Perros adiestrados detectan Covid-19 incluso en asintomáticos
Un ejemplar de pastor alemán alerta de la positividad durante la prueba realizada en Emiratos Árabes Unidos. Foto: Nosaïs Team, CC-BY 4.0

El uso del olfato de perros como alternativa a las pruebas antigénicas de Covid-19 ha sido demostrado por un equipo interdisciplinar francés. Con perros adiestrados con este fin y en comparación con las pruebas de la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), han logrado detectar infecciones con alta sensibilidad (97%), aunque con menor especificidad (91%), incluso en asintomáticos.

En un estudio difundido por PLoS, los autores aseguran que la detección no invasiva de la infección por SARS-CoV-2 por olfato canino podría ser una alternativa a hisopos nasofaríngeos y a la PCR “cuando sea necesario obtener un resultado muy rápido según las mismas indicaciones que las pruebas antigénicas en el contexto de cribado masivo”.

Como se explica en este trabajo, “se trata de un estudio de cohorte prospectivo en dos centros de detección de Covid-19. Se recolectaron simultáneamente dos hisopos nasofaríngeos (NPS), una saliva y una muestra de sudor. Los adiestradores de perros (y los canes) estaban cegados con respecto al estado de la enfermedad”.

Participaron un total de 335 adultos (143 sintomáticos y 192 asintomáticos). En general, 109/335 participantes dieron positivo en la RT-PCR nasofaríngea en sintomáticos (78/143) o asintomáticos (31/192).

La sensibilidad general de la detección canina fue del 97% (IC del 95%, 92 a 99) e incluso alcanzó el 100% (IC del 95 %, 89 a 100) en asintomáticos en comparación con NPS RT-PCR.

La especificidad fue del 91% (IC 95%, 72 a 91), alcanzando el 94% (IC 95%, 90 a 97) para asintomáticos. La sensibilidad de la detección canina fue mayor que la de la prueba de antígeno nasofaríngeo (IC del 97%: 91 a 99 versus IC del 84%: 74 a 90, p = 0,006), pero la especificidad fue menor (IC del 90%: 84 a 95 versus 97% IC: 93 a 99, p = 0,016).

Covid-19 detectado por perros

Como destacan los investigadores, los compuestos orgánicos volátiles (COV) tienen el potencial de convertirse en un enfoque revolucionario y no invasivo para el diagnóstico médico en humanos de afecciones como el cáncer y las enfermedades degenerativas o infecciosas.

En este sentido, recuerdan que el Dr. Alejandro A. Aksenov et al. estudiaron los COV producidos por cultivos de linfocitos B infectados por tres virus de la gripe: H9N2 aviar, H6N2 aviar y H1N1 humano.

Las familias de COV recolectados resultaron ser únicas y específicas para cada subtipo viral. Aquellos autores concluyeron que las alteraciones menores inducidas por el virus en la expresión del genoma de la célula dieron lugar a un cambio específico en la producción de COV en el metabolismo celular.

Recientemente, Abd El Qader y su equipo demostraron la especificidad de las especies bacterianas o virales en los COV producidos por cultivos de células infectadas.

Igualmente, Schivo et al. también identificó un volatiloma específico en las células de las vías respiratorias infectadas por un rinovirus.

Además, las capacidades de detección olfativa canina se han utilizado durante años en las fuerzas del orden para detectar drogas o restos forenses, explosivos, billetes de banco, para misiones de búsqueda y rescate de personas e, incluso para localizar minas terrestres.

Ahora, en este trabajo, la hipótesis, objeto de una anterior prueba de concepto, se basó en la posible excreción de COV específicos en el sudor, inducida por acciones o replicaciones celulares del SARS-CoV-2, que produce Covid-19, que generan COV que los perros pueden detectar.

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