Las conclusiones de un estudio, llevado a cabo por un equipo de investigadores interdisciplinares de la Universidad estadounidense de Chicago, señalan a una proteína como vínculo entre el virus del herpes (VIH-1) y la aparición de trastornos de tipo neurodegenerativo.
Esa conexión se debe a la optineurina (OPTN), como sugieren estos científicos en un estudio que aparece en Nature Communications. Entre estas enfermedades citan al mal de Alzheimer y la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).
Deepak Shukla, profesor de Oftalmología, Inmunología y Microbiología y director de este estudio, explica que el objetivo del trabajo era descubrir por qué el virus VHS-1 puede resultar muy dañino para las personas inmunodeprimidas, pero no para las que están sanas.
Los herpesvirus infectan de forma natural el sistema nervioso central y pueden provocar trastornos degenerativos del cerebro y los ojos, así como encefalitis. Sin embargo, en la mayoría de las personas, el virus se suprime durante una infección primaria antes de que pueda dañar significativamente el sistema nervioso central.
En este estudio concluyen que la causa de que desaparezca ese agente patógeno es una proteína, la optineurina (OPTN).
Se trata de un receptor de autofagia. Se dirige selectivamente a las proteínas del HSV-1. El profesor Shukla puntualiza que detiene el crecimiento del virus por autofagia, “envolviendo las partículas del virus dentro de diminutas vesículas, las autofagosomas”.
Los investigadores creen que los resultados de este estudio se pueden aplicar a ocho herpesvirus humanos diferentes.
Estos científicos estudiaron a roedores a los que eliminaron los genes OPTN e infectados con el virus del herpes simple 1, el más común entre las personas.
Proteína OPTN
El crecimiento del virus fue mucho mayor en los cerebros de los animales sin OPTN, matando las neuronas locales y, eventualmente, provocando la muerte del animal. Esto demuestra que hay una degeneración más rápida de las neuronas cuando la proteína OPTN no está presente.
El equipo del profesor Shukla planifica ahora estudios adicionales para examinar las mutaciones que ocurren naturalmente en OPTN, como las diagnosticadas en pacientes con glaucoma y ELA, y cómo pueden afectar la salud neuronal y la infección por HSV-1. “Donde ha mutado OPTN más herpes, tiene la receta para crear un desastre en términos de neurodegeneración”, asevera este investigador.
El estudio también demuestra que hay un deterioro de la respuesta inmune cuando hay una deficiencia en OPTN. Esta proteína es necesaria para señalar una afluencia de células inmunitarias adecuadas en el sitio de la infección.
Pero el profesor Shukla tiene la esperanza de conseguir datos para demostrar que otros virus, entre ellos el de Epstein-Barr, el sarcoma de Kaposi y el de la varicela-zoster, comparten este mecanismo “porque tienen proteínas homólogas”.
Como quiera que el virus del herpes permanece siempre en las neuronas, los investigadores especulan que está relacionado con enfermedades neurodegenerativas. El sistema inmunológico requiere inflamación para combatir constantemente el virus, y las neuronas tienen cierto grado de daño debido a esta respuesta inmune continua, según el profesor Tibor Valyi-Nagy, de la Universidad de Illinois en Chicago y miembro de este equipo.
El estudio también demostró que, después de 30 días, los animales sin OPTN e infectados con HSV-1 perdieron la capacidad de reconocer objetos. Esto podría ser un indicio de que tener el virus HSV-1 junto con una mutación de OPTN podría acelerar el daño neuronal, lo que se traduciría en deterioro cognitivo.
3.700 millones de infectados por el virus del herpes
Funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman en unos 3.700 millones de personas menores de 50 años los que están infectados por el virus del herpes simple 1 (VIH-1), el más común. Asimismo, cifran en 491 millones de personas de 15 a 49 años (13%) las que están infectadas por el virus del herpes simple 2 (VHS-2). Los datos son de 2016, por lo que estas cifras muy posiblemente han aumentado considerablemente.
El VHS-1 se transmite principalmente por contacto de boca a boca y causa infecciones en la boca o a su alrededor (herpes labial). Sin embargo, también puede transmitirse a la zona genital por contacto bucogenital y provocar herpes genital. El VHS-2 se transmite casi exclusivamente por contacto genital durante las relaciones sexuales y provoca infecciones en la zona genital o anal.
Siempre según la OMS, tanto las infecciones herpéticas labiales como las genitales son, por lo general, asintomáticas pero pueden provocar síntomas, como la aparición de vesículas o úlceras dolorosas en el lugar de la infección, que pueden ser desde leves a graves.
La infección por VHS-1 es muy contagiosa, frecuente y endémica en todo el mundo. Se adquiere mayoritariamente durante la infancia y dura toda la vida.