En los perros, la raza no es sinónimo de comportamiento
Los resultados de esta investigación, que incluyó datos de 78 razas, identificaron 11 'loci' génicos fuertemente asociados con el comportamiento, aunque ninguno de ellos era específico de la raza. Foto: rawpixel/freepik

La raza de los perros no tiene valor para pronosticar el comportamiento de los animales. Esta es la principal conclusión de un estudio de investigadores de Estados Unidos, en el que llevaron a cabo un análisis génico de más de 2.000 perros y también recogieron las opiniones de unos 20.000 dueños de canes.

La última portada de Science, órgano oficial de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias (AAAS), llama la atención de cualquier lector por su creatividad. Está dedicada a este estudio que han llevado a cabo en la Universidad de Massachusetts, bajo la dirección de Kathleen Morrill. Junto a ella, ha trabajado Elinor Karlsson como la mayor especialista mundial en genética canina por los trabajos que lleva a cabo desde hace tiempo en el laboratorio de Bioinformática y Biología Integrativa.

Última portada de ‘Science’.

El estudio recoge los resultados de la encuesta realizada a 18.385 propietarios de perros y los de la secuencia del ácido desoxirribonucleico (ADN) de un total de 2.155 canes.

Como figura en este trabajo, la gran mayoría de los rasgos de comportamiento son hereditarios [heredabilidad ( h 2 ) > 25%], pero el comportamiento solo diferencia sutilmente a las razas. La raza ofrece poco valor predictivo para los individuos, explicando solo el 9% de la variación en el comportamiento.

Para rasgos más hereditarios, más diferenciados por raza, como la capacidad de oferta (capacidad de respuesta a la dirección y los comandos), conocer la ascendencia de la raza puede hacer que las predicciones de comportamiento sean un poco más precisas. Para los rasgos menos hereditarios, menos diferenciados por la raza, como el umbral agonístico (la facilidad con la que a un perro se le provoca por estímulos atemorizantes o incómodos), la raza casi no proporciona información.

El ejemplo de los ‘Border collie’ y ‘Labrador retriever’

Estos científicos de la Universidad de Massachusetts se centraron en perros de ascendencia de raza mixta para probar el efecto génico de la ascendencia de raza en el comportamiento y lo compararon con las respuestas de la encuesta de los dueños de perros de raza pura.

Para algunos rasgos, como la docilidad y la ascendencia del Border collie, confirmaron un efecto génico de la raza que se alinea con las respuestas de la encuesta. Para otros, como la sociabilidad humana y la ascendencia del Labrador retriever, no encontraron ningún efecto significativo.

Siempre según estos investigadores, a través de la asociación de todo el genoma encontraron 11 regiones que están significativamente asociadas con el comportamiento, incluyendo la frecuencia de aullidos y la sociabilidad humana, así como 136 regiones sugerentes.

A la izquierda, el labrador ‘Cannabis’. A la derecha, ‘Pita’, border collie.

Las regiones asociadas con los rasgos estéticos se diferencian inusualmente en las razas, de acuerdo con una historia de selección, pero las asociadas con el comportamiento no lo son, concluyen.

Finalmente, estos investigadores demostraron que las características de comportamiento atribuidas a las razas modernas son poligénicas, influenciadas por el medio ambiente, y se encuentran, con una prevalencia variable, en todas las razas.

Así las cosas, proponen que los comportamientos percibidos como característicos de las razas modernas se derivan de miles de años de adaptación poligénica anterior a la formación de razas, con razas modernas que se distinguen principalmente por rasgos estéticos.

Al abarcar toda la diversidad de perros, incluidos los de pura raza, los mestizos, los de trabajo criados con un propósito y los perros de aldea, “podemos realizar completamente el potencial reconocido de los perros como modelo natural para el descubrimiento genético”, dicen finalmente.

Perros de raza moderna

A pesar de ser uno de los animales de compañía más antiguos de los humanos, casi todas las razas de perros modernas se inventaron hace solo unos 200 años. Como se recuerda en este trabajo, antes de este tiempo, que comenzó hace más de 2.000 años, los perros se seleccionaban principalmente por los rasgos centrales de sus roles funcionales, como la caza, la vigilancia o el pastoreo.

No fue hasta 1800 cuando se empezaron a seleccionar perros por sus rasgos físicos y estéticos que definen a la raza. Actualmente, a la mayoría de las razas de perros modernas se les atribuyen temperamentos característicos asociados con su función ancestral.

Como tal, se supone que la ascendencia racial de los perros individuales predice el temperamento y el comportamiento. Esto ha llevado, entre otros resultados, a una variedad de leyes específicas de razas, que pueden incluir restricciones de seguros o la prohibición total de poseer algunas razas de perros.

A pesar de estas suposiciones generalizadas, existe una gran falta de investigación genética que ilustre un vínculo entre la raza y el comportamiento. Para abordar esta cuestión, Kathleen Morrill y su equipo utilizó estudios de asociación de todo el genoma para buscar variaciones genéticas comunes que pudieran predecir rasgos de comportamiento específicos en 2.155 perros de raza pura y mixta.

Combinaron estos datos con las 18.385 encuestas de propietarios de mascotas de Darwin’s Ark, una base de datos de código abierto de rasgos y comportamientos caninos informados por los propietarios. Los datos de comportamiento se analizaron en las razas informadas por los propietarios y los ancestros de raza detectados genéticamente.

Los resultados de estas pruebas, que incluyeron datos de 78 razas, identificaron 11 loci génicos fuertemente asociados con el comportamiento, aunque ninguno de ellos era específico de la raza.

La raza solo explica el 9% de la variación del comportamiento en perros

Según estos hallazgos, la raza solo explica el 9% de la variación de comportamiento en perros individuales; para ciertos rasgos de comportamiento y elementos de la encuesta, la edad o el sexo del perro fueron los mejores predictores del comportamiento.

Los investigadores no pudieron encontrar comportamientos que fueran exclusivos de ninguna raza. “La mayoría de los comportamientos que consideramos características de razas de perros modernas específicas probablemente se debieron a miles de años de evolución del lobo al canino salvaje, al perro domesticado y, finalmente, a las razas modernas”, opina Elinor Karlsson en un artículo relacionado. «Estos rasgos hereditarios son anteriores a nuestro concepto de las razas de perros modernas durante miles de años», añade.

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