósitos de tau de cuatro repeticiones, principalmente en los ganglios basales, tronco encefálico y cerebelo. El síndrome corticobasal tiene una neuropatología subyacente heterogénea, representada principalmente por tauopatías pero también por sinucleinopatías.
Maria Pia Giannoccaro señala que la investigación en el mal de Parkinson y en otros trastornos neurodegenerativos tiene como objetivo principal “encontrar tratamientos capaces de frenar e, idealmente, prevenir la acumulación de las proteínas patológicas responsables de los diferentes trastornos”.
Biomarcador de Parkinson en la piel
En su laboratorio, dirigido por el profesor Rocco Liguori, del Istituto delle Scienze Neurologiche de la Universidad de Bolonia, Giannoccaro ha invertido los últimos 10 años en la búsqueda de biomarcadores fiables de la enfermedad de Parkinson y trastornos relacionados con ella, “para lograr un diagnóstico preciso y temprano”, matiza.
“Esta investigación -añade- surgió del mismo esfuerzo. Nuestro objetivo era ver si podíamos distinguir la enfermedad de Parkinson de dos posibles imitadores, PSP y CBS, y explorar el potencial de usar este enfoque para respaldar el diagnóstico clínico”.
Entre mayo de 2014 y abril de 2017, este equipo de investigadores estudió a 26 pacientes con el mal de Parkinson, 18 pacientes con PSP y 8 con CBS, así como 26 personas sanas.
A todos se les realizó una biopsia de piel en pierna, muslo y cuello uterino para estudiar los depósitos de p-syn en los nervios de la piel. Descubrieron que todos, excepto dos de los pacientes con PSP/CBS, no tenían depósitos de p-syn en la piel, al igual que todos los individuos sanos. Por el contrario, todos los pacientes con Parkinson mostraron depósito de este biomarcador p-syn.
Recuerdan que les causó sorpresa descubrir que dos pacientes diagnosticados con PSP y CBS, respectivamente, tenían depósitos cutáneos de p-syn. Una posibilidad es que hayan sido mal diagnosticados, pero fue confirmado por hallazgos clínicos y de resonancia magnética.
Otra posibilidad es que algunos pacientes tengan una patología mixta con múltiples trastornos neurodegenerativos, que ocurren al mismo tiempo. Ambos pacientes tenían algunas características más típicas de la enfermedad de Parkinson que podrían sugerir una presentación de sinucleinopatía atípica.
Tratamientos distintos en Parkinson, PSP y CBS
“Hasta donde sabemos, este es el estudio más grande que compara in vivo el depósito periférico de alfa-sinucleína mal plegada en casos de EP y PSP/CBS”, subraya Maria Pia Giannoccaro.
En este sentido, detalla que han demostrado que “la presencia de depósitos de p-syn en la piel distingue con precisión a los pacientes con mal de Parkinson de aquellos con parkinsonismo atípico. La diferenciación temprana y el diagnóstico in vivo preciso son importantes para el manejo clínico adecuado, ya que el tratamiento y el pronóstico del mal de Parkinson, de PSP y de CBS son distintos”.
Aunque los resultados que han conseguido son esperanzadores, este grupo de científicos de la Universidad de Bolonia recomienda que se lleven a cabo trabajos con mayor número de pacientes.
Como es bien sabido, la enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo que afecta el movimiento, control muscular y el equilibrio. Es el segundo más común relacionado con la edad, que afecta aproximadamente al 3% de mayores de 65 años y hasta al 5% de los que han cumplido 85 años.