Con escasos meses de intervalo, numerosos investigadores y clínicos involucrados en la lucha contra la infección del nuevo coronavirus SARS-CoV2, que da lugar a Covid-19, contemplan con cierto rubor cómo intentan convencerlos de las bondades de los suplementos de vitamina D.
La unión de la bioinformática y las estadísticas han hecho posible que se vean nítidamente los resultados de un nuevo trabajo, publicado en PLoS ONE, por un equipo de científicos estadounidenses de la Universidad de Boston, dirigidos por el doctor Michael Holick, en colaboración con el doctor Harvey Kaufman, de la empresa Quest Diagnostics, con sede en New Jersey y que cotiza en Bolsa (NYSE: DGX).
Un dato a tener en cuenta sobre esta compañía es que, poco después de conocerse los resultados de este estudio observacional, las acciones subieron más de cuatro dólares. Ahora están a 118,15 dólares.
Aclarado este extremo, el estudio del profesor Holick utilizó un análisis observacional retrospectivo de pruebas no identificadas, realizadas en un laboratorio clínico, para determinar si los niveles circulantes de 2-hidroxivitamina D (25 (OH) D) están asociados con la positividad de SARS-CoV-2.
Se incluyeron un total de 191.779 pacientes (68% mujeres), con una media de edad de 54 años, con resultados de SARS-CoV-2 realizados desde mediados de marzo hasta mediados de junio de 2020 y se incluyeron resultados de 25 (OH) D coincidentes de los 12 meses anteriores.
La conclusión más relevante de este trabajo es que los suplementos de vitamina D reducen el riesgo de infección por coronavirus. En concreto, el 54% de tasa de positividad más alta se encontró en pacientes con déficit de esta sustancia.
Limitaciones en investigación sobre vitamina D y Covid-19
Entre sus resultados destaca que las tasas de positividad para SARS-CoV-2 fueron similares entre los 4.016 pacientes con valores de entre 55 a 59 ng/ml y los 8.305 pacientes con valores más altos. La tasa de positividad del SARS-CoV-2 fue menor en los 27.870 pacientes con valores de 25 (OH) D que estos investigadores consideran adecuados (entre 30 y 34 ng/ml), que en los 39.190 pacientes con déficit de esta sustancia (menos de 20 ng/ml).
De manera similar, según los resultados publicados, la tasa de positividad para SARS-CoV-2 fue menor en los 12.321 pacientes con valores de 25 (OH) D mayor o igual a 55 ng/ml que en los pacientes con valores adecuados.
Además, encontraron que las tasas de positividad del SARS-CoV-2 fueron más altas en los 9.529 pacientes de códigos postales donde predominantemente vive gente de color no hispanos y en los 26.242 pacientes de zonas predominantemente hispanas, que en los 112.281 pacientes de códigos postales predominantemente blancos no hispanos.
Por último, en comparación con los 67.667 pacientes mayores de 60 años, los 120.362 pacientes más jóvenes tuvieron una positividad significativamente mayor para SARS-CoV-2 y niveles medios más bajos de 25 (OH) D.
Estos científicos, dirigidos por el doctor Harvey Kaufman, destacan que las limitaciones de este estudio retrospectivo incluyen que las pruebas de SARS-CoV-2 se basaron en factores de selección, incluida la presencia y gravedad de los síntomas y la exposición a personas infectadas.
Otra limitación es que las estimaciones de raza/etnia se basaron en proporciones del censo de EE UU, por código postal. Y reconocen que “puede haber muchos otros factores, potencialmente confusos, que no se identificaron ni controlaron en este estudio”.
Dosis altas de suplementos de vitamina D no son beneficiosas
La otra cara de esta moneda es el estudio que, el pasado mes de mayo, dieron a conocer científicos de Europa, Estados Unidos y Gran Bretaña en BMJ Nutrition, Prevention and Health, en el sentido de que dosis altas de suplementos de vitamina D no tienen ningún beneficio actual para prevenir o tratar Covid-19.
Además, advierten de las consecuencias negativas que pueden tener para el organismo tomar en exceso esta sustancia.
