Francisco Zaragozá: “Tenemos que ser garantes de la formación integral del alumnado”
La profesora Lilian Azzopardi, presidenta de la European Association of Faculties of Fharmacy (EAFP), entregó este acreditado galardón internacional al profesor Francisco Zaragozá. Bergen, 2024

En la localidad noruega de Bergen, en el marco de un acto académico, la profesora Lilian Azzopardi, presidenta de la European Association of Faculties of Pharmacy (EAFP), entregó este acreditado galardón internacional al profesor Francisco Zaragozá (miembro del Comité Científico de esta publicación), elegido por las Conferencias de Decanos de los 45 países integrados en la EAFP, como el profesor que más conocimiento ha aportado a los avances de la profesión y al desarrollo de la docencia farmacéutica en Europa.

Hace unas semanas, en Biotech Magazine & News, hicimos hincapié en que pocas personas concitan, como es el caso del profesor Francisco Zaragozá, el cariño, la admiración y el respeto de un sector, como el sanitario, que aglutina áreas tan diversas como la investigación, la clínica y la tecnología biomédica.

Sobre la actividad profesional del profesor Zaragozá vinculada a Europa, hay que resaltar que, durante más de 15 años, estuvo vinculado al Comité Consultivo Farmacéutico Europeo, así como que el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades le designó para elaborar la nueva directiva comunitaria de Farmacia.

Autor de más de 120 artículos científicos publicados y más de 80 capítulos en textos de Farmacología, sus líneas de investigación han sido la Farmacología en productos naturales y mecanismos de antiagregantes plaquetarios por citrometría de flujo. Actualmente, es titular de tres cátedras de Investigación en la Universidad de Alcalá.

Por su interés, reproducimos a continuación el discurso íntegro que pronunció el profesor Zaragozá y en el que, entre otras cosas, subraya la importancia de actualizar la definición de farmacéutico, con un razonamiento elegante y exquisito.

Asimismo, enfatiza que los profesores universitarios “tenemos que ser garantes de la formación integral o universal del alumnado. No basta con que transmita adecuadamente los conocimientos en una clase, sino que debe transmitir seguridad en lo que manifiesta, acompañada de una actitud de respeto al alumno para pedir reciprocidad. Forma y fondo han de ir de la mano”.

Matizar, por último, que la directiva europea a la que alude en su discurso ya ha sido aprobada.

Discurso del profesor Zaragozá en Bergen

Francisco Zaragozá: “Tenemos que ser garantes de la formación integral del alumnado”
El profesor Francisco Zaragozá.
“Excelentísima Presidenta de la Asociación Europea de Facultades de Farmacia (EAFP), Profesora Lilian Azzopardi, excelentísimas Autoridades Académicas y Corporativas, Profesores, Señoras y Señores:

Me encuentro enormemente satisfecho por recibir esta alta distinción que me han otorgado, y que les agradezco enormemente. Pero, mi estado de ánimo va más allá, porque a mis años he de manifestar mis sentimientos sin cortapisas: estoy muy, muy contento por el privilegio con el que me han distinguido. Como comprenderán, después de 55 años de servicio ininterrumpido a la Universidad, me complace extraordinariamente recibir este galardón.

Antes de nada, deseo ampliar esta gratitud a mi familia. Gracias a mi mujer y a los siete hijos y 25 nietos que tenemos, formamos un conjunto feliz y unido.

Asimismo, agradezco vivamente la propuesta que hizo en su día la Conferencia de Decanos Española, eligiéndome como candidato al Premio.

Me van a permitir que, aprovechando este momento, dedique unas breves palabras, en primer lugar, a los estudios de Farmacia, transmitiéndoles algunas opiniones sobre la carrera que estudiamos en su día y seguimos haciendo.

Es, quizás, la carrera más bonita que existe y, aunque el ejercicio profesional del farmacéutico de oficina de farmacia es bien conocido y valorado por la sociedad, no ocurre lo mismo con la carrera en sí. Los profesores debemos comunicarlo, dando a conocer las posibilidades que brinda, así como el amor a nuestra profesión.

He tenido la fortuna de trabajar en lo que me gusta. En cuanto a la evolución del contenido, se ha intentado que guarde correlación con los requerimientos sociales y sus cambios, mediante la elaboración y armonización de las directivas comunitarias.

Pero estimo que la definición del farmacéutico como “experto en el medicamento y su entorno sanitario y asistencial” debe ser actualizada. Me explicaré: el medicamento, tanto desde el punto de vista de su descubrimiento e investigación, va dirigido a un paciente y, más concretamente, a curar, aliviar, prevenir o diagnosticar la enfermedad que sufre.

Nueva directiva comunitaria

En consecuencia, para obtener y manejar adecuadamente un medicamento, es necesario conocer la patología que padece el enfermo. No se trata de provocar un solapamiento profesional con los médicos, sino de saber hacia dónde dirigir nuestra investigación además de los correspondientes consejos farmacéuticos.

Por todo ello, a modo de anticipo, estimo que los cambios previstos en la nueva directiva comunitaria son necesarios. Patología, Biotecnología y Biofármacos en todas sus vertientes, aspectos sociales, etc. vendrán a enriquecer y actualizar los conocimientos farmacéuticos, lo que se traducirá en un claro beneficio para la sociedad.

