
El nuevo análisis de sangre que han desarrollado investigadores y clínicos de la Universidad de Duke (EE UU) puede detectar cómo progresa la osteoartritis en rodilla. Aseguran que con este biomarcador se podrá avanzar en el estudio de terapias que son muy necesarias para esta disfunción que afecta más a mujeres que a hombres.
La osteoartritis en rodilla es una de las principales causas de discapacidad que, solo en Estados Unidos, afecta al 10% de los hombres y al 13% de las mujeres, mayores de 60 años.
Como se recuerda en el estudio que aparece en Science Advances, la sangre es una muestra biológica fácilmente accesible “cuyo análisis de estos biomarcadores podría facilitar la identificación de individuos para la inscripción en ensayos clínicos y aquellos que más necesitan tratamiento”.

La curación de la osteoartritis -según estos científicos- sigue siendo un objetivo difícil de alcanzar y su manejo es, en gran parte, paliativo. Esto se debe, en su opinión, principalmente a dos obstáculos: la incapacidad para detectarla lo suficientemente temprano, antes de la aparición de signos irreversibles, y la incapacidad para identificar, de manera confiable, a las personas con alto riesgo de progresión.
Todo esto -añaden- da como resultado una alta tasa de error de tipo II, es decir, de ensayos de osteoartritis falsos negativos, “debido a la incapacidad de observar un efecto del tratamiento en un punto final estructural de la misma, como una rodilla con rayos X, que solo puede empeorar, pero no mejorar”.
Necesidad de biomarcadores de pronóstico
A tenor de lo expuesto, estos científicos insisten en que hay “una gran necesidad de identificar biomarcadores de osteoartritis, en particular biomarcadores de pronóstico, para facilitar los medios para identificar a las personas que probablemente tengan una progresión de la enfermedad durante el período de estudio y, por tanto, mejorar el éxito de los ensayos clínicos para hacer realidad el sueño de los medicamentos para su uso clínico”.
“Faltan terapias, pero es difícil desarrollar y probar nuevas porque no tenemos una buena manera de determinar los pacientes adecuados para ellas”, afirma Virginia Byers Kraus, profesora de Medicina, Patología y Cirugía Ortopédica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke.
Insiste en que, en un futuro inmediato, esta nueva prueba “ayudará a identificar a las personas con alto riesgo de enfermedad progresiva; aquellas que probablemente tengan dolor y empeoramiento del daño identificado en las radiografías, que deberían participar en ensayos clínicos. Entonces podremos saber si una terapia es beneficiosa”.
Kraus y su equipo aislaron más de una docena de moléculas en la sangre asociadas con la progresión de la osteoartritis. Con más perfeccionamiento, los investigadores redujeron el análisis de sangre a un conjunto de 15 marcadores que corresponden a 13 proteínas totales. Estos marcadores predijeron con precisión el 73% de progresos en 596 personas con osteoartritis de rodilla.
El nuevo conjunto de marcadores basados en la sangre también logró identificar el grupo de pacientes cuyas articulaciones muestran progresión en las exploraciones de rayos X, independientemente de los síntomas de dolor. “Además de ser más preciso, este nuevo biomarcador tiene la ventaja adicional de ser una prueba basada en sangre”, afirma la profesora Kraus.
La osteoartritis afecta más a rodillas, manos, cadera y columna
Según Mayo Clinic, la osteoartritis es la forma más común de artritis y afecta a millones de personas en todo el mundo. Se produce cuando el cartílago protector que amortigua los extremos de los huesos se desgasta con el tiempo.
Aunque la osteoartritis puede dañar cualquier articulación, el trastorno afecta más comúnmente a las articulaciones de las manos, las rodillas, las caderas y la columna vertebral.
Los síntomas generalmente se pueden controlar, aunque el daño a las articulaciones no se puede revertir. Mantenerse activo, mantener un peso saludable y recibir ciertos tratamientos pueden retrasar el avance de la enfermedad y ayudar a mejorar el dolor y la función de las articulaciones. Los síntomas de la artrosis con frecuencia se desarrollan con lentitud y empeoran con el tiempo. Los signos incluyen:
- Dolor. Las articulaciones afectadas pueden doler durante o después del movimiento.
- Rigidez. La rigidez en las articulaciones puede ser más notoria al despertar o después de estar inactivo.
- Sensibilidad. Es posible que la articulación esté sensible cuando se aplica un poco de presión sobre ella o cerca de ella.
- Pérdida de flexibilidad. Es posible que no se pueda mover la articulación en todo su rango de movimiento.
- Sensación chirriante. Se puede sentir una sensación chirriante al usar la articulación y oír chasquidos.
- Osteofitos. Estos pedazos adicionales de hueso se sienten como bultos duros y pueden formarse alrededor de la articulación afectada.
- Hinchazón. Esto puede producirse por la inflamación de los tejidos blandos alrededor de la articulación.