Para la profesora Sue Lanham-New, directora del Departamento de Ciencias de la Nutrición de la Universidad británica de Surrey, y autora principal del estudio, “un nivel adecuado de vitamina D en el cuerpo es crucial para nuestra salud en general; muy poca cantidad puede provocar raquitismo o el desarrollo de osteoporosis, pero una cantidad excesiva puede provocar un aumento de los niveles de calcio en la sangre, lo que podría ser particularmente dañino”.
Al examinar estudios anteriores en este campo, los científicos no encontraron evidencia de vínculo entre suplementos en dosis altas de vitamina D para ayudar a prevenir o tratar con éxito Covid-19 y advirtieron contra la suplementación excesiva de la vitamina, sin supervisión médica, debido a riesgos para la salud.
Estos investigadores concluyen que las afirmaciones sobre el beneficio de la vitamina en el tratamiento del virus no se respaldan actualmente por estudios en humanos adecuados y se basan en hallazgos de estudios que no examinaron específicamente esta área.
Los científicos también examinaron las afirmaciones de vínculo entre los niveles de vitamina D y las infecciones del tracto respiratorio. Estudios previos en esta área han encontrado que un estado más bajo de vitamina D está asociado con infecciones agudas del tracto respiratorio, sin embargo, se identificaron limitaciones de los hallazgos de estos trabajos.
El desafío de conseguir más vitamina D
Los hallazgos de la mayoría de los estudios se basaron en datos recopilados de grupos de población en países en desarrollo y no pueden extrapolarse a poblaciones de países más desarrollados, debido a factores externos. Los científicos creen que, actualmente, no existe un vínculo firme entre la ingesta de vitamina D y la resistencia a las infecciones del tracto respiratorio.
En este equipo de científicos figuran también los profesores Carolyn Greig y Martin Hewison, de la Universidad británica de Birmingham. En opinión de la profesora Greig, “la mayor parte de nuestra vitamina D proviene de la exposición a la luz solar; sin embargo, para muchas personas, especialmente aquellas que se aíslan por sí mismas con acceso limitado a la luz solar durante la pandemia actual, obtener suficiente vitamina D puede ser un verdadero desafío”.
“Aunque existe alguna evidencia de que los niveles bajos de vitamina D se asocian con infecciones agudas del tracto respiratorio -añade-, actualmente no hay evidencia suficiente para la vitamina D como tratamiento para Covid-19 y se debe evitar la suplementación excesiva, ya que podría ser dañina”.
Por último, la profesora Judy Buttriss, directora general del British Nutrition Foundation y también coautora del estudio, recomienda “un suplemento de vitamina D de diez microgramos al día durante los meses de invierno (de octubre a marzo) y todo el año si su tiempo al aire libre es limitado”.
“Los niveles de vitamina en el cuerpo también se pueden complementar a través de una dieta nutricionalmente adecuada -insiste- que incluya alimentos que tengan esta vitamina, como pescado azul, carnes rojas, yema de huevo o cereales”. Y todo esto con una exposición segura a la luz solar para aumentar los niveles de vitamina D.
La vitamina del Sol
La vitamina D es una sustancia que se produce en la piel durante la exposición a la luz solar y ayuda a regular la cantidad de calcio y fosforo en el organismo, que son necesarios para mantener saludables los huesos, dientes y músculos.
Según los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta, en Estados Unidos, los músculos requieren de esta vitamina para el movimiento. Por ejemplo, los nervios la necesitan para transmitir mensajes entre el cerebro y cada parte del cuerpo, y el sistema inmunitario emplea la vitamina D para combatir los virus y bacterias que lo invaden. Junto con el calcio, la vitamina D ayuda a proteger a los adultos mayores contra la osteoporosis. La vitamina D se encuentra en las células de todo el cuerpo.
Los pescados grasos, como el salmón, el atún y la caballa se encuentran entre las mejores fuentes de vitamina D. Sin embargo, el hígado vacuno, el queso y la yema de huevo contienen cantidades menores.