La mayor base de datos para comprender el fenómeno de los volcanes en Venus, un proceso planetario clave, ya está disponible libremente gracias a la impagable labor de dos investigadores estadounidenses de la Universidad de Washington en St. Louis.
«Este documento proporciona el mapa más completo de todos los edificios volcánicos en Venus jamás compilado«, explica el profesor Paul Byrne que, junto con Rebecca Hahn, han hecho posible este hito científico que ya está disponible en JGR Planets.
Han encontrado en Venus más volcanes que los que, previamente, se habían mapeado y, aunque se distribuyen prácticamente por todo el planeta, el análisis de distribución de frecuencia de tamaño revela una falta relativa de volcanes en el rango de 20 a 100 km de diámetro, lo que podría relacionarse con la disponibilidad de magma y la tasa de erupción.
A través del análisis de densidad espacial de volcanes junto con evaluaciones de conjuntos de datos geofísicos y estructuras tectónicas y volcánicas proximales, informan sobre los patrones morfológicos y espaciales del vulcanismo en Venus para ayudar a obtener nuevos conocimientos sobre la evolución geológica del planeta.
Byrne y Hahn utilizaron imágenes de radar de la misión Magellan de la NASA a Venus para catalogar los volcanes de ese planeta a escala global. Su base de datos resultante contiene 85.000 volcanes, aproximadamente el 99% de los cuales tienen menos de cinco km de diámetro.
Volcanes activos de Venus
La sonda Venus Radar Mapper estuvo enviando datos a la Tierra entre 1989 y 1994, hasta que se autodestruyó al entrar en contacto con la atmósfera venusiana.
“Desde la misión Magellan de la NASA en la década de 1990, hemos tenido numerosas preguntas importantes sobre la geología de Venus, incluidas sus características volcánicas. Pero con el reciente descubrimiento de vulcanismo activo en Venus, comprender exactamente dónde se concentran los volcanes en el planeta, cuántos hay, etc., se vuelve aún más importante, especialmente porque tendremos nuevos datos para Venus en los próximos años”, explica el profesor Byrne.
“Se nos ocurrió esta idea de armar un catálogo global porque nadie lo había hecho antes a esta escala”, reconoce Rebeca Hahn, primera autora del estudio. Reconoce que su trabajo fue laborioso, “pero tenía experiencia con el software ArcGIS, que es lo que usé para construir el mapa. Esa herramienta no estaba disponible cuando estos datos se conocieron por primera vez en los años noventa. Entonces la gente dibujaba manualmente círculos alrededor de los volcanes”.
“Esta nueva base de datos permitirá a los científicos pensar en dónde buscar más evidencia de actividad geológica reciente”, detalla Paul Byrne, del Centro McDonnell para las Ciencias Espaciales de la Universidad de Washington en St. Louis.
«Podemos hacerlo rastreando los datos de Magellan de décadas de antigüedad (como lo hizo el nuevo artículo de Science) o analizando datos futuros y comparándolos con los datos de Magellan”, destaca.
Futuras misiones espaciales
El nuevo estudio de Byrne y Hahn incluye análisis detallados de dónde están los volcanes y cómo se agrupan, además de comparar sus distribuciones espaciales con las propiedades geofísicas del planeta, como el grosor de la corteza. En conjunto, este trabajo proporciona la comprensión más completa de las propiedades volcánicas de Venus, y quizás del vulcanismo de cualquier planeta hasta el momento.
Si la cifra de 85.000 volcanes en Venus parece un número elevado, para Hahn es conservador ya que cree que hay centenares de miles de características geológicas adicionales que tienen algunas propiedades volcánicas en la superficie de Venus.
“Un volcán de un kilómetro de diámetro en los datos de Magellan tendría siete píxeles de ancho, lo cual es realmente difícil de ver”, reconoce Hahn.
Y es exactamente ese tipo de datos los que obtendrán las futuras misiones a Venus en la década de 2030. “La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) enviarán naves a Venus a principios de la década de 2030 para tomar imágenes de radar de alta resolución de su superficie. Con esas imágenes, los investigadores podrán buscar esos volcanes más pequeños”.
«Este es uno de los descubrimientos más emocionantes que hemos hecho, ¡con datos que tienen décadas de antigüedad! Pero todavía hay una gran cantidad de preguntas que tenemos sobre Venus que no podemos responder”, concluye Byrne.
La Tierra y su cercanía a Venus: cuestión de perspectiva
Según la NASA, nuestra cercanía a Venus es una cuestión de perspectiva. El planeta es casi tan grande como la Tierra: 12.104 kilómetros de ancho, frente a 12.756 kilómetros de la Tierra.
Desde la Tierra, Venus es el objeto más brillante del cielo nocturno después de nuestra propia Luna. Los antiguos, por tanto, le daban gran importancia en sus culturas, llegando incluso a pensar que se trataba de dos objetos: una estrella matutina y una estrella vespertina. Ahí es donde entra el truco de la perspectiva.
Debido a que la órbita de Venus está más cerca del Sol que la nuestra, los dos planetas, desde nuestro punto de vista, nunca se alejan mucho el uno del otro. Los antiguos egipcios y griegos vieron a Venus de dos formas: primero en una posición orbital (visto en la mañana), luego en otra (su Venus vespertino), simplemente en diferentes épocas del año.
En su punto más cercano a la Tierra, Venus está a unos 61 millones de kilómetros de distancia. Pero la mayor parte del tiempo los dos planetas están más separados; Mercurio, el planeta más interno, en realidad pasa más tiempo cerca de la Tierra que Venus.
Un truco más de perspectiva: cómo se ve Venus a través de binoculares o un telescopio. Observe durante muchos meses y notará que Venus tiene fases, al igual que nuestra Luna: llena, media, cuarto, etc. El ciclo completo, sin embargo, nuevo a completo, dura 584 días, mientras que nuestra Luna tarda solo un mes.
Y fue esta perspectiva, las fases de Venus observadas por primera vez por Galileo a través de su telescopio, la que proporcionó la prueba científica clave de la naturaleza heliocéntrica copernicana del Sistema Solar.