
Un equipo de neurocientíficos de la Universidad de California en San Francisco son los protagonistas de un innovador trabajo en el que demuestran que, cuando soñamos, se pone en marcha un mecanismo de sincronización en el cerebro para, entre otras cosas, consolidar la memoria motora.
En el estudio que difunde Nature, Karunesh Ganguly, professor de Neurología en el Instituto Weill de Neurociencias de la UCSF y coordinador de este trabajo, explica que “la memoria motora no tiene un rendimiento perfecto. Se trata de errores y éxitos predecibles. Mientras los errores sean estables de un día para otro, el cerebro dice:´Vamos a bloquear esta memoria’”.
La memoria motora se relaciona con habilidades motrices, como caminar. El cuerpo recuerda los movimientos aprendidos de alguna actividad en particular y los puede llevar a cabo de una forma inconsciente, en el sentido de que no hay que pensar en cada movimiento específico puesto que los ha registrado y automatizado.
Los autores de este trabajo destacan que, durante mucho tiempo, se ha planteado la hipótesis de que la estabilización de la memoria a través de la consolidación de sistemas sigue un proceso de dos etapas.
Aunque tanto los estudios clásicos como los recientes respaldan una fase dependiente del hipocampo y una independiente, en su opinión no está claro cómo evolucionan las representaciones corticales con el diálogo hipocampo-cortical.
Memoria motora
Además, se desconoce en qué escalas de tiempo ocurre dicha coordinación y qué procesos podrían informar las transiciones entre etapas durante la consolidación de los sistemas.
Explican que han demostrado que los cambios en el acoplamiento de la corteza prefrontal, la corteza motora primaria y las oscilaciones lentas globales del sueño, se relacionan estrechamente con los cambios en el rendimiento a lo largo de los días y pueden predecir una caída en las alteraciones relacionadas con el aprendizaje de la onda aguda del hipocampo en la corteza motora primaria.
Sorprendentemente -destacan estos neurocientíficos en su trabajo-, hay un fuerte aumento en ese acoplamiento, que coincide con la estabilización del rendimiento y la consolidación múltiple.
Este fuerte aumento en el acoplamiento es también un fuerte predictor temporal de la desconexión de los aumentos en el acoplamiento de la corteza motora primaria y la onda aguda del hipocampo; la consolidación múltiple continuó ocurriendo después de esta fase.
Curiosamente -terminan-, la inducción de errores volvió a activar la exploración múltiple y el acoplamiento hipocampo-cortical, “lo que consolida aún más que el diálogo hipocampo-cortical puede respaldar la exploración múltiple”.
«Dormir es importante porque nuestros cerebros conscientes tienden a enfocarse en los fallos», puntualiza el profesor Ganguly, quien utilizó una técnica llamada optogenética para amortiguar tipos específicos de actividad cerebral en ratas dormidas a voluntad.
Este estudio experimental que se difundió en 2019 a través de las páginas de Cell permitió a los investigadores determinar que dos tipos distintos de ondas cerebrales lentas que se observan durante el sueño, denominadas oscilaciones lentas y ondas delta, fortalecieron o debilitaron, respectivamente, la activación de células cerebrales específicas involucradas en una habilidad recién aprendida.