
COVID-19 se propaga a una velocidad de vértigo, incluso sin que hayan aparecido síntomas en las personas infectadas, asintomáticas. Son las conclusiones de una investigación que acaba de publicar Emerging Infectious Diseases.
Científicos de la Universidad de Texas en Austin han llegado a la conclusión de que el tiempo entre casos en una cadena de transmisión es inferior a una semana y que más del 10% de los pacientes están infectados por alguien que tiene el virus pero que aún no tiene síntomas.
En este estudio, en el que han participado investigadores de EE UU, Francia y China, se pudo calcular lo que se conoce como intervalo en serie del virus. Para medir el intervalo en serie observaron el tiempo que tardan los síntomas en aparecer en dos personas con el virus: la que infecta a otra y la segunda persona infectada.
Así, encontraron que el intervalo serial promedio para el nuevo coronavirus en China fue de, aproximadamente, cuatro días. Este dato también se encuentra entre los primeros estudios en estimar la tasa de transmisión asintomática.
Evidencia sólida de que las personas asintomáticas transmiten COVID-19
Los investigadores subrayan que la velocidad de una epidemia depende de dos variables: cuántas personas infecta cada caso y cuánto tarda en propagarse. El primer dato se llama número de reproducción; el segundo es el intervalo en serie. El breve intervalo en serie de COVID-19 significa que los brotes emergentes crecerán rápidamente y podrían ser difíciles de detener.
La profesora Lauren Meyers, miembro de este equipo de científicos y profesora en la Universidad de Austin, detalla que “el virus del Ébola, con un intervalo en serie de varias semanas, es mucho más fácil de contener que el de la gripe, con un intervalo en serie de solo unos pocos días”.
Para Meyers, “los datos sugieren que este coronavirus puede propagarse como la gripe. Eso significa que debemos avanzar rápida y agresivamente para frenar la amenaza emergente”.
El equipo de la profesora Meyers examinó más de 450 informes de casos de infección de 93 ciudades en China y encontró la evidencia más sólida de que las personas sin síntomas transmiten el coronavirus. Es la transmisión pre-sintomática. Más de una de cada 10 infecciones provenían de personas que tenían el virus pero que aún no se sentían enfermas.
Medidas extremas justificadas
Los investigadores tenían cierta incertidumbre sobre la transmisión asintomática del coronavirus. Esta nueva evidencia podría proporcionar orientación a los expertos de salud pública sobre cómo contener la propagación de la enfermedad.
Para Meyers, todo esto proporciona evidencia “para que puedan justificarse amplias medidas de control que incluyen aislamiento, cuarentena, cierre de escuelas, restricciones de viaje y cancelación de reuniones masivas. La transmisión asintomática, definitivamente, hace que la contención sea más difícil”.
Por último, hace hincapié en que los hallazgos que han logrado “se ven corroborados por casos de transmisión silenciosa y un aumento en el número de casos en cientos de ciudades en todo el mundo. Esto nos dice que los brotes de COVID-19 pueden ser esquivos y requieren medidas extremas”.