En 2050, habrá 843 millones de personas con dolor de espalda
En 2020, el dolor lumbar afectó a 619 millones de personas en todo el mundo, con una proyección de 843 millones de casos prevalentes para 2050. Foto: 8photo/Freepik

Desde la Universidad de Sidney (Australia) un equipo interdisciplinar alerta de que el dolor de espalda aumenta entre la población mundial y anuncia, tras analizar datos durante 30 años, que para 2050 habrá 843 millones de personas que se verán afectadas por él.

En The Lancet Rheumatology se difunde un studio, dirigido por la profesora Manuela Ferreira, que revela varios hitos. Desde 2017, la cantidad de casos de dolor lumbar ha aumentado a más de 500 millones de personas. En 2020, hubo aproximadamente 619 millones de casos.

Este equipo analizó estudios basados en la población de 1980 a 2019 identificados en una revisión sistemática, encuestas internacionales, datos de reclamaciones médicas de EE UU y contribuciones de conjuntos de datos de colaboradores para estimar la prevalencia y los años vividos con discapacidad para el dolor lumbar de 1990 a 2020, en un total de 204 países.

El dolor lumbar se definió como el dolor entre las 12 costillas de un lado y los pliegues de los glúteos que duraba un día o más; los datos de entrada utilizando definiciones alternativas se ajustaron en un análisis de metarregresión de red.

En el estudio se dice, entre otras cosas, que en 2020 el dolor lumbar afectó a 619 millones (intervalo de incertidumbre del 95 %, 554–694) de personas en todo el mundo, con una proyección de 843 millones (759–933) de casos prevalentes para 2050.

En 2020, la tasa global estandarizada por edad de años vividos con discapacidad fue 832 por 100.000 (578–1070). Entre 1990 y 2020, las tasas de prevalencia y los AVD estandarizados por edad disminuyeron un 10,4 % (10,9–10,0) y un 10,5 % (11,1–10,0), respectivamente. Un total de 38,8% (28,7–47,0) se atribuyeron a factores ocupacionales, tabaquismo y alto índice de masa corporal.

Más mujeres con dolor de espalda

“Necesitamos establecer un enfoque nacional y consistente para controlar el dolor lumbar que se base en la investigación”, destaca la profesora Ferreira.

De las conclusiones de este trabajo se desprende que, al menos, un tercio de la carga de discapacidad asociada con el dolor de espalda era atribuible a factores ocupacionales, tabaquismo y sobrepeso.

Una idea errónea generalizada es que el dolor lumbar afecta principalmente a adultos en edad laboral. Pero estos investigadores aseguran que su trabajo ha confirmado que el dolor lumbar es más común entre las personas mayores. Los casos también fueron más altos entre las mujeres en comparación con los hombres.

Estos son los datos disponibles más completos y actualizados que incluyen por primera vez proyecciones globales y la contribución de los factores de riesgo de GBD al dolor lumbar.

El trabajo fue posible gracias a la colaboración entre la Universidad de Sidney, el Instituto de Medición y Evaluación de la Salud (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (healthdata.org), los colaboradores internacionales de IHME y la Alianza Global para la Salud Musculoesquelética (gmusc.com). La financiación estuvo a cargo de la Fundación Bill y Melinda Gates.

La profesora Lyn March, miembro del equipo, explica que “la mayoría de los datos disponibles provienen de países de ingresos altos, lo que a veces dificulta la interpretación de estos resultados para países de ingresos bajos y medios. Necesitamos urgentemente más datos musculoesqueléticos y de dolor de espalda basados en la población de estos países”.

Alta prevalencia de afecciones musculoesqueléticas

Por su parte, el profesor Anthony Woolf, copresidente de la Alianza Global para la Salud Musculoesquelética, pide que se dé prioridad para abordar la creciente carga de las enfermedades musculoesqueléticas.

«Los sistemas de salud -puntualiza- deben responder a esta enorme y creciente carga de dolor lumbar, que afecta a personas en todo el mundo. Se necesita hacer mucho más para prevenirlo y garantizar el acceso oportuno a la atención, ya que existen formas efectivas de ayudar a las personas con dolor”.

Así las cosas, la profesora española Alarcos Cieza hace hincapié en que “los ministerios de Salud no pueden seguir ignorando la alta prevalencia de afecciones musculoesqueléticas, incluida la lumbalgia. Estas condiciones tienen importantes consecuencias sociales y económicas, especialmente considerando el costo de la atención. Ahora es el momento de aprender sobre estrategias efectivas para abordar la gran carga y actuar”.

Alarcos Cieza, nacida en Ciudad Real, es doctora y catedrática en Psicología y Salud Pública y, desde el año 2014, es la directora del Departamento de Visión, Audición, Discapacidad y Rehabilitación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Prevención del dolor de espalda

Cabe recordar que en 2018, otros especialistas expresaron sus preocupaciones en The Lancet y ofrecieron una serie de recomendaciones, especialmente en relación con el ejercicio y la educación, sobre la necesidad de un cambio en la política mundial sobre la mejor manera de prevenir y controlar el dolor lumbar.

Sin embargo, desde entonces, ha habido pocos cambios. Se ha descubierto que los tratamientos comunes recomendados tienen una eficacia desconocida o son ineficaces; esto incluye algunas cirugías y tratamiento con opioides.

El profesor Ferreira asegura que hay una falta de consistencia en la forma en que los profesionales de la salud manejan los casos de dolor de espalda y cómo el sistema de salud debe adaptarse.

«Puede sorprender a algunos -añade- que las pautas clínicas actuales para el tratamiento y manejo del dolor de espalda no ofrezcan recomendaciones específicas para las personas mayores».

En su opinión, las personas mayores “tienen antecedentes médicos más complejos y es más probable que se les receten medicamentos fuertes, incluidos los opioides para el control del dolor, en comparación con los adultos más jóvenes. Pero esto no es ideal y puede tener un impacto negativo en su función y calidad de vida, especialmente porque estos analgésicos pueden interferir con otros fármacos”.

Finalmente, la doctora Katie de Luca, de CQ University y miembro del equipo, asegura que si no se toman las medidas correctas, “el dolor lumbar puede convertirse en un precursor de afecciones crónicas de salud como diabetes, enfermedades cardiovasculares y de salud mental, procedimientos médicos invasivos así como discapacidad significativa.

 

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here