La conclusión principal que acaba de exponer la doctora Emily Lau, del Hospital General de Massachusetts, en Boston, es que los supervivientes de enfermedad cardíaca (ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca o fibrilación auricular) pueden tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer en comparación con las personas sin enfermedad cardiovascular.
La ciudad de Filadelfia acoge, hasta el próximo día 18, las renombradas sesiones científicas de la American Heart Association, a las que acuden unos 12.000 médicos de diversas especialidades, la mayoría cardiólogos, así como investigadores de todo el mundo, entre ellos españoles. En ellas se hace un análisis sobre los avances en este campo.
En la novedosa investigación dirigida por la doctora Lau, las personas con más factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares también tenían un mayor riesgo de desarrollar cáncer, en comparación con aquellas con menor riesgo de enfermedad cardiovascular.
“Es un doble golpe -comenta la investigadora-. La enfermedad cardíaca y el cáncer son las dos causas principales de muerte en Estados Unidos. Ahora reconocemos que están íntimamente vinculados. Esto nos dice que, como médicos, deberíamos ser agresivos al tratar de reducir los factores de riesgo cardiovascular no solo para prevenir enfermedades del corazón, sino también para considerar el riesgo de cáncer al mismo tiempo”.
Utilizando datos del Framingham Heart Study, los investigadores evaluaron los datos de 12.712 participantes (edad promedio, 51) sin enfermedad cardiovascular o cáncer al comienzo del estudio. La Estimación de Riesgo de Enfermedades Cardiovasculares Ateroscleróticas (ASCVD), del Colegio Americano de Cardiología, y biomarcadores (sustancias liberadas en el torrente sanguíneo cuando el corazón está dañado) se utilizaron para medir el riesgo cardiovascular.
Enfermedad cardíaca y cáncer comparten los mismos factores de riesgo
La probabilidad de riesgo de ASCVD es una herramienta para ayudar a predecir el riesgo de una persona de desarrollar enfermedad cardíaca dentro de diez años.
Durante el período de estudio de casi 15 años, se registraron 1.670 casos de cáncer (19% gastrointestinal; 18% de mama; 16% de próstata; 11% de pulmón).
Los investigadores encontraron que:
- Los factores de riesgo cardiovascular, como la edad, el sexo, la presión arterial alta y el tabaquismo, se asociaron independientemente con el cáncer.
- Aquellos con un riesgo de ASCVD a 10 años de 20% o más, tenían tres veces más probabilidades de desarrollar cualquier tipo de cáncer que aquellos con riesgo de ASCVD a 10 años de 5% o menos.
- Las personas que padecieron enfermedades cardiovasculares (ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca o fibrilación auricular) durante el período de estudio, tuvieron un riesgo más de siete veces mayor de cáncer posterior en comparación con aquellos que no experimentaron ningún evento cardíaco.
- Del mismo modo, aquellos con niveles altos de BNP, un biomarcador frecuentemente elevado en la insuficiencia cardíaca, tenían más probabilidades de contraer cáncer durante el período de seguimiento de 15 años que los participantes con niveles bajos de BNP.
En opinión de la doctora Tochi M. Okwousa, vicepresidenta de la American Heart Association y profesora de Cardiología en la Universidad Rush, en Chicago, «este marcador cardíaco relacionado con el riesgo de insuficiencia cardíaca está asociado con el riesgo de cáncer en el futuro. Actualmente usamos BNP para determinar si una persona ha desarrollado insuficiencia cardíaca a partir de los medicamentos de quimioterapia utilizados para tratar el cáncer».
Próximo paso: identificar los mecanismos biológicos que impulsan el vínculo
«Este es el primer estudio que demuestra que un biomarcador BNP elevado al inicio está asociado con el riesgo futuro de cáncer«, afirma la doctora Okwousa.
Por su parte, la doctora Lau recuerda que tanto el cáncer como las enfermedades cardiovasculares comparten muchos de los mismos factores de riesgo, como el consumo de tabaco, la mala nutrición y la falta de actividad física. “El siguiente paso, será identificar los mecanismos biológicos que impulsan el vínculo entre la enfermedad cardiovascular y el cáncer«, concluye.
Si bien se trata de un estudio observacional, por lo que no prueba causa y efecto, sin embargo arroja luz sobre la conexión entre la enfermedad cardíaca y el cáncer.
Además, muchos de los mismos hábitos de estilo de vida que reducen el riesgo de enfermedad cardíaca también disminuyen el riesgo de algunos tipos de cáncer.
La American Heart Association recomienda una dieta saludable (más frutas y verduras, granos integrales y proteínas magras), mantenerse físicamente activo; evitar todos los productos de tabaco / nicotina y mantener un peso corporal saludable, así como niveles bajos de colesterol, glucosa y presión arterial.