
Por primera vez, la colaboración entre investigadores británicos de Cambridge y Warwik, con la Universidad china de Fudan, en Shangai, ha dado como fruto la localización en el cerebro de la adicción al alcohol.
En un estudio pionero publicado en Science Advances, estos investigadores creen que su descubrimiento podrá conducir a intervenciones más efectivas a la hora de abordar el consumo compulsivo e impulsivo de alcohol.
El origen físico de la adicción al alcohol la han localizado en una red del cerebro humano que regula nuestra respuesta al peligro. La corteza orbitofrontal medial (mOFC), en la parte frontal del cerebro, detecta una situación desagradable o de emergencia y luego envía esta información a la sustancia gris periacueductal dorsal (dPAG), en el núcleo del cerebro. Esta última área procesa si necesitamos escapar de la situación.
Según estos investigadores, dirigidos por los profesores Jianfeng Feng, de Warwik, y Trebor Robbins, de Cambridge, una persona tiene mayor riesgo de desarrollar trastornos por consumo de alcohol si esta vía de información se desequilibra cuando el alcohol inhibe el dPAG (área del cerebro que procesa situaciones adversas), por lo que el cerebro no puede responder a señales negativas o la necesidad de escapar del peligro, lo que lleva a una persona a sentir solo los beneficios de beber alcohol y no sus efectos secundarios dañinos.
La otra causa del consumo impulsivo de alcohol tiene que ver con que una persona con adicción generalmente también tendrá un dPAG sobreexcitado, lo que le hará sentir que se encuentra en una situación adversa o desagradable de la que desea escapar, por lo que recurrirá urgentemente al alcohol para hacerlo.
Factores que conducen al abuso del alcohol en adolescentes
El profesor Jianfeng Feng, que también dicta clases en la Universidad china de Fudan, recuerda cuando le invitaron a dar su opinión sobre un estudio anterior con roedores con el mismo propósito: localizar los posibles orígenes del abuso del alcohol.
“Es emocionante -señala- que podamos replicar estos modelos murinos en humanos y, por supuesto, dar un paso más para identificar un modelo de doble vía que vincula el abuso del alcohol con una tendencia a exhibir un comportamiento impulsivo”.
Por su parte, el profesor Trevor Robbins del Departamento de Psicología de la Universidad de Cambridge, subraya que “es notable que estos sistemas neuronales en el ratón, relacionados con la respuesta a la amenaza y el castigo, han demostrado ser relevantes para nuestra comprensión de los factores que conducen al abuso del alcohol en adolescentes”.
Desde el Instituto de Ciencia y Tecnología para la Inteligencia Inspirada en el Cerebro de la Universidad de Fudan, afiliado al King’s College of London, Tianye Jia, doctor en Genómica Computacional por la Universidad británica de Birmingham, detalla que “hemos descubierto que la misma regulación neural de arriba hacia abajo podría funcionar mal de dos formas completamente diferentes, pero conduciendo a un comportamiento similar de abuso de alcohol”.
Adicción al alcohol en el cerebro
Este equipo de investigación había notado que los modelos anteriores de roedores mostraban que las áreas del cerebro mPFC y dPAG podrían ser la base de los precursores de la dependencia del alcohol.
Como parte de su estudio, analizaron escáneres cerebrales de resonancia magnética del conjunto de datos IMAGEN: un grupo de 2.000 personas del Reino Unido, Alemania, Francia e Irlanda que participan en investigaciones científicas para avanzar en el conocimiento de cómo los factores biológicos, psicológicos y ambientales durante la adolescencia pueden influir en el desarrollo del cerebro y la salud mental.
Los participantes realizaron exploraciones de resonancia magnética funcional basadas en tareas y cuando no recibieron recompensas por ellas (lo que produjo sentimientos negativos de castigo), la regulación entre el mOFC y el dPAG se inhibió más en los que habían exhibido abuso de alcohol.
Del mismo modo, en un estado de reposo, los voluntarios que demostraron una vía de regulación más sobreexcitada entre el mOFC y el dPAG (lo que lleva a sentimientos de necesidad urgente de escapar de una situación), también tenían niveles altos de abuso de alcohol.
El trastorno por consumo de alcohol es una de las enfermedades mentales más comunes y graves. De acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud de 2018, más de tres millones de muertes anuales están relacionadas con el consumo de alcohol en todo el mundo y su consumo nocivo contribuye al 5,1% de la carga mundial de morbilidad.
De ahí la importancia de este trabajo multinacional, ya que entender cómo se forma la adicción al alcohol en el cerebro humano podría conducir a intervenciones más efectivas para abordar el problema global del abuso de esta sustancia.