Demuestran la ineficacia de tratamientos de longevidad
Muchos investigadores en las últimas décadas han utilizado la esperanza de vida como una medida indirecta del envejecimiento. Foto: Freepik

En un innovador trabajo con modelos murinos, un equipo de neurocientíficos del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE) desmiente la eficacia de los tratamientos de longevidad. No retrasan el proceso de envejecimiento, concluyen.

“No existe un reloj interno del envejecimiento que se pueda regular con un simple interruptor, al menos no en la forma de los tratamientos estudiados”, asegura el doctor Dan Ehninger, del DZNE y coordinador del estudio experimental que aparece en Nature Communications.

Este equipo de neurocientíficos, integrado también por expertos del Centro Alemán de Diabetes (DZD) y de Helmoholtz Munich, ha desarrollado un nuevo enfoque analítico para medir las influencias en los procesos de envejecimiento y la longevidad.

“Elegimos tres reguladores para nuestras intervenciones que muchos expertos creen que ralentizan el envejecimiento”, explica el profesor Martin Hrabě de Angelis, jefe del Instituto de Genética Experimental y directivo en en Helmholtz Munich, quien también impulsó el proyecto.

Uno de ellos es el ayuno intermitente, en el que se reducen las calorías consumidas. El segundo se dirige a un nodo central del metabolismo celular (mTOR), que también es el objetivo de la rapamicina, el supuesto fármaco antienvejecimiento. El tercero, a su vez, interfiere con la liberación de la hormona del crecimiento.

Para la evaluación en animales de laboratorio, estos investigadores encontraron una nueva respuesta a la pregunta de cómo medir el envejecimiento. «Muchos investigadores en las últimas décadas han utilizado la esperanza de vida como una medida indirecta del envejecimiento y la longevidad», explica Dan Ehninger, científico principal de DZNE. Entonces, por ejemplo, ¿qué edad tienen los ratones y cómo se puede extender esa vida útil?

Cambios relacionados con la edad

“A menudo se asume que si solo viven más tiempo, también envejecerán más lentamente. Pero el problema es que los ratones, como muchos otros organismos, no mueren por la vejez en general, sino por enfermedades muy específicas”, matiza Ehninger. Por ejemplo, hasta el 90% de los ratones mueren a causa de tumores que se forman en sus cuerpos a una edad avanzada.

Para su estudio, los científicos eligieron un enfoque que no enfatiza la vida útil, sino que se enfoca en una investigación exhaustiva de los cambios relacionados con la edad, en una amplia gama de funciones corporales.

“Se puede considerar como una encuesta completa sobre el estado de salud”, explica Martin Hrabě de Angelis. “El control de salud da como resultado un compendio de cientos de factores que cubren muchas áreas de la fisiología, una descripción exacta del estado del animal en el momento del examen”, añade.

Ese fue el enfoque que los investigadores aplicaron a los animales sometidos a uno de los tres reguladores de tratamiento que supuestamente retrasan el envejecimiento. A lo largo de diferentes etapas de la vida, se analizaron y compararon: ¿Cuánto cambia típicamente cada parámetro en una etapa determinada de la vida? Y, ¿los parámetros cambian más lentamente cuando los ratones reciben uno de los tres tratamientos?

Este diseño de estudio permite determinar con precisión si se puede ralentizar el proceso natural de envejecimiento y, con él, el deterioro de importantes funciones fisiológicas.

Tratamientos de longevidad

Los resultados fueron inequívocos: aunque los investigadores pudieron identificar casos individuales en los que los ratones viejos parecían más jóvenes de lo que realmente eran, estaba claro que “este efecto no se debió a la desaceleración del envejecimiento, sino a factores independientes de la edad”, opina Dan Ehninger.

En su opinión, el hecho de que un tratamiento tenga su efecto en ratones jóvenes, antes de la aparición de cambios en las medidas de salud dependientes de la edad, “demuestra que estos son efectos compensatorios que promueven la salud general, no un objetivo de los mecanismos del envejecimiento”.

Con estos resultados, este equipo de neurocientíficos trabaja ya en el protocolo de su próximo estudio: investigar otros enfoques de tratamiento que pueden retrasar el envejecimiento.

El doctor Dan Ehninger es un reconocido especialista en Biogerontología traslacional. Su grupo de investigación se interesa por la patogenia de las enfermedades neuropsiquiátricas y asociadas a la edad, así como en el desarrollo de nuevos enfoques terapéuticos.

Para ello, en modelos murinos, utilizan un enfoque experimental multidisciplinar que combina métodos de farmacología y genética con enfoques fisiológicos, patológicos, genómicos y epigenómicos, así como biológicos moleculares y celulares.

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