
La coinfección del SARS-CoV-2 y el virus A de la gripe no altera la trayectoria ni la gravedad de este agente infeccioso, independientemente del momento. Pero si el huésped contrae primero el virus de la gripe A, la respuesta a esa infección puede suprimir significativamente el SARS-CoV-2, según la principal conclusión de un estudio que tiene como protagonistas a virólogos estadounidenses.
El estudio experimental dirigido por el profesor Benjamin R. tenOever, de la Universidad de Nueva York, que difunde Journal of Virology, editada por la Sociedad estadounidense de Microbiología, es un avance en esta área biomédica ya que estamos expuestos desde hace meses a la infección de estos dos virus.
“Dado que ambos infectan las vías respiratorias y pueden provocar una morbilidad y mortalidad significativas, es imperativo que también comprendamos las consecuencias de la coinfección”, señala este científico.
Varios estudios clínicos habían informado previamente sobre la coinfección de SARS-CoV-2 con otros virus. “En particular, la coinfección con el SARS-CoV-2 y el virus de la influenza A era común al principio de la pandemia de Covid-19, antes de utilizar las mascarillas y guardar el distanciamiento social”, dice el profesor tenOever.
Concretamente, estos investigadores encontraron que el virus A de la gripe interfiere con la replicación del SARS-CoV-2 en el pulmón y puede continuar haciéndolo incluso más de una semana después de su eliminación.
Estos datos sugieren la presencia de factores intrínsecos o inducidos por el virus A de la gripe, que pueden restringir el crecimiento del SARS-CoV-2, “pero no está claro si este efecto juega un papel en la gravedad de la enfermedad”, añade el científico.
Gripe A y SARS-CoV-2
Los experimentos se realizaron en líneas celulares, así como en un modelo de hámster sirio dorado, conocido en el argot científico como teddy bear. A los animales se les administraron los dos virus simultáneamente y se examinaron los días 1, 3, 5, 7 y 14 después de la infección.
“Este estudio podría usarse como ejemplo de cómo una respuesta inmune a algo no relacionado puede ofrecer protección contra el SARS-CoV-2”, según el profesor tenOever.
El equipo demostró que la coinfección no da como resultado un peor resultado de la enfermedad en un modelo animal. “Estos resultados sugieren que la coinfección con el SARS-CoV-2 y el virus A de la gripe no representa una amenaza inminente para la humanidad”, termina diciendo este científico.
Como explica el profesor tenOever, desde el control transcripcional básico hasta el empalme de genes, los virus han proporcionado una idea de la mecánica básica de toda la vida. Además, el estudio de los sistemas de defensa viral ofrece enzimas de restricción para cortar y diseñar ADN, ARN de interferencia (ARNi) para silenciar el ARNm, citocinas con propiedades inmunomoduladoras y, más recientemente, tecnología CRISPR, que ha permitido la edición de ADN con una precisión sin precedentes.
El equipo de este profesor de Microbiología utiliza hámsteres para estudiar la biología del SARS-CoV-2. Y los hámsteres han sido el principal modelo de animal pequeño para estudiar la enfermedad, debido al receptor llamado ACE2 que permite que el nuevo coronavirus infecte a las células.
El hámster codifica un ACE2 que se parece mucho al ACE2 humano, por lo que el virus esencialmente eligió la capacidad de infectar a los hámsteres por su evolución. Para el profesor tenOever, los hámsteres “siempre han sido increíblemente susceptibles a todas las variantes y muestran una enfermedad que se parece mucho a la Covid-19 en personas”.