
El comportamiento de las personas que buscan los rayos del Sol se debe a una predisposición genética, por lo que esta adicción se debe tener en cuenta cuando los responsables de salud pública diseñen campañas de concienciación sobre el cáncer de piel.
Esta es la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores del King’s College of London tras analizar datos de 2.500 gemelos de TwinsUK, incluyendo su genética y su comportamiento de búsqueda del Sol.
Los gemelos idénticos tenían más probabilidades de tener un comportamiento similar de búsqueda del Sol que los no idénticos, lo que indica que la genética juega un papel clave según estos científicos, entre los que se encuentra el doctor Mario Falchi.
En su estudio, publicado en Journal of Investigative Dermatology, los investigadores identificaron cinco genes clave involucrados en el comportamiento de búsqueda de rayos solares, a partir de un análisis adicional de 260.000 participantes de otras cohortes.
Algunos de estos genes se han relacionado con rasgos de comportamiento asociados con la asunción de riesgos y la adicción, como el tabaquismo, el consumo de cannabis y alcohol y el número de parejas sexuales.
Para el doctor Falchi, “nuestros resultados sugieren que abordar la exposición excesiva al Sol o el uso de camas solares podría ser más difícil de lo esperado, ya que tiene influencia de factores genéticos. Es importante que la gente esté al tanto de esta predisposición, ya que podría hacernos más conscientes de nuestro comportamiento y los daños potenciales de la exposición excesiva al Sol”.
Genes que regulan la adicción al Sol
Por su parte, la doctora Veronique Bataille, especialista en Dermatología y miembro del equipo, subraya que “está claro que vemos personas que tienen un comportamiento muy poco saludable frente al Sol y son plenamente conscientes de ello. Continuarán exponiéndose excesivamente incluso si tienen la piel clara y factores de riesgo de cáncer. Nuestra investigación demuestra que los genes que regulan la adicción y otros comportamientos de riesgo son importantes y pueden explicar parte de la reticencia a cambiar comportamientos bajo el Sol”.
El Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (EE UU) recomienda que se adopten una serie de medidas muy fáciles para protegerse de los rayos ultravioletas (UV) del Sol que, en solo 15 minutos, pueden afectar a la piel.
Se deben utilizar prendas de vestir que protejan cuando se esté al aire libre e incluso en la sombra, sombrero de ala ancha y gafas de sol para proteger los ojos de los rayos UV y reducir el riesgo de contraer cataratas.
La mayoría de los filtros solares actúan al absorber, reflejar o dispersar la luz solar. Poseen un número de factor de protección solar o FPS que indica el nivel de protección que proporciona al bloquear los rayos ultravioletas. Cuanto más alto sea el número, mayor será la protección. Se debe usar un filtro solar de rango amplio con por lo menos FPS 15.
Conviene saber que aproximadamente al 2,3% de hombres y mujeres se les diagnosticará un melanoma a lo largo de sus vidas. La radiación ultravioleta es un carcinógeno humano, por lo que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer y la Organización Mundial de la Salud incluyen a los dispositivos de bronceado ultravioleta en el Grupo 1, que son los agentes que causan cáncer. En este grupo están el plutonio y los cigarrillos.