La electroencefalografía con electrodo seco, acoplada en un gorro, detecta la gravedad del ictus del paciente en la ambulancia, lo que permite que reciba el tratamiento adecuado más rápidamente. Los inventores de este dispositivo son tres sanitarios holandeses.
En el estudio que aparece en Neurology, el neurólogo Jonathan Coutinho, junto con el clínico Wouter Potters y el profesor de Radiología Henk Marquering, del Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam (Amsterdam UMC), explican los pormenores de su invento que probaron con un total de 311 pacientes entre agosto de 2020 y septiembre de 2022.
Vídeo: UMC Amsterdam
Como se dice en este trabajo, la trombectomía endovascular (TEV) es el tratamiento estándar para el accidente cerebrovascular por oclusión de grandes vasos anterior (accidente cerebrovascular LVO-a). El objetivo de este equipo fue evaluar la precisión diagnóstica de la electroencefalografía (EEG) con electrodo seco, “para la detección de accidente cerebrovascular LVO-a en el entorno prehospitalario”.
Entre el mes de agosto de 2020 y septiembre de 2022 se incluyeron 311 pacientes, con una media de edad de 74 años. La media de duración del EEG fue de 151 segundos.
El resultado de aplicar este ingenio fue el siguiente: 6 pacientes (3%) tuvieron un accidente cerebrovascular LVO-a; 109 (51%) un accidente cerebrovascular isquémico no LVO-a; 32 (15%) un ataque isquémico transitorio; 8 (4%) un ataque hemorrágico accidente cerebrovascular, y 57 pacientes (27%) un accidente cerebrovascular imitador.
Con estos datos, los científicos concluyen que “la electroencefalografía (EEG) con electrodo seco tiene potencial para detectar LVO-a en pacientes con sospecha de accidente cerebrovascular, en el ámbito prehospitalario”.
Prueba de ondas cerebrales
En cuanto a una posible implementación de esta prueba en la atención prehospitalaria del ictus, opinan que “es necesario mejorar la calidad de los datos del EEG”.
Esta prueba de ondas cerebrales -según sus inventores- demuestra si existe un accidente cerebrovascular isquémico y si el vaso sanguíneo cerebral bloqueado es grande o pequeño. Esta distinción determina el tratamiento: en caso de un accidente cerebrovascular isquémico pequeño, el paciente recibe un anticoagulante, y en caso de un accidente cerebrovascular isquémico grande, el coágulo de sangre debe eliminarse mecánicamente en un hospital especializado.
En caso de ictus, el tiempo es fundamental. “Cuanto antes iniciemos el tratamiento adecuado, mejores serán los resultados. Si el diagnóstico ya está claro en la ambulancia, se puede derivar al paciente directamente al hospital adecuado, lo que ahorra un tiempo valioso”, matizan.
Este gorro inteligente se probó en 12 ambulancias holandesas y se recogieron datos de casi un total de 311 pacientes. El estudio demuestra que este ingenio puede reconocer con gran precisión a pacientes con un gran accidente cerebrovascular isquémico.
Para convertir el límite de ondas cerebrales en un producto y llevarlo al mercado, en 2022 se fundó la empresa TrianecT, en la UMC de Ámsterdam. Actualmente se lleva a cabo el estudio de seguimiento AI-STROKE en el que se recopilan más mediciones para desarrollar un algoritmo para un mejor reconocimiento de un accidente cerebrovascular isquémico grande en ambulancia.
Un ictus sucede cuando se detiene el flujo de sangre a una parte del cerebro. Algunas veces, se denomina ataque cerebral.
Si el flujo sanguíneo se detiene durante pocos segundos, el cerebro no puede recibir nutrientes y oxígeno. Las células cerebrales pueden morir, lo que causa daño permanente, según MedlinePlus.
A propósito del ictus
Un accidente cerebrovascular se presenta cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe, causando un sangrado dentro de la cabeza. En cuanto a las causas de su aparición, principalmente, puede ser un accidente cerebrovascular isquémico o hemorrágico.
El isquémico ocurre cuando un vaso sanguíneo que irriga sangre al cerebro resulta bloqueado por un coágulo de sangre. Esto puede suceder de dos maneras: se puede formar un coágulo en una arteria ya muy estrecha. Entonces se denomina accidente cerebrovascular trombótico.
Asimismo, un coágulo se puede desprender de otro lugar de los vasos sanguíneos del cerebro, o de alguna parte en el cuerpo, y trasladarse hasta el cerebro. Esto se denomina embolia cerebral o accidente cerebrovascular embólico.
Los accidentes cerebrovasculares isquémicos también pueden suceder por una sustancia pegajosa llamada placa que puede taponar las arterias.
Por otra parte, un accidente cerebrovascular hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo de una parte del cerebro se debilita y se rompe. Esto provoca que la sangre se escape hacia el cerebro. Algunas personas tienen defectos en los vasos sanguíneos del cerebro que hacen que sea más probable.
Estos defectos pueden incluir: aneurisma (un área débil en la pared de un vaso sanguíneo que provoca que al vaso se le forme una protuberancia o una burbuja en la parte exterior); malformación arteriovenosa (MAV; una conexión anormal entre las arterias y venas) y angiopatía cerebral amiloide (ACA: una afección en la que las proteínas amiloides se acumulan en las paredes de las arterias del cerebro).
Los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos también pueden ocurrir cuando alguien toma anticoagulantes, como dabigatran, rivaroxaban, apixaban, edoxaban y warfarina (Coumadin) o tiene un trastorno hemorrágico. La presión arterial muy alta puede hacer que los vasos sanguíneos se revienten, ocasionando un accidente cerebrovascular hemorrágico.