A diferencia de la caries y la enfermedad periodontal, originadas por bacterias, el desgaste dental se asocia al estilo de vida moderno. El estrés, el cuidado excesivo del cuerpo, la comida preparada, los refrescos industriales y la alteracion del sueño, entre otras causas, están detrás de una destrucción silente, pero crónica y progresiva, de esmalte y dentina que, de no interceptarse a tiempo, acaba provocando dolor, fracturas e infecciones de repetición.
Para frenar el desgaste dental, el primer paso es que los odontológos determinen y detengan los factores que lo provocan. Una vez detectado de forma precoz, se decide cómo y cuándo tratarlo.
La tecnología digital que ha instalado la doctora Débora Vilaboa tiene la facultad de llevar a cabo el tratamiento restaurador con técnicas mínimamente invasivas, de gran ajuste y precisión, que no requieren la toma de moldes.
“Tratamos el desgaste de la forma menos invasiva, sin tallar los dientes, muchas veces sin necesidad de anestesia, mediante restauraciones de composite o porcelana. En determinados casos, aplicamos el concepto de Rehabilitación Adhesiva Directa, para reconstruir todos los dientes de la boca en una única sesión”, explica esta acreditada especialista.
En las últimas tres décadas, la salud bucodental de los españoles se ha visto beneficiada por avances en el campo de la odontología, en los que han tenido especial protagonismo especialistas como la doctora Débora Vilaboa.
A su formación como médico, une su especialidad en diversas facetas de la odontología, que se traduce en un reconocimiento dentro y fuera de nuestras fronteras. Junto con sus hijos, José Manuel y Débora Reuss, y su hermana Beatriz, han publicado un tratado que recoge de forma exhaustiva el diagnóstico, prevención y tratamiento de las diversas formas y fases del desgaste dental.
Editado por Quintessenze, este tratado reúne los protocolos para el abordaje no invasivo de esta condición, con el objetivo de compartir más de 30 años de experiencia e investigación en el campo.
Pioneros en estética dental en España, el objetivo es abordar las secuelas estéticas y funcionales del desgaste sin reducir o sacrificar más estructura dental y así hacer más efectivo y asequible este tratamiento al mayor número posible de pacientes. El libro, Tooth Wear: The Quintessential Challenge, se ha publicado hasta ahora en inglés y japonés. En breve, aparecerá en español.
Este desgaste multifactorial afecta desde edades muy tempranas a un alto porcentaje de la población. Al contrario de la caries y la enfermedad periodontal, una higiene exhaustiva no evita la progresión del desgaste dental. Diversos trabajos científicos han demostrado que, incluso, la ausencia total de placa bacteriana (biofilm) hace que sea menor la resistencia a la erosión dental causada por la exposición al ácido.
La sonrisa ayuda a conseguir trabajo
Hace ya algún tiempo, publiqué el artículo titulado Cuando la sonrisa ayuda a conseguir un empleo, en el que recordaba que, a finales del siglo pasado, apareció un estudio en Estados Unidos, en el que, con profusión de datos, sus autores concluían que una cara agradable, sea de hombre o de mujer, con una sonrisa abierta, no forzada, contribuía en gran medida a que si esa persona buscaba trabajo sería de los primeros en conseguirlo.
Y es que las sonrisas se pueden crear. El doctor Charlie Pinkus, el odontólogo de las estrellas de Hollywood de los años veinte y treinta del siglo XX, fue pionero en la fabricación de mascarillas de un solo uso, que únicamente se colocaban actores/actrices durante el rodaje con ayuda de un simple pegamento.
El carismático Clark Gable y la inolvidable Shirley Temple fueron los primeros en utilizar la técnica de Pinkus que, décadas después, con la ayuda de la informática, se ha traducido en algo insospechado entonces.
La doctora Débora Vilaboa, sin duda una de las mejores odontoestomatólogas de España que dirige en Madrid la clínica que lleva su nombre, conoció a Pinkus durante su estancia, en la década de los setenta, en Los Ángeles.
Recuerda que, aunque era ya muy mayor, seguía trabajando en su consulta. “Si Pinkus, entonces, fue capaz de desarrollar esa técnica para corregir defectos en la sonrisa, ¿cómo no vamos a poder mejorarla ahora -se pregunta la doctora Vilaboa- con materiales mucho más modernos y con plataformas informáticas diseñadas para este fin?”.
El nuevo prototipo estético de la sonrisa de una persona se puede llevar a casa, consultar con amigos y familiares y, cuando se haya decidido, volver al especialista para corregir los gestos. ¿Cómo se hace? Son varios pasos los que sigue esta especialista.
En primer término, lleva a cabo un estudio estético completo que incluye imágenes, placas radiográficas sobre el estado actual de la boca. De esta forma, los especialistas evalúan al paciente y realizan un análisis pormenorizado de la sonrisa, pero no como elemento aislado, sino en relación con sus facciones, sexo y personalidad.
La doctora Beatriz Vilaboa, cofundadora de la clínica en 1968 en el corazón del madrileño barrio de Salamanca, explica que los problemas más frecuentes con los que se siguen enfrentando a la hora de ver pacientes son: pérdida de longitud de los dientes; disminución del volumen de los dientes; sonrisa oculta o inadvertida; decoloración dental; pérdida de una o más piezas dentarias, así como de encía o hueso de soporte.
Para valorar si una sonrisa es la adecuada para el paciente, las doctoras Vilaboa siguen un protocolo, en el que figura el diagnóstico (erosión dental severa), identificación de factores de riesgo (ingesta abundante de bebidas y comidas ácida y reflujo esofágico, por ejemplo) y tratamiento (higiene dental profesional, blanqueamiento, ajuste oclusal, láminas de porcelana…).