
Unas gotas oftálmicas desarrolladas por investigadores de la Universidad de Columbia (EE UU) se van a convertir en un futuro próximo en el recambio de las inyecciones oculares que, actualmente, se utilizan para la oclusión de la vena retiniana (OVR). Esta enfermedad afecta hasta el 2 % de los mayores de 40 años y surge cuando una vena en la retina se bloquea, ocasionando pérdida de la visión.
En un estudio experimental que difunde Frontiers in Neuroscience, un equipo multidisciplinar de científicos y clínicos de Columbia detalla el efecto del fármaco que han probado en animales de laboratorio, a los que previamente se les indujo esta enfermedad que provoca hinchazón en el ojo, inflamación, daño en la retina y pérdida de la vista.
La profesora Carol M. Troy ha dirigido este estudio con murinos en el que explica que la OVR es una afección que amenaza la vista y que generalmente se trata con una inyección intravítrea de antagonistas del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF). Además, es una de las principales causas de ceguera en todo el mundo.
Señala que la respuesta al tratamiento con terapias anti-VEGF es muy variable, “con malos resultados visuales y respuesta al tratamiento en pacientes con falta de perfusión retiniana significativa después de OVR”.
Recuerda que, recientemente, la caspasa-9 se ha identificado como un potente regulador del edema, la gliosis y la disfunción neuronal durante la hipoxia retiniana aguda.
Y puntualiza que el objetivo de este trabajo fue “comparar el efecto terapéutico de la inhibición de caspasa-9 contra la neutralización del factor de crecimiento endotelial vascular, en un modelo de ratón establecido de OVR”.
Gotas para la retina
Como es bien sabido, la terapia estándar consiste en inyectar en el ojo un inhibidor del factor de crecimiento endotelial vascular (anti-VEGF), que reduce la hinchazón. La terapia puede mejorar la visión, pero los pacientes con daño retiniano significativo debido a la alteración del flujo sanguíneo suelen tener malos resultados.
La profesora Carol M. Troy afirma que “la terapia anti-VEGF ha ayudado a muchas personas con oclusión de la vena retiniana, pero el factor hace que muchas personas retrasen el tratamiento, lo que puede provocar daños en la retina”.
Las conclusiones de este trabajo destacan que el tratamiento experimental con gotas para los ojos es dos veces más efectivo que la terapia de inyección estándar, para reducir la hinchazón y mejorar el flujo sanguíneo dentro de la retina de ratones con OVR.
Las gotas para los ojos también impidieron que las neuronas (fotorreceptores) en la retina se deterioraran y preservaron la función visual con el tiempo, mientras que las inyecciones estándar tampoco tuvieron efecto.
Estas gotas contienen un fármaco experimental que bloquea la caspasa-9, una enzima que desencadena la muerte celular. En el laboratorio de la profesora Troy descubrieron que es hiperactiva en los vasos sanguíneos lesionados por OVR.
Los estudios futuros tienen como objetivo prepararse para probar las gotas para los ojos en ensayos clínicos en humanos e identificar objetivos terapéuticos adicionales. “Encontrar la causa raíz de la OVR es el santo grial, pero si al menos podemos proporcionar un mejor alivio sintomático que no moleste a los pacientes, sería un muy buen comienzo”, reconoce la profesora Troy.