¿Cómo procesan los perros los rostros humanos?
Un nuevo estudio sugiere que el sistema visual canino está organizado de manera diferente, de tal suerte que la red facial que se encuentra en los primates puede no extenderse a todos los mamíferos. Foto: wayhomestudio / freepik

La principal conclusión de un reciente trabajo publicado en Journal of Neuroscience, órgano oficial de la Society for Neuroscience, es que, aunque los perros miran fijamente a los ojos de las personas, es posible que sus cerebros no procesen los rostros de la misma manera a como lo hacen los cerebros humanos.

En otras palabras, Raúl Hernández-Pérez, de la Universidad Nacional de México, sugiere que el sistema visual canino está organizado de manera diferente, de tal suerte que la red facial que se encuentra en los primates puede no extenderse a todos los mamíferos.

Los rostros -señala en este estudio- constituyen una parte fundamental de la comunicación para los humanos y otros primates, porque tienen un estatus especial en su sistema visual.

Las áreas de la red facial, como el área fusiforme de la cara, se activan específicamente en las caras. Los canes también se preocupan por los rostros, pero es posible que no tengan áreas faciales para comparar la actividad cerebral de humanos y perros domésticos mientras veían videos breves de otros humanos y perros.

Los cerebros humanos mostraron preferencia por los rostros, lo que significa que algunas áreas visuales tenían una mayor actividad en respuesta a un rostro en comparación con la parte posterior de la cabeza.

Un subconjunto de estas regiones también mostró preferencia por especies, con una mayor actividad en respuesta a ver a un humano sobre un perro. Por el contrario, los cerebros de los perros solo mostraron preferencia de especie. Las áreas visuales tuvieron una mayor actividad en respuesta a ver a un perro que a un humano y no hubo diferencia de actividad entre ver una cara y la parte posterior de la cabeza.

No está claro cómo los cerebros de los perros procesan los rostros humanos

Vídeo: FamilyDogProject

Para llegar a estas conclusiones, el investigador Hernandez-Pérez utilizó una técnica de neuroimagen no invasiva utilizada para investigar la función del cerebro conocida por los científicos como resonancia magnética funcional (fMRI).

Este ingenio utiliza una señal de resonancia magnética para detectar cambios en el flujo de sangre que están acoplados a la activación neuronal, cuando se realiza una tarea específica.

Hace cuatro años, Hernandez-Pérez utilizó también la técnica de fMRI en un trabajo publicado en PLoS ONE en el que destacaba que, como los perros tienen una rica relación social con los humanos, un aspecto fundamental de ello es cómo “los perros prestan mucha atención a los rostros humanos para guiar su comportamiento, por ejemplo, reconociendo a su dueño y su estado emocional mediante señales visuales. Es bien sabido que los seres humanos tienen regiones cerebrales específicas para el procesamiento de otros rostros humanos, sin embargo, no está claro cómo los cerebros de los perros procesan los rostros humanos”.

Por esta razón, explican que su trabajo se centró en describir los correlatos cerebrales de la percepción de rostros humanos en perros utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI).

Corteza temporal, candidata para procesar rostros

Detallan que entrenaron a siete canes domésticos para que permanecieran despiertos, quietos y sin ataduras dentro de un escáner de resonancia magnética. “Usamos un paradigma de estimulación visual -añaden- con diseño de bloques para comparar la actividad provocada por rostros humanos con objetos cotidianos. La actividad cerebral relacionada con la percepción de rostros cambió significativamente en varias regiones del cerebro, pero principalmente en la corteza temporal bilateral”.

El contraste opuesto (es decir, objetos cotidianos frente a rostros humanos) no mostró cambios significativos en la actividad cerebral. La corteza temporal es parte de la vía visual ventral y “nuestros resultados son consistentes con informes en otras especies como primates y ovejas, que sugieren un alto grado de conservación evolutiva de esta vía para el procesamiento facial”.

Así las cosas, concluyen que su trabajo “presenta la corteza temporal como candidata para procesar rostros humanos, un pilar de la cognición social en los perros, y nuestros resultados son consistentes con informes en otras especies como primates y ovejas, que sugieren un alto grado de conservación evolutiva de esta vía para el procesamiento facial”.

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