Un modelo predictivo para detectar cáncer de endometrio, la neoplasia maligna ginecológica más común en Estados Unidos, se ha comprobado con éxito. Este avance se debe a investigadores y clínicos del Brigham and Women’s Hospital, la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y la Escuela de Salud Pública TH Chan, del mismo campus.
A pesar de la incidencia de este carcinoma en Estados Unidos, las pautas actuales no recomiendan su detección en personas que ya tienen un alto riesgo, como aquellas con síndrome de Lynch.
Sin embargo, este innovador estudio, que difunde Journal of the National Cancer Institute, detalla el modelo predictivo que puede traducirse en investigación y eventualmente en entornos clínicos para identificar a personas de alto riesgo que se beneficiarían de tal cribado.
Las estimaciones de riesgo relativo para los predictores se combinaron con las tasas de incidencia de cáncer de endometrio específicas de la edad y las estimaciones de la distribución de factores de riesgo subyacentes. Validaron externamente los modelos en tres cohortes: Estudio de Salud de Enfermeras (NHS), Estudio de Salud de Enfermeras II (NHS II) y el Ensayo de Detección de Cáncer de Próstata, Pulmón, Colorrectal y Ovario (PLCO).
Joy Shi, de la Escuela de Salud Pública TH Chan y primera autora de este trabajo, asegura que “dada la creciente incidencia y tasa de mortalidad del cáncer de endometrio, la detección de la población para identificar a las mujeres de alto riesgo es una atractiva estrategia de salud pública”.
Los únicos dos modelos de riesgo anteriores para el cáncer de endometrio se comprobaron en poblaciones de estudio mucho más selectivas y no incluyeron factores de riesgo como educación, antecedentes de diabetes, antecedentes de hipertensión o uso de terapia hormonal.
Factores genéticos
Según Shi, es también el primero en evaluar la utilidad de los factores genéticos en la predicción del riesgo de cáncer de endometrio. Así, empezaron usando datos de 19 estudios de casos y controles en los que participaron mujeres blancas posmenopáusicas de entre 45 y 85 años en el E2C2, para desarrollar su modelo.
Utilizaron la herramienta estadística LASSO para predecir qué mujeres tendrían un mayor riesgo de cáncer de endometrio en relación con otras en la cohorte. Luego, tradujeron estos riesgos relativos en una predicción de riesgo absoluto para determinar la probabilidad de que una mujer, dadas sus características, desarrolle este tipo de cáncer en los próximos 10 años.
Este análisis les exigió combinar estimaciones de los datos E2C2 con otros representativos a nivel nacional del Programa de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales (SEER) y la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES).
Posteriormente, el modelo se validó utilizando datos de 121.700 enfermeras registradas de entre 30 y 55 años en el Estudio de Salud de Enfermeras (NHS), 116.430 enfermeras registradas de entre 25 y 42 años del Estudio de Salud de Enfermeras II (NHS II), así como de un total de 78.232 mujeres, de 55 a 74 años, del PLCO.
Los científicos analizaron durante 10 años las tres cohortes de validación. Se utilizaron cuestionarios, actas de defunción e historias clínicas para confirmar el diagnóstico de cáncer de endometrio, por parte de patólogos y médicos.
Así las cosas, la profesora Immaculata De Vivo, del Brigham and Women’s Hospital y de la Facultad de Medicina de Harvard, puntualiza que “NHS, NHSII y PLCO son cohortes con conjuntos de datos excepcionalmente ricos, con datos sobre decenas de miles de participantes durante décadas de seguimiento”.
Riesgo de cáncer de endometrio
Específicamente, este equipo de investigadores emparejó 18 polimorfismos de nucleótido único (SNP) significativos en todo el genoma, identificados previamente para el cáncer de endometrio de 12 estudios de asociación de todo el genoma (GWAS), diferentes de varios resultados de enfermedades con la población del NHS.
Encontraron que, en promedio, el riesgo acumulativo de cáncer de endometrio para mujeres entre 45 y 85 años era de 5, 4 %, aunque el rango iba de un riesgo de 1,4 a 1,8 % para mujeres en el más bajo de riesgo a 13,7 a 15,01 % para mujeres en el más alto.
En este sentido, Shi matiza que descubrieron que los factores de riesgo epidemiológicos por sí solos, que podrían recopilarse de manera rápida, económica y fácil en entornos clínicos o de salud pública, “podían distinguir con precisión entre mujeres con alto y bajo riesgo de cáncer de endometrio«.
Cuando aplicaron el modelo de riesgo a una población estadounidense más reciente y representativa de mujeres blancas, identificó al 2,5 % de las mujeres con más del 20 % de riesgo acumulativo de cáncer de endometrio entre las edades de 40 a 85 años.
Aquellas en el percentil 97 de riesgo tenían un riesgo previsto de por vida comparable al de los pacientes de Lynch, a quienes se les recomienda una evaluación anual.
Estos hallazgos sugieren que la orientación clínica sobre la detección del cáncer de endometrio podría actualizarse. Sin embargo, dado que el 95 % de la cohorte de capacitación y entre el 93 y 95 % de las cohortes de validación consistieron en mujeres blancas, el modelo no genera ni valida estimaciones específicas de raza para mujeres no blancas.