CAR-T y calidad de vida
Los pacientes adultos con linfoma, cuya enfermedad se trató eficazmente con terapia con células T del receptor de antígeno quimérico (CAR-T), reconocen que tuvieron una mejoría muy significativa en su calidad de vida. Foto: Pressfoto / Freepik

En las conclusiones de un estudio publicado hoy en Blood Advances, los pacientes adultos con linfoma, cuya enfermedad se trató eficazmente con terapia con células T del receptor de antígeno quimérico (CAR-T), reconocen que tuvieron una mejoría muy significativa en su calidad de vida y, por tanto, en sus relaciones sociales.

Para el doctor Richard Maziarz, de la Universidad estadounidense de Oregón y autor de este trabajo financiado por Novartis, el estudio ofrece evidencia de que CAR-T puede no solo extender la supervivencia de los pacientes con cáncer, sino también mejorar su calidad de vida después del tratamiento.

Antes de que se pudiera administrar la terapia CAR-T y otras formas de inmunoterapia celular, los pacientes con linfoma difuso de células B grandes (DLBCL) tenían opciones de tratamiento limitadas.

Las terapias CAR-T, que se desarrollan reuniendo las propias células T de un paciente, diseñándolas para atacar proteínas específicas de la superficie de las células cancerosas y reintroduciendo las células modificadas en su sistema inmunitario para matar las células cancerosas, son prometedoras para estos pacientes, demostrando remisiones clínicas sostenidas y mejores tasas de supervivencia.

Mejora continua de la calidad de vida tras tratamiento con CAR-T

Con el objetivo de identificar beneficios adicionales para el paciente de CAR-T, los investigadores del estudio que ahora comentamos evaluaron la calidad de vida en pacientes adultos con DLBCL en recaída / refractario sometidos a tratamiento con una terapia CAR-T llamada tisagenlecleucel.

Se pidió a los pacientes que informaran sobre su calidad de vida utilizando dos herramientas: una evaluó el bienestar físico, social, emocional y funcional, así como los síntomas relacionados con la enfermedad y el tratamiento, mientras que la otra obtuvo respuestas relacionadas con la función física y social, percepción de salud y salud mental.

Los datos se recogieron antes del tratamiento y, luego nuevamente, en los meses 3, 6, 12 y 18 después del tratamiento, salvo en aquellos pacientes que interrumpieron su participación en el estudio o su enfermedad progresó.

Así, de un total de 108 pacientes evaluados, 57 lograron una respuesta completa o parcial al tratamiento con tisagenlecleucel. Las puntuaciones iniciales en los resultados de calidad de vida informados fueron similares entre la población total de pacientes y los que respondieron a la terapia, pero los receptivos demostraron con el tiempo una mejora continua en las medidas de calidad de vida.

El doctor Maziarz explica que “muchos pacientes con este nivel avanzado de enfermedad se deprimen y se retiran pero, en este caso, pacientes reconocieron tener un mejor estado funcional, capacidades físicas y la posibilidad de interactuar con otras personas”.

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