Dr. Miguel Álvarez de Mon: Reacciones en Twitter ante cinco enfermedades

DR. MIGUEL ÁLVAREZ DE MON
Servicio de Psiquiatría del Hospital Infanta Leonor. Madrid

El Trastorno Depresivo Mayor (TDM) es la entidad clínica más relevante dentro de los trastornos depresivos incluidos en la DSM-V y una de las enfermedades psiquiátricas más comúnmente diagnosticadas.

La prevalencia anual de depresión mayor se sitúa en torno al 6%, variable según los países; y del 15-18% a lo largo de la vida, lo que supone que una quinta parte de la población sufrirá al menos un episodio en algún momento de su vida. En la actualidad, el trastorno depresivo supone una de las principales causas de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) a nivel mundial y la tercera o cuarta en los países con ingresos medianos y altos.

Además, se ha estimado que su impacto aumentará y supondrá la primera causa de AVAD a nivel mundial. Por tanto, la depresión es uno de los grandes retos de la medicina del siglo XXI.

La edad media de aparición del TDM tiene un primer pico en la segunda década de la vida y uno posterior en la quinta. Además, los periodos en los que se producen cambios vitales son considerados de riesgo, como por ejemplo la adolescencia o la vejez. El curso del TDM es variable, de modo que algunos pacientes apenas presentan remisiones, mientras que otros permanecen asintomáticos durante décadas.

La recuperación se inicia dentro de los tres primeros meses siguientes al comienzo del tratamiento en dos de cada cinco pacientes con TDM y, en el plazo de un año, en cuatro de cada cinco enfermos.

Depresión, un trastorno multifactorial

Durante muchos años, se ha distinguido entre depresión endógena y reactiva, atendiendo a la supuesta etiología del proceso. De esta forma, las endógenas tendrían un origen más biológico, mientras que las formas reactivas responderían a una causa exógena (el acontecimiento vital tendría un valor etiológico).

Avances en el Trastorno Depresivo Mayor
La prevalencia anual de depresión mayor se sitúa en torno al 6%, variable según los países; y del 15-18% a lo largo de la vida, lo que supone que una quinta parte de la población sufrirá al menos un episodio en algún momento de su vida. Foto: jcomp / Freepik

Sin embargo, en la actualidad se conoce que la depresión es un trastorno multifactorial, resultado de la interacción entre vulnerabilidad o predisposición (factores genéticos, experiencias vividas en edades tempranas, características de personalidad), factores precipitantes y la ineficacia de los factores de protección individual.

La depresión se ha asociado a alteraciones del sistema inmuno-inflamatorio, especialmente identificado por los niveles circulantes alterados de distintas citoquinas. Existen, además, hallazgos que indican la existencia de disfunción en las células de la respuesta inmunitaria innata y adaptativa. La causa de estas alteraciones inmunitarias no se ha establecido.

Diferentes factores se han implicado en su patogenia, como las anomalías en la regulación por los sistemas nervioso y endocrinológico que presentan estos enfermos. También se ha señalado que la microbiota intestinal puede desempeñar una fuente de estimulación inadecuada del sistema inmunitario.

Los monocitos son células claves en la respuesta innata defensiva del organismos frente a infecciones con marcada capacidad efectora y proinflamatoria. Se han implicado en la patogenia de enfermedades sistémicas y de localizadas en diferentes órganos y aparatos.

Monocitos en pacientes con Trastorno Depresivo Mayor

En nuestro estudio, publicado recientemente en Frontiers in Psychiatry, hemos analizado la distribución y funcionalidad de los monocitos en pacientes con TDM y en controles sanos con las mismas características sociodemográficas y distribución por edad y sexo, con el objetivo de avanzar en el conocimiento de los mecanismos patogénicos de la depresión y la selección de nuevas dianas terapéuticas.

Hemos observado que, en estos pacientes, el número de monocitos circulantes es normal pero, sin embargo, presentan una marcada redistribución de las subpoblaciones monocitarias, con un incremento significativo en la frecuencia de monocitos intermedios y una disminución significativa en la frecuencia de clásicos.

La expresión intracelular de citoquinas proinflamatorias como interleuquina (IL) 1, 6 y factor de necrosis tumoral (TNF) esta incrementada tanto en el total de monocitos como en las distintas subpoblaciones. Estas anomalía de la población monocitaria se asocia a alteraciones en los niveles circulantes de TNF e IL1.

Barrera intestinal, hallazgo inesperado

Para profundizar en la etiología de la disfunción proinflamatoria de los monocitos, investigamos el estado de la barrera intestinal y el paso de productos bacterianos. Encontramos que los biomarcadores séricos de alteración del epitelio intestinal (Proteina fijadora de ácidos grasos y Zonulina) están aumentados en todos los pacientes con TDM.

Asociado con este daño intestinal, observamos incremento de la translocación bacteriana en todos los enfermos por análisis de la proteína de unión con lipopolisacarido (LBP). Esta translocación bacteriana es especialmente elevada en un tercio de los pacientes que presentan mayor compromiso monocitario.

Estos hallazgos refuerzan la asociación del TDM con una disfunción inmunoinflamatoria sistémica y demuestran la afectación de los monocitos, células esenciales de la respuesta inmunitaria innata, y la participación patogénica del daño de la barrera intestinal y la microbiota intestinal.

Se intuyen nuevas perspectivas para la comprensión patogénica del Trastorno Depresivo Mayor y su manejo terapéutico.

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