El ruido del tráfico eleva la tensión arterial
Las personas con una alta exposición al ruido del tráfico y la contaminación del aire tienen un mayor riesgo de hipertensión, según un estudio. Foto: stefamerpik/Freepik

La simple exposición al ruido del tráfico eleva el riesgo de hipertensión. Esta es la conclusión más importante de un nuevo trabajo que han llevado a cabo cardiólogos de la Universidad de Pekín. Los motores de coches, camiones y motos, junto con el sonido de las bocinas y el aullido de las sirenas aumenta la presión arterial. Piden medidas de salud pública para reducir la exposición al ruido.

Estudios anteriores ya habían apuntado hacia esta conexión. Sin embargo, faltaba evidencia sólida y no estaba claro -dicen estos investigadores en su trabajo que publica Journal of the American College of Cardiology-, si el ruido o la contaminación del aire juegan un papel más importante.

El profesor Jing Huang, autor principal del estudio, reconoce que les sorprendió que la asociación entre el ruido del tráfico rodado y la hipertensión fuera sólida, “incluso después de ajustar la contaminación del aire”.

Los trabajos anteriores fueron transversales. En su opinión, esto significa que mostraron que el ruido del tráfico y la hipertensión estaban relacionados, pero no lograron demostrar una relación causal.

En este estudio prospectivo el equipo utilizó datos del Biobanco del Reino Unido. Los investigadores analizaron datos de más de 240.000 personas de 40 a 69 años de edad, que comenzaron sin hipertensión. Estimaron el ruido del tráfico rodado en función de la dirección residencial y Common Noise Assessment Method, una herramienta de modelado europea.

Usando datos de seguimiento durante una media de 8,1 años, observaron cuántas personas desarrollaron hipertensión. No solo descubrieron que aquellas que vivían cerca de una zona con tráfico rodado tenían más probabilidades de que les subiera la tensión arterial, sino que también encontraron que el riesgo aumentaba junto con la dosis de ruido.

Ruido del tráfico y contaminación del aire

Estas asociaciones se mantuvieron incluso cuando los investigadores ajustaron la exposición a partículas finas y dióxido de nitrógeno. Sin embargo, las personas con una alta exposición, tanto al ruido del tráfico como a la contaminación del aire, tenían el mayor riesgo de hipertensión, lo que demuestra que la contaminación del aire también juega un papel en su aparición.

“El ruido del tráfico rodado y la contaminación del aire relacionada con el tráfico coexisten a nuestro alrededor. Es esencial explorar los efectos independientes del ruido del tráfico rodado, en lugar del entorno total”, afirma el profesor Huang.

Pide a los políticos medidas legislativas que alivien los impactos adversos del ruido del tráfico rodado, como establecer pautas y cumplimientos más estrictos sobre el ruido, así como mejorar el asfalto de las carreteras y el diseño urbano, e invertir en tecnología para fabricar vehículos más silenciosos.

«Hasta la fecha, este es el primer estudio prospectivo de gran tamaño que aborda directamente el efecto del ruido del tráfico en la incidencia de hipertensión recién diagnosticada», puntualiza el doctor Jiandong Zhang, de la Universidad estadounidense de Carolina del Norte en Chapel Hill, y coautor de un editorial que aparece junto al estudio.

“Los datos demostrados en este artículo -asegura- proporcionan una mayor calidad de evidencia para justificar el potencial de modificar el ruido del tráfico rodado y la contaminación del aire, tanto a nivel individual como social para mejorar la salud cardiovascular”.

Como seguimiento, Huang asegura que se realizan estudios de campo para comprender mejor los mecanismos fisiopatológicos a través de los cuales el ruido de la carretera afecta a la hipertensión.

Una enfermedad que afecta a las arterias

Según Mayo Clinic, la presión arterial alta es una enfermedad común que afecta a las arterias del cuerpo. También se conoce como hipertensión. Cuando se tiene alta, la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es muy alta constantemente. El corazón debe trabajar más para bombear sangre.

La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mm Hg). En general, la hipertensión se corresponde con una lectura de la presión arterial de 130/80 mm Hg o superior.

El American College of Cardiology y la Asociación Americana del Corazón dividen la presión arterial en cuatro categorías generales. La ideal se clasifica como normal.

  • Presión arterial normal. La presión arterial es 120/80 mm Hg o inferior.
  • Presión arterial alta. El valor máximo se sitúa de 120 a 129 mm Hg y el valor mínimo está por debajo (no por encima) de 80 mm Hg.
  • Hipertensión de etapa 1. El valor máximo va de 130 a 139 mm Hg y el valor mínimo está entre 80 y 89 mm Hg.
  • Hipertensión de etapa 2. El valor máximo es de 140 mm Hg o superior y el valor mínimo es de 90 mm Hg o superior.

Cuando la presión arterial es superior a 180/120 mm Hg, se considera crisis hipertensiva y hay que acudir de inmediato al médico.

 

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