Un estudio internacional, coordinado por un grupo de investigación de la Universidad de Helsinki, demuestra que el sistema inmunológico se auto ataca cuando se trata de una leucemia rara. Hacen hincapié en que el tratamiento anticancerígeno debe incluir también al sistema inmune.
En el estudio que difunde Nature Communications, el profesor Satu Mustjoki, director del equipo multinacional y miembro de la Universidad de Helsinki, recuerda que la última evaluación internacional dice que una de cada dos personas desarrollará cáncer en algún momento de su vida.
Los cánceres de la sangre y otros carcinomas que antes eran raros también se están volviendo cada vez más comunes en la población. Opina que el estudio de los cánceres raros es importante no solo para mejorar el tratamiento de los pacientes que los padecen, sino también “porque puede enseñarnos qué hace que otros cánceres sean vulnerables”.
Uno de estos tipos raros de cáncer de la sangre es la leucemia de linfocitos granulares grandes (LGL), en la que las propias células inmunitarias del cuerpo, las células T, forman las células cancerosas. La leucemia LGL rara vez es fatal, pero causa varios síntomas crónicos, incluido un mayor riesgo de infección, anemia y dolor en las articulaciones.
Se cree que los síntomas los causan las células cancerosas LGL que atacan a los propios tejidos del cuerpo. De hecho, la leucemia LGL se parece a las enfermedades autoinmunes. Las terapias actuales generalmente no son curativas y los síntomas de los pacientes regresan rápidamente.
Satu Mustjoki recuerda que hace 10 años demostró que las células cancerosas LGL suelen tener una mutación en el gen STAT3, “un hallazgo que ahora se usa para diagnosticar esta enfermedad en todo el mundo”, matiza.
Leucemia LGL
En este sentido, Jani Huuhtanen, de la Universidad Aalto y miembro del equipo, se pregunta si otras células del sistema inmunitario de estos pacientes también podrían tener un papel en el desarrollo de la enfermedad.
Para estos investigadores, separar las células normales asociadas al sistema inmunitario de las células cancerosas de la sangre mediante métodos tradicionales ha resultado ser extremadamente difícil, ya que, por ejemplo, en el caso de la leucemia LGL, las células cancerosas se parecen mucho a las células T normales.
Las nuevas técnicas unicelulares han permitido un gran avance que ha hecho posible que los científicos examinen las células de forma individual. Con estas técnicas, los investigadores pudieron, por primera vez, separar las células cancerosas de las células T normales y compararlas entre sí.
La profesora Tiina Kelkka, también del equipo, asegura que “las técnicas unicelulares abren caminos completamente nuevos para la investigación. Pero necesitábamos una gran cohorte de pacientes, que es difícil de reunir en enfermedades raras. Gracias a la red de colaboración internacional de nuestro grupo, pudimos recoger un conjunto de datos de casi 200 muestras de pacientes con leucemia LGL de Finlandia, Alemania, Italia, Estados Unidos y Japón”.
Así las cosas, la doctora Dipabarna Bhattacharya asegura que “el sistema inmunitario de estos pacientes está sobreactivado y sigue dando señales a las células tumorales para que continúen creciendo, además de proporcionarles un entorno favorable”.
Los hallazgos sugieren que las terapias actuales para la leucemia LGL deben dirigirse a todo el sistema inmunitario, no solo a las células cancerosas, para aumentar la calidad de vida de los pacientes.
“Creemos que se harán hallazgos similares en otros tipos de cáncer. De hecho, nuestro objetivo es utilizar las mismas técnicas para descifrar el papel del sistema inmunitario también en otros tipos de cáncer”, hace hincapié Huuhtanen.