Cartografían el desarrollo de 20 trastornos psiquiátricos
Cerca de la mitad de todos los pacientes psiquiátricos obtienen un diagnóstico diferente en los 10 años posteriores al primero. Imagen: wirestock/Freepik

Un equipo de científicos daneses de la Universidad de Copenhague ha logrado desarrollar un mapa completo de diagnósticos posteriores a un primer diagnóstico hospitalario relacionados con 20 trastornos psiquiátricos. Para ello utilizaron datos del Registro Nacional de Pacientes de Dinamarca.

La conclusión principal de este estudio, realizado durante 10 años y que ha involucrado a un total de 184.949 pacientes adultos (77.129 [41,7 %] hombres y 107.820 [58,3 %] mujeres), con una edad media de 42,5 años, es que cerca de la mitad de todos los pacientes psiquiátricos obtienen un diagnóstico diferente dentro de los 10 años posteriores al primero.

Como aparece en el estudio publicado en The Lancet Psychiatry, para evaluar la estabilidad diagnóstica, utilizaron análisis de secuencia social, asignando un diagnóstico posterior a cada estado, con una duración de seis meses después de cada diagnóstico inicial.

El diagnóstico posterior se definió como el último diagnóstico dado dentro de cada período de seis meses. Calcularon la entropía normalizada de cada secuencia para mostrar la incertidumbre de predecir los estados en una secuencia dada. Y se utilizaron modelos de riesgos proporcionales de Cox, para evaluar el riesgo de recibir un diagnóstico posterior (en el nivel de un cifrado, F0-F9) después de cada diagnóstico inicial.

Como señala Anders Jørgensen, coautor de este trabajo, “los trastornos psiquiátricos son dinámicos. Cambian a lo largo de la vida. Por lo tanto, no me sorprende el desarrollo diagnóstico relativamente grande en estos pacientes”.

Trastornos psiquiátricos más comunes

El desarrollo tipo para los tres diagnósticos más comunes analizados en el estudio es el siguiente: en depresión, al 60% de las personas diagnosticadas con un solo episodio depresivo se las diagnostica con un nuevo trastorno en los siguientes 10 años. El 20% desarrolla depresión periódica; el 10%, un trastorno de estrés y el 6%, un trastorno de personalidad.

En adicción, el 52% se diagnostica con un nuevo trastorno en los siguientes 10 años. El 8% desarrolla un trastorno de estrés; el 5%, un trastorno de personalidad y el 5%, esquizofrenia. La categoría incluye todos los diagnósticos de adicción, como alcohol, opioides, cannabis, etc. Algunas formas de adicción son más inciertas que otras.

Y en trastorno de adicción al estrés, al 36% se le diagnostica un nuevo trastorno en los siguientes 10 años. El 8% desarrolla un único episodio depresivo; el 7%, un trastorno de personalidad y el 6%, depresión periódica.

Entre los tres diagnósticos más comunes analizados en el estudio, los pacientes con un solo episodio de depresión tienen el mayor riesgo de ser diagnosticados con un nuevo trastorno en los 10 años posteriores. “Según el estudio, los pacientes con este diagnóstico tienen un 60% de posibilidades de que se les diagnostique un nuevo trastorno en 10 años”, puntualiza la profesora Terese Sara Høj Jørgensen de la Sección de Medicina Social del Departamento de Salud Pública.

Los más inciertos, es decir, los que tienen más probabilidades de cambiar, incluyen los diagnósticos de psicosis aguda, adicción y depresión. Los más seguros, es decir, los que tienen menos probabilidades de cambiar, incluyen los diagnósticos de discapacidades funcionales, que son discapacidades físicas a largo plazo sin causa física, trastornos alimentarios y trastornos sexuales como disminución del interés sexual o disfunción eréctil sin causa física.

Objetivo: conseguir el mejor tratamiento

Para sus autores, este estudio es útil desde el momento en que a un paciente se le diagnostica su primer trastorno, ya que permite a los médicos consultar el desarrollo diagnóstico de 10 años de otros pacientes.

“Los médicos que desean planificar el tratamiento correcto y poder decirles a los pacientes lo que pueden esperar necesitan estas cifras. En última instancia, esperamos que pueda ayudar a mejorar el tratamiento y garantizar un seguimiento basado en la evidencia. Cuanto más se sepa sobre el curso probable de la enfermedad, mejor será el tratamiento”, puntualiza Anders Jørgensen.

No obstante, hay que tener en cuenta que este trabajo se limita a pacientes tratados en el sistema de salud psiquiátrico. Esto significa que las personas que acuden a su médico de cabecera y se las deriva a un psicólogo no se incluyen en el estudio.

“Solo observamos a las personas diagnosticadas en hospitales psiquiátricos y que normalmente experimentan un curso de la enfermedad más grave que aquellos que programan una cita con su médico de cabecera”, matiza Anders Jørgensen.

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