Hallan evidencias sobre el origen animal de la variante ómicron
Fang Li y su equipo, al analizar los resultados de un pormenorizado análisis de biología estructural, identificaron varias mutaciones en la proteína de punta ómicron, que -según detallan- se adaptaron de manera única al receptor de ratón y fueron incompatibles con el receptor humano. Foto: Tibor Janosi Mozes

Científicos de EE UU han revelado una serie de mutaciones específicas de ratón en la variante ómicron del nuevo coronavirus. El seguimiento del reservorio animal del SARS-CoV-2 y sus variantes es de gran importancia para comprender la pandemia de Covid-19 y prevenir otras en un futuro próximo.

Como señalan en su trabajo experimental que aparece en Proceedings of the National Academy of Sciences, las especulaciones sobre el origen de la variante ómicron son abundantes, pero la evidencia experimental ha sido escasa.

En opinión del profesor Fang Li, codirector de este estudio, que dicta clases en la Universidad de Minnesota, en Minneapolis, y es el director del Centro de Investigación del Coronavirus, las interacciones entre el dominio de unión al receptor (RBD) de las proteínas de punta de coronavirus y su receptor huésped se encuentran entre los mejores sistemas para comprender la evolución del SARS-CoV-2.

Cabe recordar que este campus estadounidense fue referente en investigaciones sobre el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida, en la década de los años noventa, principalmente, del siglo pasado.

Los éxitos se debieron, en gran parte, al doctor Alejo Erice Calvo-Sotelo, cuando trabajaba allí con el virólogo Henry Balfour en su laboratorio especializado en enfermedades oportunistas en pacientes seropositivos. (El doctor Calvo-Sotelo, un referente mundial en enfermedades infecciosas, es actualmente jefe del Departamento de Medicina Interna en el hospital Asepeyo, en Madrid).

Los hallazgos difundidos ahora sobre el nuevo coronavirus sugieren que la variante ómicron pudo transmitirse de una especie animal a las personas.

Rastros evolutivos de la variante ómicron

Es bien sabido que un paso esencial en la infección por coronavirus ocurre cuando la proteína espiga se une al receptor del huésped. Después de establecer infecciones consistentes en él, la proteína de punta se adapta al receptor.

Fang Li y su equipo, al analizar los resultados de un pormenorizado análisis de biología estructural, identificaron varias mutaciones en la proteína de punta ómicron, que -según detallan- se adaptaron de manera única al receptor de ratón y fueron incompatibles con el receptor humano.

Esto sugiere que la variante ómicron podría no haberse originado directamente en los humanos y, en cambio, sí haberse transmitido de otras especies animales a las personas. “Estas mutaciones de ómicron son rastros evolutivos que deja el virus durante su transmisión de una especie animal a otra”, explica Li.

Abundando en este punto, estos científicos opinan que el SARS-CoV-2, que causa Covid-19, tiene la capacidad de infectar a numerosas especies animales, que es una de las principales razones por las que siguen surgiendo variantes. Estos hallazgos también sugieren que la vigilancia epidémica de roedores puede ser importante para evitar que surjan nuevas variantes del nuevo coronavirus en el futuro.

“La transmisión de coronavirus de animales a humanos probablemente continuará amenazando la salud mundial. Se ha sugerido que todos los coronavirus que circulan en humanos provienen de animales”, dijo el doctor Li.

“Estoy trabajando con mis colegas -añade- para abordar las pandemias de coronavirus actuales y futuras mediante el desarrollo de terapias dirigidas tanto a los coronavirus humanos como a los coronavirus animales”.

Nuevo aumento de casos

Así las cosas, el doctor Muñoz-Sanz, que pertenece al Comité Científico de esta web, explica: “Cuando el coronavirus pandémico SARS-CoV-2 apareció en la escena pública de forma oficial (diciembre de 2020), ya acarreaba mutaciones (lo lleva escrito en su genoma de casi 30.000 letras). Según la OMS, el origen zoonótico está en alguna especie de murciélago de herradura (Rhinolophus spp.). Se desconoce si, en el viaje evolutivo desde el mamífero volador al ser humano, el coronavirus pasó antes por uno o varios animales intermediarios. En tal supuesto, habría un aumento de nuevos ajustes adaptativos. El SARS-CoV-2, como virus RNA, surgió, llegó y sigue mutando”.

La importancia de este estudio viene reflejado por la reciente alerta de un nuevo aumento de casos en los próximos meses, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, un organismo creado a imagen y semejanza de los CDC de Atlanta (EE UU).

En España, el Gobierno cada vez ofrece menos información sobre el número de casos de Covid-19. Hace unos días, el Ministerio de Sanidad notificó 25.422 nuevos casos, de los que 16.634 se han detectado en mayores de 60 años. La incidencia sube a 221 casos por cada cien mil habitantes.

Confirma también 173 muertes, con lo que hasta ahora la cifra global de muertos por coronavirus en España se eleva a un total de 114.858 personas.

De nuevo, aquí, es obligada la referencia al doctor Agustín Muñoz-Sanz: “Diversos animales y algunos humanos son fábricas de mutaciones para el SARS-CoV-2 mediante el proceso de convergencia evolutiva. Eso también puede suceder en algunas personas sin aparentes factores de riesgo”, subraya.

En su acreditada opinión, cuantas más infecciones (asintomáticas, oligosintomáticas o sintomáticas leves) haya, habrá más posibilidades para el coronavirus de mutar generando nuevas sustituciones, deleciones, inserciones o recombinaciones.

Nota del director: A pesar de estas evidencias, el Ministerio de Sanidad, que todavía dirige Carolina Darias, sigue prohibiendo a los clínicos que aprueben bajas por esta enfermedad, en un claro intento de negar una pandemia que sigue existiendo.

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