Los cigarrillos electrónicos aromatizados afectan al cerebro de forma diferente
Los hallazgos de un nuevo estudio sugieren que, para los fumadores, los cigarrillos electrónicos sin sabor pueden imitar la experiencia típica de fumar más que los cigarrillos electrónicos con sabor. Foto: master1305/freepik

Como se publica en Experimental and Clinical Psychopharmacology, un equipo de científicos estadounidenses ha encontrado que los aerosoles de los cigarrillos electrónicos aromatizados con sabores como fresa y vainilla activan la región gustativa del cerebro. Por el contrario, el aerosol sin sabor activa la región de recompensa del cerebro, similar a lo observado durante el consumo de tabaco tradicional.

Andrea Hobkirk, profesora de Psiquiatría y Salud del Comportamiento de Penn State Cancer Institute y coordinadora del equipo, utilizó imágenes de resonancia magnética funcional (IRM) para comprender cómo reaccionan las áreas de recompensa del cerebro al aerosol del cigarrillo electrónico con y sin sabor.

Actualmente, cerca de 12 millones de estadounidenses son usuarios de cigarrillos electrónicos. “La gran mayoría -detalla Hobkirk- usa cigarrillos electrónicos con sabores mentolados y afrutados. Aunque las regulaciones que limitan la venta de cigarrillos electrónicos aromatizados pueden ayudar a frenar el uso entre los jóvenes, también pueden impedir que los adultos utilicen los cigarrillos electrónicos como ayuda para la reducción o el abandono del hábito de fumar. Estamos tratando de comprender cómo el sabor influye en la recompensa y satisfacción de los cigarrillos electrónicos para los fumadores y el riesgo de adicción a la nicotina para los no fumadores”.

Los cigarrillos electrónicos aromatizados activan la región gustativa del cerebro

Este equipo desarrolló por primera vez un dispositivo para administrar aerosoles de cigarrillos electrónicos durante la prueba del escaner cerebral. Luego utilizaron este ingenio para administrar a nueve mujeres fumadoras adultas aerosoles que contenían una dosis baja de nicotina. Un aerosol tenía sabor a fresa y vainilla y el otro carecía de sabor. Así compararon, entre aerosoles con sabor y sin sabor, la potencia de la activación cerebral y la participación de la región de recompensa.

“Para nuestro estudio, estábamos interesados en observar primero, en los fumadores, cómo el sabor podría afectar su respuesta a los cigarrillos electrónicos de nicotina”, subraya la profesora Hobkirk.

Para ello reclutaron fumadores que nunca antes habían utilizado cigarrillos electrónicos o que no eran usuarios habituales de ellos. “Nos interesaba averiguar -añade- si el sabor cambiaba o no la forma en que percibían o cómo respondía su cerebro a este uso de cigarrillos electrónicos”.

Los investigadores encontraron que el aerosol de fresa y vainilla activaba la región gustativa del cerebro. Por el contrario, el aerosol sin sabor activó la región de recompensa del cerebro, similar a las observaciones durante el consumo de cigarrillos.

También evaluaron patrones de actividad neuronal entre regiones del cerebro. Una conectividad más fuerte entre dos regiones del cerebro generalmente significa que estas regiones están trabajando juntas. Descubrieron que las regiones clave de recompensa del cerebro estaban fuertemente conectadas con aerosoles con sabor y pero no cuando eran sin sabor.

Los hallazgos sugieren que, para los fumadores, los cigarrillos electrónicos sin sabor pueden imitar la experiencia típica de fumar más que los cigarrillos electrónicos con sabor, concluye.

Estudio piloto

“Descubrimos -termina diciendo la profesora Hobkirk- que para los fumadores que nunca antes habían usado cigarrillos electrónicos, el sabor no hizo que la experiencia fuera más gratificante para ellos, al menos en términos de lo que vimos en el cerebro”.

“No hizo que la experiencia de respirar estos aerosoles se pareciera más a una experiencia de fumar. Por lo general, eso es lo que buscan los fumadores cuando intentan hacer la transición a un producto más saludable. Quieren algo que les ofrezca los mismos beneficios y sensaciones de su cigarrillo combustible regular, pero sin los efectos dañinos que vienen en las toxinas de un cigarrillo”, asegura.

A pesar de estos resultados, se trata de un estudio piloto, por lo que es necesario uno clínico con mas voluntarios para confirmar estos datos. Ahora, la profesora Hobkirk trabaja en el protocolo para aislar los efectos independientes de los aerosoles de cigarrillos electrónicos de diferentes sabores con y sin nicotina, para fumadores y no fumadores.

El equipo de la profesora Hobkirk, todos de Penn State College of Medicine, estuvo integrado por Kenneth Houser, Brianna Hoglen y Dahlia Mukherjee, del Departamento de Psiquiatría y Salud del Comportamiento; Jonathan Foulds, del Departamento de Psiquiatría y Salud del Comportamiento y Departamento de Ciencias de la Salud Pública; Zachary Bitzer, Candace Bordner, Jessica Yingst y Reema Goel, del Departamento de Ciencias de la Salud Pública; Alan Fendrich, Jianli Wang y Prasanna Karunanayaka, del Departamento de Radiología; John Richie, de Ciencias de la Salud Pública y Departamento de Farmacología; y Qing Yang, del Departamento de Neurocirugía, así como por Ryan Elias, del Departamento de Ciencias de los Alimentos, Facultad de Ciencias Agrícolas, también de Penn State.

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