A través de una serie de estudios realizados en todo el océano Atlántico Norte, un equipo interdisciplinar de científicos de la Universidad inglesa de Plymouth estima que cada metro cúbico de agua de mar contenía un promedio de 0,01 escamas de pintura.
Este hallazgo que aparece en Science of the Total Environment sugiere que estos restos ocupan el segundo lugar, en términos de abundancia registrada después de fibras microplásticas, que tienen una concentración estimada de aproximadamente 0,16 partículas por metro cúbico.
Un análisis químico detallado de algunas de las escamas, realizado en algunas de las partículas recogidas durante los estudios, también reveló altas cantidades de cobre, plomo, hierro y otros metales.
Para los investigadores de Plymouth y especialistas de la Asociación de Biología Marina, esto se debe a que se diseñan para tener propiedades antiincrustantes o anticorrosivas, y alertan de que podrían representar una amenaza ambiental adicional tanto para el océano como para muchas especies que viven en él cuando ingieren las partículas.
Durante las últimas dos décadas, estas instituciones han colaborado en una serie de proyectos de plásticos oceánicos. En 2019, demostraron que se había registrado un aumento significativo de plásticos en mar abierto, desde finales de la década de los años cincuenta del siglo pasado.
Como señala el profesor Andrew Turner, de la Universidad de Plymouth y principal autor de este trabajo, “las partículas de pintura han sido con frecuencia un componente pasado por alto de los microplásticos marinos, pero este estudio demuestra que son relativamente abundantes en el océano. La presencia de metales tóxicos como el plomo y el cobre presenta riesgos adicionales para la vida marina”.
Escamas de pintura, una forma abundante de microplástico
Este trabajo se basa en datos recopilados por la plataforma oceanográfica Continuous Plankton Recorder (CPR), de la Asociación de Biología Marina, equipada con mallas de seda y remolcada a través de aguas superficiales similares a los espacios que habitualmente ocupan los mamíferos marinos.
A lo largo de 2018, los investigadores utilizaron esta plataforma para obtener muestras de agua en toda la región del Atlántico Norte, desde el océano Ártico hasta España, y desde el este de Estados Unidos hasta Suecia.
Así pudieron recoger más de 3.600 muestras durante ese tiempo. Encontraron escamas de pintura en, aproximadamente, 2,8% (102) de todas las sedas analizadas, frente a las fibras o hebras que se observaron en el 48,8% (1.763) de las sedas durante el mismo período.
Las escamas de pintura también parecían estar más densamente distribuidas alrededor de los mares de la plataforma del noroeste de Europa que en los entornos oceánicos abiertos o más remotos.
En los laboratorios de la Universidad de Plymouth se realizó un análisis de las partículas de pintura mediante espectrometría de fluorescencia de rayos X (XRF), con una composición química consistente con la encontrada en los cascos y otros componentes pintados de los barcos movilizados en la región atlántica.
En opinión de la doctora Clare Ostle, coordinadora de Pacific Continuous Plankton Recorder y coautora del estudio, ahora sabemos que los plásticos están en todas partes y que es probable que la mayoría de los animales marinos los ingieran. Pero conocemos menos sobre el daño que les puede producir. “Este estudio -añade- confirma que las escamas de pintura son una forma abundante de microplástico que no debe pasarse por alto, especialmente porque algunas pueden tener propiedades tóxicas”.