En el mundo hay 20 cuatrillones de hormigas
Si se arrancaran todas las hormigas del suelo y se pusieran en una balanza, pesarían más que todas las aves y mamíferos salvajes juntos, según un estudio. Foto: onlyyouqj/Freepik

Tras analizar cerca de 500 estudios, un equipo de científicos concluye que el número de hormigas que existen en el mundo son 20 cuatrillones; o lo que es lo mismo, el número 20 seguido de 15 ceros (20.000.000.000.000.000). Por cada habitante del planeta hay unos 2,5 millones de estos insectos, que pertenecen a 15.700 especies y subespecies. Juega un papel clave en la regeneración y funcionamiento de los ecosistemas.

En un estudio que aparece en Proceedings of the National Academy of Sciences, un grupo de científicos de la Universidad de Hong Kong analizó 489 estudios para, además de ofrecer estos datos, concluir que la masa total de hormigas en la Tierra pesa alrededor de 12 megatones de carbono seco, una forma estándar de medir la biomasa de los animales.

Dicho de otra manera: si se arrancaran todas las hormigas del suelo y se pusieran en una balanza, pesarían más que todas las aves y mamíferos salvajes juntos. Además, estos biólogos especializados en hormigas (mirmecólogos) calculan que, aproximadamente, por cada persona, hay alrededor de 2,5 millones de hormigas.

Como explica Patrick Schultheiss, autor principal del estudio que ahora es investigador en la Universidad de Würzburg, en Alemania, llegar a una estimación sólida sobre esa cifra de hormigas implicó combinar datos de «miles de autores en muchos países diferentes, en el transcurso de un siglo”.

Las hormigas, como las personas, han recorrido prácticamente todos los continentes y todo tipo de hábitats. Son más abundantes en las regiones tropicales y subtropicales, según estos científicos, pero se pueden encontrar en casi todas partes, excepto en las partes más frías del planeta.

Al hacer túneles, airean el suelo y arrastran semillas bajo tierra para que broten, pero también sirven como fuente de alimento para innumerables artrópodos, aves y mamíferos.

Como redes neuronales

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores revisaron alrededor de 12.000 informes de bases de datos en diversos idiomas. Así, encontraron 489 estudios con métodos lo suficientemente rigurosos como para contar hormigas.

La mayoría de esos estudios no se centraron en las hormigas en sí, sino en cuestiones más amplias de biodiversidad y evolución, y simplemente tomaron muestras de hormigas. El equipo reconoce que se sorprendió al descubrir cómo se concentran las hormigas en los trópicos, siendo más abundantes allí en sabanas y bosques húmedos.

Este científico recuerda que, según un estudio de 2019, más del 40% de las especies de insectos pueden extinguirse. Mientras que las mariposas y los escarabajos se enfrentan a la mayor amenaza, Schultheiss reconoce que no están seguros de si el número de hormigas también disminuye.

En otro estudio que difunde Proceedings, investigadores de la Universidad Rockefeller, dirigidos por el profesor Daniel Kronauer, sugieren que las hormigas, como grupo, se comportan de forma similar a las redes de neuronas en el cerebro.

Estos hallazgos sugieren que las hormigas combinan información sensorial con los parámetros de su grupo para llegar a una respuesta grupal, un proceso similar a los cálculos neuronales que dan lugar a decisiones.

“Fuimos pioneros en el enfoque para comprender la colonia de hormigas como un sistema de tipo cognitivo que percibe entradas y luego las traduce en salidas de comportamiento”, puntualiza el profesor Kronauer.

¿Para qué sirven las hormigas?

Estos insectos juegan un papel clave en la regeneración y el funcionamiento de los ecosistemas. Las hormigas se alimentan de semillas y “de su consumo a la dispersión solo hay un paso, ya que no todas las semillas llegan al hormiguero”, explica José Manuel Vidal Cordero, experto en mirmecología, en su libro Las hormigas, de la colección ¿Qué sabemos de?, editado por el CSIC y Catarata.

Este joven científico, que trabaja en la Estación Biológica de Doñana, puntualiza en su obra que “la cantidad total de materia viva de estos individuos es mucho mayor que la de cualquier otro grupo de insectos; mantienen numerosas relaciones con animales y plantas, y su tipo de vida ha propiciado una gran variedad de comportamientos, pero las hormigas siguen siendo grandes desconocidas para la ciudadanía, más allá de verlas como organismos agresivos y molestos que entran sin permiso en nuestra despensa”.

La familia Formicidae comprende alrededor de 13.500 especies conocidas en todo el mundo, sin contar las más de 750 especies de hormigas fósiles identificadas. Solo en la Península Ibérica se han registrado cerca de 300 especies de hormigas.

“En cuanto a su distribución, las zonas tropicales son más ricas en especies, pero lo cierto es que, menos en la Antártida, podemos encontrarnos ejemplares de hormigas en cualquier lugar, excepto en los medios acuáticos”, añade Vidal.

Finalmente, describe algunos de los comportamientos curiosos. “Hay hormigas que bucean, otras que construyen balsas con sus propios cuerpos y unas que pasan su vida como nómadas. Algunas especies son agricultoras, otras ganaderas y otras que ejercen como jardineras. Incluso algunas se comportan como verdaderas kamikazes”, subraya.

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