![colesterol bueno cerebro Vinculan ‘colesterol bueno’ con prevención del Alzheimer](https://biotechmagazineandnews.com/wp-content/uploads/2022/04/colesterol-bueno-cerebro-696x464.jpg)
En las conclusiones del primer estudio que mide el número de partículas de lipoproteínas de alta densidad (HDL) -conocidas popularmente como colesterol bueno– en el líquido cefalorraquídeo, investigadores de California sugieren una conexión con la prevención de la enfermedad de Alzheimer.
Es bien sabido que el protocolo que manejan los clínicos para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas tiene como objetivo los niveles de colesterol en sangre; esto es, las lipoproteínas de baja densidad (LDL), conocidas como colesterol malo, y las lipoproteínas de alta intensidad (HDL) o colesterol bueno.
En un nuevo trabajo que aparece en Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association, neurocientíficos de Keck School of Medicine, en la University of Southern California (USC), sugieren que existe una conexión importante entre las partículas de colesterol bueno en el líquido cefalorraquídeo y la salud del cerebro.
Los investigadores tomaron muestras de líquido cefalorraquídeo de un grupo de personas mayores de 60 años y midieron la cantidad de pequeñas partículas de HDL en cada muestra. Así, descubrieron que una mayor cantidad de estas partículas en el líquido se asocia con dos indicadores clave de que las partículas podrían tener un efecto protector contra la enfermedad de Alzheimer.
Como explican en su trabajo, un indicador es un mejor desempeño en las pruebas cognitivas. El otro, son los niveles circulantes más altos en el líquido cefalorraquídeo de un péptido en particular, como una proteína, pero más pequeño, conocido como beta amiloide 42.
El profesor Hussein Yassine, autor principal de este trabajo, subraya que aunque ese péptido contribuye a la enfermedad de Alzheimer cuando se pliega mal y se acumula en las neuronas, una mayor concentración que circula por el cerebro y la columna vertebral en realidad se relaciona con un menor riesgo de contraer la enfermedad.
Tratamientos tempranos
Yassine hace hincapié en que su estudio “representa la primera vez que se cuentan las partículas pequeñas de HDL en el cerebro” y, en este sentido, matiza que “pueden estar involucrados en la eliminación de los péptidos que forman las placas amiloides que vemos en la enfermedad de Alzheimer, por lo que especulamos que estas pequeñas partículas de HDL podrían tener un papel en la prevención”.
El equipo de Keck reclutó a 180 voluntarios sanos con una edad promedio de 77 años y analizaron muestras de su plasma sanguíneo y líquido cefalorraquídeo. Con ayuda de la técnica movilidad de iones, desarrollada por el doctor Ronald Krauss, que trabaja en la Universidad de California en San Francisco y fue miembro del grupo, identificaron, contaron y midieron el tamaño de las partículas individuales de HDL. Un subconjunto de 141 participantes también completó una batería de pruebas cognitivas.
De estos últimos voluntarios, los que tenían niveles más altos de partículas pequeñas de HDL en su líquido cefalorraquídeo, se desenvolvieron mejor, independientemente de su edad, sexo, educación o si era portadores o no del gen APOE4, lo que los pone en mayor riesgo de enfermedad de Alzhéimer.
Esta correlación fue aún más fuerte entre los que no tenían deterioro cognitivo. Para estos científicos, la evidencia sugiere que estas partículas de HDL pueden ser clave para encontrar tratamientos que funcionen temprano en el proceso de la enfermedad, mucho antes de que ocurra el deterioro cognitivo.
Pequeñas partículas de ‘colesterol bueno’
De forma resumida, el profesor Yassine explica que lo que han encontrado es que antes del inicio del deterioro cognitivo, estos aceites, estas pequeñas partículas de HDL, lubrican el sistema y lo mantienen saludable. “Hay un tiempo para intervenir con ejercicio, fármacos o cualquier otra cosa para mantener sanas las células cerebrales -apunta el doctor-. Pero todavía necesitamos comprender los mecanismos que promueven la producción de estas partículas, para lograr medicamentos que aumenten las pequeñas lipoproteínas de alta densidad en el cerebro”.
Yassine y su equipo se vieron obligados a estudiar las partículas de HDL en el cerebro debido a las muchas formas en que mantienen este órgano sano. Ayudan a formar las vainas que le aíslan y las células nerviosas para que puedan comunicarse rápidamente entre sí, y desempeñan un papel en el crecimiento y la reparación de las neuronas. También parecen ayudar a prevenir la inflamación de la barrera entre el cerebro y el sistema sanguíneo, lo que puede provocar un deterioro cognitivo.
Pero, a diferencia de la mayoría de las partículas de HDL en la sangre, las del cerebro son más pequeñas y necesitan la apolipoproteína E (ApoE) para hacer todo ese trabajo. El factor de riesgo más fuerte para la enfermedad de Alzheimer, el gen APOE4, es una mutación o variante del gen APOE que codifica esa misma proteína.
Ahora Yassine y sus colaboradores utilizan microscopía electrónica, que puede capturar imágenes hasta el nivel molecular, para comprender mejor la estructura y función de ApoE en las partículas de colesterol bueno.
Como destaca el profesor, también es «interesante ver cómo los lípidos interactúan con la proteína amiloide o cómo los tratamientos más nuevos pueden centrarse no solo en amiloide o la tau, sino también en las grasas y la ApoE».