La nueva guía completa de Peter Jenniskens, uno de los mayores especialistas en meteoritos de Estados Unidos, describe más de 500 lluvias de meteoritos que aparecen en nuestros cielos nocturnos. La edición corre a cargo del Search for Extra Terrestrial Intelligence Institute (SETI).
Bajo el título de Atlas de las lluvias de meteoritos de la Tierra, describe más de 500 lluvias de meteoritos que aparecen en nuestros cielos nocturnos y agrega una gran cantidad de detalles al tapiz de nuestro Sistema Solar.
«Al igual que en una guía para observadores de aves, el libro describe la apariencia exterior, el alcance, la estación, la rareza y las características físicas de cada lluvia de meteoritos. Algunas lluvias ocurren todos los años; otras son sólo visitantes ocasionales”, explica Jenniskens, investigador principal de una de estas redes llamada CAMS, el proyecto Cameras for Allsky Meteor Surveillance, patrocinado por la NASA.
“El proyecto CAMS despliega más de 600 cámaras en 15 sitios de 10 países de todo el mundo, operadas por astrónomos e institutos tanto profesionales como aficionados», puntualiza Jenniskens.
En total, han triangulado más de 2,7 millones de meteoros para medir su dirección y velocidad y, a partir de ahí, han calculado en qué órbita se acercaron los meteoritos a la Tierra.
Los aficionados a la Astronomía, que invierten al menos una hora observando el cielo despejado por la noche, abrigados y sentados en una silla de jardín reclinable en un lugar oscuro, tienen la recompensa del espectáculo de meteoritos a una velocidad promedio de 10 por hora, más aún antes del amanecer.
Lluvias de meteoritos
En determinadas épocas del año, hay más que en otras debido a las lluvias de meteoritos que se producen cuando la Tierra atraviesa corrientes procedentes de cometas y asteroides primitivos.
Como subraya este especialista, las lluvias de meteoritos son importantes porque estas corrientes pueden impactar satélites en órbita terrestre a velocidades astronómicas y apuntan a la presencia de peligrosos cometas de período largo que pueden precipitarse sobre la Tierra. “Las lluvias de meteoritos también son un documento histórico de la evolución y decadencia de la órbita de los cometas en el pasado”, añade.
El nuevo libro es la culminación de más de una década de monitoreo de los cielos nocturnos con redes de cámaras de seguridad con vídeo en condiciones de poca luz desde lugares de todo el mundo.
Este Atlas combina datos de CAMS con observaciones en vídeo de otras redes y con observaciones de radar de lluvias de meteorito, para mostrar desde qué direcciones impactan la Tierra meteoroides de diferentes tamaños.
Estas contribuciones dieron como resultado la creación de más de 400 mapas que muestran las lluvias de meteoritos a lo largo del año.
Aproximadamente, la mitad de las lluvias conocidas se originan en cometas de período largo. Debido a que a menudo llegan a alta velocidad, las cámaras de vídeo y el ojo humano detectan mejor esas lluvias. Tan sólo 26 de 500 lluvias son tan ricas en partículas pequeñas que únicamente se detectan por radar.
Para cada lluvia, CAMS midió a qué altura de la atmósfera se detectaron por primera vez los meteoros, cómo se iluminaron y se desvanecieron, y cómo de rápido la atmósfera los frenó. A partir de ahí, cada lluvia se describió en términos de actividad, órbita y duración, pero también por las propiedades físicas de sus meteoroides.
Acerca de SETI Institute
«Se analizó la luz de poco más de 1.000 meteoros en busca de emisiones reveladoras de átomos de sodio, hierro y magnesio, cuyas composiciones resultantes se agregaron a las descripciones de las lluvias. La pérdida de sodio y las bajas alturas iniciales muestran qué fracción de materia se cambió físicamente por el calor o la radiación de rayos cósmicos”, añade Jenniskens.
El libro también resume estudios de lluvias de meteoritos publicados anteriormente, añadiendo datos hasta ahora desconocidos. Stu Pilorz, quien colaboró con Jenniskens en la elaboración del Atlas, destaca que añadieron datos sobre lluvias de período corto y las edades aproximadas de las lluvias de cometas de período largo a partir de cálculos realizados en SETI. La videovigilancia del cielo nocturno continúa para captar estas raras lluvias de meteoritos irregulares.
Fundado en 1984, entre otros por Carl Sagan, SETI es una organización multidisciplinaria de investigación y educación sin fines de lucro cuya misión es comprender los orígenes y la prevalencia de la vida y la inteligencia en el Universo y compartir ese conocimiento con el mundo.
Como aclaran, desde microbios hasta inteligencia extraterrestre, SETI es la única organización estadounidense dedicada a la búsqueda de vida en el Universo.
Su investigación abarca las ciencias físicas y biológicas y aprovecha el análisis de datos, el aprendizaje automático y las tecnologías avanzadas de detección de señales. SETI es un distinguido socio de investigación para la industria, el mundo académico y agencias federales de Estados Unidos, entre ellas la NASA y la Fundación Nacional de Ciencias.
El ‘Disco de Oro’ de Carl Sagan
Por último, unas líneas en recuerdo del astrónomo y astrofísico Carl Sagan. Trabajó como asesor de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA) en la década de los años cincuenta del siglo pasado. Fue máximo responsable del Disco de Oro, un mensaje universal, con contenido de la Tierra y dirigido a posible vida extraterrestre. Fue enviado en 1977 fuera del Sistema Solar, con las sondas espaciales Voyager.
‘Cosmos: A Personal Voyage’. Episode 2: ‘One Voice In The Cosmic Fugue’, dirigido y presentado por Carl Sagan en 1980.
Su trabajo en el campo de la divulgación científica más conocido es la serie de televisión Cosmos: A Personal Voyage (1980), que recibió un gran reconocimiento y llevó la ciencia a una amplia audiencia.
Fue autor de diversos libros, entre ellos Cosmos, The dragons of Eden y Pale Blue Dot, con los que consiguió que el público entendiera numerosos conceptos científicos, en general muy complejos.
Carl Edward Sagan (Nueva York, 9 de noviembre de 1934-Seattle, 20 de diciembre de 1996), de familia de judíos rusos emigrantes, se licenció en Ciencias, obtuvo un master en Física y se doctoró en Astronomía y Astrofísica en la Universidad de Chicago. Dictó clases en la Universidad de California, en Berkeley, para trabajar después en el Observatorio Astrofísico Smithsoniano de Cambridge, en Massachussets.
Consiguió la cátedra de Astronomía y Ciencias del Espacio en la Universidad de Cornell, en la que dirigió el Laboratorio de Estudios Planetarios.