La luna Mimas de Saturno ocultaba un joven océano global de agua líquida
Imagen de la luna Mimas, delante de los anillos de Saturno. Foto: NASA/JPL/Space Science Institute

La luna Mimas, una de las más pequeñas de Saturno, esconde bajo su superficie helada un océano global de agua líquida. Esto es, en síntesis, el hallazgo que han hecho astrónomos y astrofísicos franceses y británicos, y que abre una nueva vía para estudiar los orígenes de la vida.

En Nature se difunde un estudio en el que, bajo la dirección de Valéry Lainey, del Instituto de Mecánica Celeste y de Cálculo de Efemérides en el Observatorio de París-PSL (IMCCE), se explica que este océano se formó hace sólo entre cinco y 15 millones de años.

En el resumen de este trabajo, los autores detallan que las lunas que potencialmente albergan un océano global tienden a convertirse en objetos relativamente comunes en el Sistema Solar.

La presencia de estos océanos globales de larga vida generalmente se revela por la modificación de la superficie debido a la dinámica interna. Por lo tanto -matizan-, Mimas sería el lugar más improbable para buscar la presencia de un océano global.

Aquí, a partir de un análisis detallado del movimiento orbital de Mimas basado en datos de la sonda de la Nasa Cassini, con un enfoque particular en la deriva del periapsis de Mimas, estos científicos demuestran que su capa helada repleta de cráteres esconde un océano global, a una profundidad de entre 20 y 30 kilómetros.

La amortiguación de la excentricidad implica que es probable que el océano tenga menos de 25 millones de años y aún esté evolucionando. “Nuestras simulaciones -subrayan- demuestran que la interfaz océano-hielo alcanzó una profundidad de menos de 30 kilómetros recientemente (hace menos de dos a tres millones de años), un lapso de tiempo demasiado corto para que aparecieran signos de actividad en la superficie de Mimas”.

Mimas y el estudio del origen de la vida

«Mimas es una luna pequeña, de sólo unos 400 kilómetros de diámetro, y su superficie llena de cráteres no dejaba entrever el océano oculto debajo«, reconoce Nick Cooper, coautor del estudio e investigador honorario de la Unidad de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Químicas, de la Universidad Queen Mary de Londres.

«Este descubrimiento añade a Mimas a un exclusivo club de lunas con océanos internos, incluidas Encelado y Europa, pero con una diferencia única: su océano es notablemente joven, se estima que sólo tiene entre cinco y 15 millones de años”, añade.

Esta temprana edad, determinada mediante un análisis detallado de las interacciones de marea de Mimas con Saturno, sugiere que el océano se formó recientemente, basándose en el descubrimiento de una irregularidad inesperada en su órbita. Como resultado, Mimas proporciona una ventana única a las primeras etapas de la formación de los océanos y al potencial para que surja vida.

Cooper dice también que “la existencia de un océano de agua líquida, recientemente formado, convierte a Mimas en un candidato ideal para el estudio de los que investigan el origen de la vida».

El descubrimiento fue posible gracias al análisis de datos de la nave espacial Cassini de la NASA, que estudió meticulosamente Saturno y sus lunas durante más de una década. Al examinar de cerca los cambios sutiles en la órbita de Mimas, los investigadores pudieron inferir la presencia de un océano oculto y estimar su tamaño y profundidad.

Por último, Cooper hace hincapié en que “ha sido un gran esfuerzo de equipo, con la participación de expertos de cinco instituciones diferentes de tres países que se unieron bajo el liderazgo de Valéry Lainey, para descubrir otra característica fascinante e inesperada del sistema de Saturno, utilizando datos de la misión Cassini”.

Joven océano de Mimas

El descubrimiento del joven océano de Mimas tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión del potencial de vida más allá de la Tierra. Sugiere que incluso las lunas pequeñas y aparentemente inactivas pueden albergar océanos ocultos capaces de sustentar condiciones esenciales para la vida.

Mimas es una de las 82 lunas de Saturno, la joya del Sistema Solar, como explican desde Jet Propulsion Laboratory (JPL), de la NASA, en California (EE UU).

Los científicos creen que Saturno se formó hace más de 4.000 millones de años, a partir de la misma nube gigante de gas y polvo que giraba alrededor de un Sol muy joven, y que formó la Tierra y los otros planetas de nuestro Sistema Solar. Sin embargo, Saturno es mucho más grande que la Tierra. Su masa es 95.18 veces la masa de nuestro planeta.

En otras palabras, necesitamos más de 95 planetas como el nuestro para igualar la masa de Saturno. El diámetro de Saturno es equivalente al de 9,5 Tierras. Con estas medidas, si Saturno tuviese el tamaño de una pelota de tenis, la tierra tendría la mitad del tamaño de un caramelo M&M. Saturno gira sobre su eje de la misma manera que lo hace nuestro planeta.

Sin embargo, su período de rotación (el tiempo que tarda en dar una vuelta completa sobre sí mismo) es de apenas 10,2 horas terrestres. Esto significa que un día de Saturno dura algo más de 10 horas.

Debido a que Saturno gira tan rápido y a que su interior se compone de gas y no de roca, tiene una forma levemente aplastada por arriba y por abajo. Saturno es un 10 % más ancho en su parte media que entre los polos.

De Galileo a la sonda Huygens

Saturno está mucho más lejos del Sol que la Tierra. De hecho, recibe 90 veces menos luz solar. El tiempo que Saturno tarda en dar una vuelta completa alrededor del Sol es de casi 29 años y medio. Al igual que Júpiter, Saturno es claramente visible a simple vista en el cielo nocturno. Por eso, este planeta se conoce desde hace miles de años. Los antiguos romanos le dieron el nombre de su dios de la agricultura.

No obstante, hasta 1610 no se vieron por primera vez los anillos de Saturno. El primero en verlos fue Galileo con uno de los primeros telescopios del mundo. Ese telescopio no era lo suficientemente potente para mostrar los anillos claramente, por lo que Galileo pensó que en realidad estaba mirando una especie de planeta triple. Más tarde, en 1655, el astrónomo holandés Christiaan Huygens miró a Saturno a través de un telescopio más potente y dedujo que el planeta estaba rodeado por un enorme anillo plano.

Aunque se ha estado observando y estudiando a Saturno durante miles de años -primero a simple vista y luego con telescopios y naves espaciales robotizadas-, en julio de 2004 la nave Cassini-Huygens llegó a Saturno. Este vehículo explorador no es una, sino dos naves espaciales. La sonda Huygens (nombrada por el astrónomo mencionado anteriormente) viajó junto con el vehículo Cassini hasta que este entró en órbita alrededor de Saturno.

En ese momento, la sonda Huygens se desprendió y se dirigió rumbo a Titán, la mayor luna de Saturno. Descendió en paracaídas a través de la atmósfera durante dos horas y media. Luego se posó sobre su superficie durante 60 minutos, hasta que dejó de funcionar.

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