
La aparición y propagación mundial del virus de la gripe aviar H5N8, altamente patógeno (AIV), ha causado brotes continuos con una mortalidad masiva en aves silvestres y de granja en Eurasia y África a lo largo de 2020.
Científicos chinos aseguran hoy en Science que representa un problema de salud pública, ya que los primeros casos humanos de infección por H5N8 se notificaron por primera vez en diciembre de 2020.
Los investigadores Weifeng Shi y George Gao, de la Universidad de Shandong y de la Academia de Ciencias China, en Pekín, respectivamente, se refieren a la aparición y el potencial zoonótico de los linajes H5 altamente patógenos.
Argumentan que la vigilancia continua y la adopción de medidas rigurosas de control de infecciones para estos virus emergentes son fundamentales para evitar más contagios en humanos, que “podrían traducirse en nuevas y devastadoras pandemias”.
Quizá eclipsado por la pandemia del SARS-CoV-2, que causa Covid-19, en 2020 esos agentes patógenos han pasado casi desapercibidos a pesar de que se han identificado infecciones por H5N8 tanto en aves silvestres como en aves de corral en, al menos, 46 países de Europa, Asia y África.
Si bien estos brotes han provocado la muerte o el sacrificio de muchos millones de aves en todo el mundo, también han provocado infecciones en siete trabajadores de granjas avícolas en Rusia.
Según estos científicos, la rápida propagación mundial del H5N8 y su capacidad demostrada para cruzar la barrera de las especies, transmitiéndose a las personas, le convierte en una preocupación importante no solo para la agricultura y la seguridad de la vida silvestre, sino también para la salud pública mundial.
Mutaciones de gripe aviar

Según MedlinePlus, los virus aviar de la gripe A causan infección en las aves, pero pueden mutar, por lo que pueden propagarse a los humanos. La primera gripe aviar en los humanos se informó en Hong Kong en 1997 y se denominó influenza aviaria A (H5N1). El brote estuvo ligado a los pollos.
Desde entonces, se han registrado casos de gripe aviar A en humanos (H5N1) en Asia, África, Europa, Indonesia, el Pacífico, Vietnam y Medio Oriente. Cientos de personas han resultado infectadas con el virus. Cerca de la mitad murieron a causa de la enfermedad.
La probabilidad de un brote mundial en humanos aumenta cuanto más se disemina el virus de la gripe aviar. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta (EE UU) informaron sobre su presencia en aves de 21 Estados y ninguna infección en humanos hasta agosto de 2015.
El riesgo de contraer este virus es mayor si se trabaja con aves de corral, se viaja a países donde el virus está presente, se toca un ave infectada, se entra en un edificio con aves enfermas o muertas, donde hay basura y si se come sangre, huevos o carne crudos o a medio cocer de aves infectadas (no así cocinados adecuadamente).
Los trabajadores de la salud y las personas que viven en la misma casa que la persona infectada también pueden estar en mayor riesgo de contagio.
El virus de la gripe aviar vive en el medioambiente durante períodos de tiempo prolongados. La infección se puede propagar simplemente tocando las superficies que contengan el virus. Las aves que estuvieron infectadas pueden esparcir el virus en sus heces y saliva durante 10 días.
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Nota del director
En 2005, en ABC publiqué una columna en la que, bajo el título Gripe aviar e informática, comentaba que la utilización de antivirales, como medida preventiva, podría ser eficaz para evitar que la gripe aviar, que producía entonces decenas de víctimas en Asia, se convierta en una pandemia.
Esta fue la principal conclusión de un equipo dirigido por Neil Ferguson, experto de biología matemática del Imperial College de Londres, que había publicado en Nature un modelo informático para detectar la propagación de esta enfermedad infecciosa de las aves, conocida también como ‘gripe del pollo’, causada por cepas A del virus de la gripe.
Ya entonces, el temor de los científicos era que el virus que origina la gripe aviar alterase su estructura molecular y se pudiera transmitir de un ser humano a otro.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) -escribí- sospecha que la existencia de poblaciones humanas que viven en estrecho contacto con aves de corral y cerdos es un factor que favorece el cambio antigénico. En este sentido se cree que, como los cerdos son vulnerables a la infección de virus aviares y de mamífero, incluidas las cepas humanas, pueden convertirse en tubos de ensayo de mezcla del material genético de los virus del hombre y de las aves. Así, surgiría un nuevo subtipo de virus altamente peligroso”.
“En este contexto -añadía-, el trabajo de Neil Ferguson cobra especial relevancia, fundamentalmente porque todavía no se ha conseguido una vacuna específica, aunque sí experimental, que confiera protección contra la cepa H5N1, que muta muy rápidamente y tiene una tendencia a adquirir genes de virus que infectan a otras especies de animales”.
Para desarrollar este modelo informático, el profesor Ferguson eligió a un habitante de una aldea de Tailandia, infectado con esa cepa, uno de los 15 subtipos del virus de la gripe aviar que ya en 1997 se demostró su capacidad de infectar a los humanos.
El cálculo matemático incluyó el número de casos secundarios que ocurrirían a partir de esa persona infectada, así como velocidad de transmisión y diseminación de la pandemia. A este ‘cocktail’ de datos se añadieron también especificaciones demográficas de la región donde vive la persona infectada, así como número de viviendas, escuelas y empresas; tiempo que se tarda en hacer un recorrido determinado, etc. De esta forma, consiguieron un mapa de propagación del virus y un modelo en tiempo real del brote.