
La conclusión principal del nuevo estudio protagonizado por científicos y clínicos de la Universidad de Boston, en Estados Unidos, no puede ser más clarificador: tener las cifras tensionales altas (hipertensión), además de riesgos cardiovasculares, es asumir la posibilidad de duplicar el riesgo de sufrir crisis de epilepsia.
En este trabajo que aparece en Epilepsia, en un total de 2.986 adultos con una edad promedio de 58 años, se identificaron 55 nuevos casos de epilepsia durante un seguimiento promedio de 19 años.
La hipertensión se relacionó con un riesgo casi dos veces mayor de epilepsia. Después de excluir a los participantes con presión arterial normal que tomaban medicamentos antihipertensivos, la hipertensión se relacionó con un riesgo 2,44 veces mayor de epilepsia.
La doctora Maria Stefanidou, de la Universidad de Boston y miembro de este equipo, señala que “nuestro estudio demuestra que la hipertensión, un factor de riesgo vascular común y modificable, es un predictor independiente de la epilepsia en la vejez. Aunque los estudios epidemiológicos solo pueden mostrar asociación y no causalidad, esta observación puede ayudar a identificar subgrupos de pacientes que se beneficiarán de un manejo agresivo y dirigido de la hipertensión y alentar la realización de estudios clínicos, que se centren en intervenciones tempranas para reducir la carga de la epilepsia a esa edad”.
Esta investigadora de origen griego es profesora de Neurología en la Facultad de Medicina del campus de Massachusetts. Actualmente trabaja en temas relacionados con la epilepsia y la hemorragia intracerebral.
Epilepsia y otros problemas relacionados con la hipertensión
Como es bien sabido, la presión arterial es la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre en el organismo. Hipertensión es el término que se utiliza para describir la presión arterial alta.
Si se deja sin tratamiento -como explica MedlinePlus-, la presión arterial puede conducir a diversos eventos, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal y problemas oculares, entre otros. Ahora, según el nuevo estudio de la Universidad de Boston, conocemos que se asocia también con la epilepsia.
Las lecturas de la presión arterial generalmente se dan con dos cifras que se miden en milímetros de mercurio. La superior es la presión arterial sistólica y la inferior, presión arterial diastólica. Ahora, el consenso internacional admite que una presión arterial normal es cuando es menor a 120/80 mm Hg la mayoría de las veces.
En la mayoría de las veces, la hipertensión se diagnostica cuando uno o ambos números son mayores de 130/80 mm Hg. Si el valor del número superior de la presión arterial está entre 120 y 130 mm Hg y el valor del número inferior es menor a 80 mm Hg, se denomina presión arterial elevada.
Son muchos los factores que pueden afectar a la presión arterial, entre ellos la cantidad de agua y de sal que se tiene en el cuerpo; el estado de los riñones, el sistema nervioso o los vasos sanguíneos, sin olvidar los niveles hormonales.
Cincuenta millones de personas con epilepsia
La epilepsia es un trastorno cerebral que hace que las personas tengan convulsiones recurrentes. Las convulsiones ocurren cuando los grupos de células nerviosas (neuronas) del cerebro envían señales erróneas. Esas personas pueden tener sensaciones, emociones o comportamientos fuera de lo habitual, como espasmos musculares violentos o perder el conocimiento.
La epilepsia tiene muchas causas posibles, que incluyen lesiones cerebrales y el desarrollo cerebral anormal. A pesar de eso, en muchos casos se desconoce la causa.
Los médicos usan estudios cerebrales y otras pruebas para diagnosticar este trastorno. Como señala MedlinePlus, es importante iniciar el tratamiento de inmediato. No existe una cura para la epilepsia, pero en la mayoría de los casos el tratamiento terapéutico puede controlar las convulsiones. Cuando los medicamentos no funcionan bien, la cirugía o los dispositivos implantados, como los estimuladores vagales, pueden ayudar. Asimismo, las dietas especiales pueden ayudar a ciertos niños que sufren ataques epilépticos.
La epilepsia es responsable de una proporción significativa de la carga mundial de morbilidad, ya que afecta a más de 50 millones de personas. La proporción estimada de la población general con epilepsia activa (es decir, ataques continuos o necesidad de tratamiento) en algún momento dado, oscila entre cuatro y 10 por mil personas.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se diagnostican anualmente unos cinco millones de casos de epilepsia en todo el mundo. En los países de altos ingresos, se cree que 49 de cada cien mil personas son diagnosticadas de epilepsia cada año. En los países de ingresos bajos y medianos, esa cifra puede ser de hasta 139 de cada cien mil personas.