
Un equipo interdisciplinar de investigadores británicos de la Universidad de Cambridge demuestra, en un estudio observacional, que se pueden detectar signos de deterioro cerebral hasta nueve años antes de que se llegue a un diagnóstico de demencia.
En el estudio que aparece en Alzheimer’s & Dementia, los autores explican que analizaron datos del Biobanco del Reino Unido y encontraron deficiencias en varias áreas, como la resolución de problemas y el recuerdo de números, en una variedad de condiciones.
El doctor Nol Swaddiwudhipong, miembro de este equipo, destaca que cuando revisaron historias clínicas de pacientes diagnosticados de demencia, vieron claramente que mostraban algún deterioro cognitivo varios años antes de que sus síntomas fueran lo suficientemente obvios como para provocar un diagnóstico. Las deficiencias a menudo eran sutiles en varios aspectos de la cognición.
“Es un paso para que podamos evaluar a las personas que corren mayor riesgo -añade-, por ejemplo, los mayores de 50 años o las que tienen presión arterial alta o no hacen suficiente ejercicio, e intervenir en una etapa más temprana para ayudarlos a reducir el riesgo”.
Este hallazgo abre la puerta para que, en el futuro, los pacientes en riesgo puedan ser examinados y seleccionar a aquellos que se beneficiarían de las intervenciones para reducir el riesgo de desarrollar una de las afecciones, o para identificar a los pacientes aptos para el reclutamiento en ensayos clínicos para nuevos tratamientos.
Actualmente, existen muy pocos tratamientos efectivos para la demencia u otras enfermedades neurodegenerativas, como el mal de Parkinson. Esto se debe, en parte, a que estas afecciones a menudo solo se diagnostican una vez que aparecen los síntomas, mientras que la neurodegeneración subyacente puede haber comenzado años, incluso décadas, antes.
Señales de futura demencia
Para los neurocientíficos todo esto significa que, cuando los pacientes participen en los ensayos clínicos, es posible que ya sea demasiado tarde para intentar alterar el curso de la enfermedad. Hasta ahora, no estaba claro si sería posible detectar cambios en la función cerebral antes de la aparición de los síntomas.
Este fue precisamente el objetivo del trabajo. Desvelar si es factible hacerlo. Para ello este equipo de neurocientíficos de la Universidad de Cambridge recurrieron a UK Biobank, una base de datos biomédica y un recurso de investigación que contiene información génica, de estilo de vida y de salud de medio millón de participantes del Reino Unido, de entre 40 y 69 años.
El doctor Timothy Rittman, del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Cambridge y primer autor de este estudio, opina que “la gente no debería preocuparse demasiado si, por ejemplo, no recuerdan números. Pero animamos a cualquier persona que tenga alguna inquietud o note que su memoria o recuerdo está empeorando, para que hable con su médico de cabecera”.
Respecto a los resultados del estudio, hace hincapié en que podrían ayudar a identificar a las personas que pueden participar en ensayos clínicos para nuevos tratamientos potenciales. “El problema con los ensayos clínicos -subraya- es que, por necesidad, a menudo reclutan pacientes con un diagnóstico, pero sabemos que en este punto ya están avanzados y su condición no se puede detener. Si podemos encontrar a estas personas lo suficientemente temprano, tendremos una mejor oportunidad de ver si los medicamentos son efectivos”.