
El cálculo que han hecho los investigadores del Instituto Auxológico, en Milán, es este: los desmayos afectan a una de cada dos personas durante su vida. Aquellos con episodios recurrentes a menudo tienen miedo de socializar o ir a trabajar.
El profesor Michele Brignole, del Programa de Desmayos y Caídas de este centro, explicó virtualmente los detalles de su trabajo, sobre el hallazgo de la primera terapia eficaz, en el marco del congreso ESC 2020 – The Digital Experience.
El desmayo es la consecuencia de una brusca caída de la presión arterial y/o el número de latidos del corazón. En algunas personas se identifica un desencadenante, por ejemplo, estrés emocional, pararse en una zona calurosa y abarrotada de gente o sentarse demasiado rápido.
Además, tienen signos de advertencia como debilidad, náuseas y mareos. Pero en muchas otras, especialmente en adultos mayores, no se encuentra ningún desencadenante y no hay señales de advertencia.
El profesor Brignole destaca que “esta imprevisibilidad aumenta el riesgo de caídas e incluso traumatismos graves y las personas terminan en urgencias. Si ocurre repetidamente, tiene un gran impacto en la calidad de vida, de la misma magnitud que una enfermedad crónica”.
Actualmente, no existe una terapia específica y los pacientes generalmente reciben de los clínicos solo consejos genéricos de prevención, como mantenerse hidratados, evitar ambientes calurosos, tensar los músculos y acostarse. Pero la prevención es particularmente difícil si no hay señales de advertencia.
El estudio BIOSync CLS examinó si un marcapasos podría prevenir los desmayos impredecibles causados por la pérdida de latidos cardíacos. Los pacientes con esta causa particular de desmayo se identificaron mediante pruebas de inclinación. Esto implica acostarse sobre una mesa que se inclina lentamente hacia arriba para simular estar de pie. La presión arterial y la frecuencia cardíaca se controlan durante el examen.
Marcapasos para evitar los desmayos
El estudio incluyó a 128 pacientes de 40 años o más que se habían desmayado, al menos, dos veces en el año anterior sin signos de advertencia. Una prueba de inclinación mostró que los desmayos los causaban latidos cardíacos perdidos.
Todos los participantes del estudio recibieron un marcapasos, pero se les asignó aleatoriamente el tener este dispositivo encendido (grupo de marcapasos) o apagado (grupo de control). Luego se les hizo un seguimiento de los episodios de desmayos.
Durante una media de seguimiento de 11,2 meses, más de la mitad de los pacientes (53%) del grupo de control se desmayó en comparación con solo el 16% en el grupo de marcapasos. Esto se tradujo en un 77% menos de riesgo de desmayos en el grupo de marcapasos.
Los investigadores estimaron que a los dos años, dos tercios (68%) del grupo de control tendrían un episodio de desmayo en comparación con una quinta parte (22%) del grupo de marcapasos. Un marcapasos proporcionaría una reducción del riesgo relativo de desmayos del 77% durante dos años y una reducción del riesgo absoluto del 46%.
Un poco más de dos pacientes (2,2) necesitarían un marcapasos para evitar desmayos. Dicho de otra manera, si once pacientes recibieron un marcapasos, se podrían evitar los desmayos en cinco de ellos.
La implantación del marcapasos provocó eventos adversos menores en cinco pacientes (4%), como complicaciones relacionadas con el cable.
El profesor Brignole asegura que su estudio demuestra que “la estimulación puede ser un tratamiento eficaz para personas seleccionadas con episodios de desmayos impredecibles. La prueba de inclinación es una forma simple y no invasiva de identificar a los que podrían beneficiarse. Esperamos que esta nueva opción de tratamiento permita a estos pacientes retomar una vida normal sin miedo a los apagones”.
Tecnologías avanzadas en el Instituto Auxológico
Como Instituto Científico de Hospitalización y Atención, el compromiso diario de Auxológico es trasladar el progreso de la investigación científica a la actividad clínica para un diagnóstico y una atención al paciente cada vez más eficaces.
Más de 150 médicos, investigadores, biólogos y personal técnico trabajan en los Laboratorios de Investigación Auxológica que cuentan con tecnologías avanzadas para investigaciones genéticas, moleculares y celulares.
Entre las áreas de investigación figuran las enfermedades cardiovasculares, neurológicas, endocrino-metabólicas, autoinmunes, genéticas, y del envejecimiento.
Los profesionales de este centro italiano destacan en rehabilitación en los campos neurológicos, cardiovascular, ortopédico, nutricional y neumológico.