Las estatinas matan de hambre a las células cancerosa
Las estatinas podrían ser valiosas para combatir algunas formas de cáncer, según un estudio. Foto: Freepik

Detractores y simpatizantes de las estatinas posiblemente vuelvan a discutir las conclusiones de este nuevo estudio, publicado en Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, en relación a su papel frente a las células cancerosas.

Solo en EE UU, más de 35 millones de personas toman diariamente estatinas para reducir sus niveles de colesterol en sangre. Ahora, en experimentos con células humanas en laboratorio, un equipo de investigadores de Johns Hopkins Medicine agrega evidencia de que el medicamento puede, además, matar las células cancerosas y desvelan cómo lo hace.

Los hallazgos, dicen los investigadores, mejoran la evidencia previa de que las estatinas podrían ser valiosas para combatir algunas formas de cáncer. En este punto hay que recordar que otros investigadores, de la misma institución, estudiaron cómo las estatinas son capaces de reducir el riesgo de cáncer de próstata agresivo.

Fue en mayo de 2005, en Orlando (Florida), en el transcurso de la 96 reunión anual de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (ASCO), cuando el equipo de la profesora Elizabeth Platz, de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins y del Centro de Cáncer Kimmel, daba a conocer los resultados de un estudio de 10 años de duración en el que participaron un total de 34.438 profesionales sanitarios, todos varones, incluidos dentistas y veterinarios.

En este estudio también participaron investigadores de Harvard. Descubrieron que cuanto más tiempo se toman medicamentos para reducir el colesterol, como las estatinas, es mucho menos probable que desarrollen cáncer de próstata avanzado.

Estatinas frente al cáncer de próstata

Aunque, anteriormente, estudios más pequeños habían relacionado el uso de estatinas con un menor riesgo de cáncer de próstata y otros tipos de tumores, como el de mama y el de colon, este fue el primero en vincular la reducción del riesgo con la etapa del cáncer de próstata.

Aún así, los investigadores advirtieron que los datos no eran lo suficientemente concluyentes como para justificar la prescripción de ese medicamento para reducir el riesgo de cáncer.

Ahora, Peter Devreotes, Isaac Morris y Lucille Hay subrayan que ha habido indicios epidemiológicos de que las personas que toman estatinas a largo plazo tienen cánceres cada vez menos agresivos y que las estatinas pueden matar las células cancerosas en laboratorio, “pero nuestra investigación -matizan- no fue diseñada inicialmente para investigar las posibles causas biológicas de estas observaciones”.

Devreotes y su equipo comenzaron el nuevo estudio con un examen imparcial de aproximadamente 2.500 medicamentos, aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), para ver cuáles tenían la mejor tasa de destrucción de células genéticamente modificadas para tener una mutación en un gen canceroso llamado PTEN.

Este gen codifica una proteína que suprime el crecimiento tumoral. Entre los miles de medicamentos, las estatinas y, en particular, la pitavastatina, surgieron como uno de los principales contendientes en la capacidad de matar el cáncer.

La mayoría de las otras drogas no tuvieron efecto o mataron las células normales y modificadas a la misma velocidad. Concentraciones iguales de pitavastatina causaron la muerte celular en casi todas las células modificadas, pero en muy pocas células normales.

GGPP, molécula clave en este proceso celular

Los científicos observaron las vías moleculares que las estatinas podrían afectar. Es bien sabido, por ejemplo, que las estatinas bloquean una enzima hepática que produce colesterol, pero el medicamento también bloquea la creación de una pequeña molécula llamada pirofosfato de geranilgeranilo (GGPP), responsable de conectar las proteínas celulares a las membranas celulares.

Cuando los investigadores agregaron pitavastatina y GGPP a las células cancerosas humanas con mutaciones PTEN, descubrieron que GGPP previno los efectos destructores de las estatinas y las células cancerosas sobrevivieron.

Estos resultados sugieren que la molécula pirofosfato de geranilgeranilo puede ser un ingrediente clave para la supervivencia de las células cancerosas.

Más tarde, Devreotes y su equipo vieron, con ayuda de microscopios electrónicos, que cuando las células comenzaron a morir, dejaron de moverse. En circunstancias normales, las células cancerosas son un conjunto de energía en movimiento, que consumen cantidades masivas de nutrientes para mantener su crecimiento sin control.

Mantienen este ritmo vertiginoso al crear protuberancias parecidas a la paja de su superficie para beber nutrientes del entorno.

“Sospechando que las células cancerosas que no se movían estaban literalmente muriéndose de hambre -según Devreotes-, medimos la ingesta de las células tratadas con estatinas agregando una etiqueta fluorescente a las proteínas en el entorno de las células”.

Las células humanas normales brillaban intensamente con la etiqueta fluorescente, lo que sugiere que estas células ingirieron proteínas de su entorno, independientemente de si los científicos agregaron estatinas a la mezcla de nutrientes y células.

Sin embargo, las células cancerosas humanas con mutaciones PTEN casi no tomaron proteínas brillantes después de que los científicos agregaron estatinas. La incapacidad de las células cancerosas tratadas con estatinas para producir las protuberancias necesarias para absorber proteínas conduce a su inanición.

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