Pero la Universidad no debe encerrarse en tu torre de marfil. Debe mantener contactos periódicos con la profesión a través de las Conferencias de Decanos, mediante encuentros planificados que resultan en un feed-back que, a modo de simbiosis, consiga los mejores frutos para la Universidad, la profesión, para los alumnos y, en definitiva, para la sociedad como decíamos antes.

Particularmente, les diré que he sido un hombre de suerte al ejercer como Vocal de Investigación y Docencia del Consejo General de Farmacéuticos de España. Entre otras cosas, entendí claramente, igual que en los claustros de la Universidad, la importancia de la liturgia en sus diferentes proyecciones.

La planificación de las reuniones, la capacidad de la transmisión de la palabra, el respeto a los colegas, la vivacidad y oportunidad en las intervenciones, la exposición pública con una vertebración adecuada para lograr los objetivos y, por supuesto, una virtud que, desgraciadamente, se va abandonando.

Me refiero a algo tan simple como guardar las formas, así como la adecuada compostura.

Es cierto que todo esto es más difícil llevarlo a cabo en la Universidad que en el seno de las corporaciones, tal vez por una cuestión de edad y experiencia. Pero los profesores universitarios tenemos que ser garantes de la formación integral o universal del alumnado. No basta con que transmita adecuadamente los conocimientos en una clase, sino que debe transmitir seguridad en lo que manifiesta, acompañada de una actitud de respeto al alumno para pedir reciprocidad. Forma y fondo han de ir de la mano.

Además, en el mundo tan competitivo en el que vivimos, no basta con valer, hay que parecerlo también.

Ejercicio del profesor universitario

No obstante, el ejercicio del profesor universitario tiene ciertas semejanzas con una montaña rusa. Todos recordamos las enormes preocupaciones de la preparación de los exámenes, que podían acarrear una depresión por el fracaso, o la infinita alegría de un éxito por una prueba bien realizada.

Y así continúa después la vida del profesor, con una carrera intensa, donde no está garantizado nada, donde hay luchas durísimas para conseguir una plaza en un entorno de fuerte competitividad, en el que los proyectos son difíciles de conseguir y en el que luego, en la clase, tenemos que ser actores de primera, con la diferencia de que una obra de teatro siempre es igual, mientras que el contenido de las materias ha de sufrir una actualización permanente.

El profesor debe explorar de modo continuado la ciencia que más le compete y, para ello, ha de vencer la inercia que todos tenemos y salir al exterior, asistiendo a conferencias, jornadas, congresos, etc. y, si es posible, de modo presencial.

Por otra parte, con los avances en la metodología docente, al impartir una clase no debe convertirse en un simple lector de diapositivas. Una cosa es una conferencia y otra, una clase diaria. Los conocimientos deben ser transmitidos directamente y de modo correcto, como he dicho antes, con un léxico adecuado, de modo que se ponga alma en las explicaciones en lugar de indiferencia.

Y tengo que resaltar con tristeza cómo, en el momento actual, los nuevos profesores van abandonando la calidad docente en favor de la investigación en serie para satisfacer los requisitos numéricos que son más valorados en las acreditaciones y concursos.

Una duda y un comentario

Volviendo a la planificación de la carrera de Farmacia, he de recordar los años vividos desde la constitución del Comité Consultivo para la Formación del Farmacéutico a finales de los años ochenta en la que, tras la promulgación de las Directivas 85/432 y 85/433, había que armonizar los contenidos de la carrera entre los 15 países que entonces formaban la Comunidad Económica Europea, como así se la llamaba.

Tuve el honor de formar parte de dicho Comité a lo largo de los 15 años que duró su funcionamiento. Incluso llegué a ser Presidente del mismo.

También formé parte de la Comisión para la creación de la Farmacopea Europea y de la elaboración de las primeras monografías, en Estrasburgo. Fueron reuniones muy fructíferas de las que salieron fortalezas, mayoritariamente, pero también tuvo alguna debilidad.

La directiva 2005/36 de reconocimiento de cualificaciones profesionales, en lo que afecta a Farmacia, actualizó las anteriores y consolidó la formación del farmacéutico y sus competencias profesionales, pero las 14 materias básicas las mantuvo, así como los cinco años completos de formación mínima. De aquí surge una duda y un comentario.

En cuanto a lo primero, con la inclusión de las nuevas materias previstas, ¿podrá impartirse todo en cinco años? ¿No habrá que prever una duración de seis años?

En cuanto al comentario, uno de los problemas que surgieron con las primeras directivas fue de traducción para los diferentes países. Es cierto que lo importante, desde el punto de vista científico, son los contenidos de las asignaturas pero, dado que la mayoría de los legisladores no son farmacéuticos, conviene ser cuidadoso con la traducción de los títulos de las materias para evitar problemas a posteriori.

Señora presidenta, distinguido auditorio, no quiero cansarles más con mis reflexiones. Únicamente quiero terminar esta breve intervención agradeciéndoles la oportunidad que me han brindado para dirigirles la palabra y, sobre todo, por la alta distinción que me han concedido. Para mí es un auténtico regalo, por lo que, de nuevo les digo: Muchas gracias”.

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