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Un biomarcador detecta Alzheimer en sangre con antelación

Un biomarcador detecta Alzheimer en sangre con antelación

La importancia de este biomarcador es que los niveles en sangre y LCR (líquido cefalorraquídeo) se correlacionan fuertemente en muestras pareadas. Foto: Freepik

Un equipo de neurocientíficos de la Universidad estadounidense de Pittsburgh, junto con expertos de países europeos, ha desarrollado una prueba avanzada que, basándose en un biomarcador, detecta en sangre signos de neurodegeneración en el mal de Alzheimer.

Estos neurocientíficos de Estados Unidos eligieron Brain para difundir un estudio en el que presentan el desarrollo y validación de un inmunoensayo ultrasensible y los resultados de rendimiento clínico en cinco cohortes independientes, para un biomarcador mejorado de t-tau basado en sangre, que denominan BD-tau.

En pocas palabras, han demostrado que BD-tau en plasma es un biomarcador de neurodegeneración del tipo de la enfermedad de Alzheimer, “que puede discriminar entre este mal verificado por autopsia, de otras enfermedades neurodegenerativas y, además, se asocia con la gravedad clínica de la enfermedad en la cohorte de neuropatología”.

“La importancia de este biomarcador, que también explica estos hallazgos, -añaden- es que los niveles en sangre y LCR (líquido cefalorraquídeo) se correlacionan fuertemente en muestras pareadas. El ensayo se desarrolló utilizando un anticuerpo monoclonal que se une selectivamente a las isoformas tau del SNC (de ahí el nombre BD-tau)”.

Además, BD-tau en sangre, como NfL (Neurofilament light chain), tiene una alta precisión diagnóstica para detectar la neurodegeneración en la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, el plasma NfL no lo consiguió.

Biomarcador sanguíneo de Alzheimer

El profesor Thomas Karikari, autor principal de este trabajo, recuerda que actualmente el diagnóstico de Alzheimer necesita neuroimágenes, “pruebas costosas que requieren mucho tiempo para programarse, y muchos pacientes, incluso en EE UU, no tienen acceso a escáneres MRI y PET. La accesibilidad es un problema importante”.

En el diagnóstico de esta demencia se utilizan las pautas establecidas en 2011 por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento y la Asociación de Alzheimer. Las directrices, denominadas Marco AT(N), exigen la detección de tres componentes distintos de la patología de la enfermedad: presencia de placas amiloides, ovillos de tau y neurodegeneración en el cerebro, ya sea mediante imágenes o mediante el análisis de muestras de líquido cefalorraquideo.

Este neurocientífico reconoce que estos enfoques tienen limitaciones económicas y prácticas, por lo que es necesario desarrollar biomarcadores de AT(N) eficaces en muestras de sangre, cuya recolección es mínimamente invasiva y requiere menos recursos.

El desarrollo de herramientas simples que detectan signos de Alzheimer en la sangre sin comprometer la calidad es un paso importante hacia una mejor accesibilidad, según Karikari. “La utilidad más importante de un biomarcador sanguíneo -subraya- es mejorar la vida de las personas y mejorar la confianza clínica y la predicción del riesgo en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer”.

Los métodos de diagnóstico de sangre actuales pueden detectar con precisión anomalías en la beta amiloide plasmática y la forma fosforilada de tau, alcanzando dos de las tres marcas de verificación necesarias para diagnosticar con confianza la enfermedad de Alzheimer.

Diferenciando Alzheimer de otras enfermedades neurodegenerativas

Pero el mayor obstáculo al aplicar el Marco AT(N) a las muestras de sangre radica en la dificultad de detectar marcadores de neurodegeneración, que son específicos del cerebro y no influenciados por contaminantes potencialmente engañosos producidos en otras partes del cuerpo.

Por ejemplo, los niveles sanguíneos de neurofilamentos ligeros, una proteína marcadora del daño de las células nerviosas, se elevan en la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson y otras demencias, lo que la vuelve menos útil cuando se trata de diferenciar la enfermedad de Alzheimer de otras afecciones neurodegenerativas.

Al aplicar su conocimiento de biología molecular y bioquímica de las proteínas tau en diferentes tejidos, como el cerebro, el profesor Karikari y su equipo, junto con neurocientíficos suecos de la Universidad de Gotemburgo, desarrollaron una técnica para detectar selectivamente BD-tau.

Para ello, diseñaron un anticuerpo especial que se une selectivamente a BD-tau, haciéndolo fácilmente detectable en sangre. Validaron su ensayo en más de 600 muestras de pacientes de cinco cohortes independientes, incluidas aquellas de pacientes cuyo diagnóstico de enfermedad de Alzheimer se confirmó después de su muerte, así como de pacientes con deficiencias de memoria en etapa temprana, típicas de Alzheimer.

Las pruebas demostraron que los niveles de BD-tau detectados en muestras de sangre de pacientes con enfermedad de Alzheimer que utilizaron el nuevo ensayo coincidieron con los niveles de tau en el líquido cefalorraquìdeo.

Así pudieron diferenciar con seguridad el mal de Alzheimer de otras enfermedades neurodegenerativas. Los niveles de BD-tau también se correlacionaron con la gravedad de las placas de amiloide y los ovillos de tau en el tejido cerebral, confirmados mediante análisis de autopsia cerebral.

Biomarcador accesible

“Hay una gran necesidad de diversidad en la investigación clínica, no solo por el color de la piel sino también por el nivel socioeconómico -destaca el profesor Karikari-. Para desarrollar mejores medicamentos, los ensayos deben incluir a personas de diversos orígenes y no solo a aquellos que viven cerca de centros médicos académicos. Un análisis de sangre es más barato, más seguro y más fácil de administrar, y puede mejorar la confianza clínica en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer y la selección de participantes para el ensayo clínico y el seguimiento de la enfermedad”.

El profesor Karikari y su equipo realizarán una validación clínica a gran escala de BD-tau en sangre en una amplia gama de grupos de investigación, incluidos aquellos que reclutan voluntarios de diversos orígenes raciales y étnicos, entre otros. Estos estudios incluirán adultos mayores sin evidencia biológica de la enfermedad de Alzheimer, así como aquellos en diferentes etapas de la enfermedad.

Además de los ya citados, en el estudio participaron neurocientíficos de Bioventix Plc y de las universidades de California en San Diego y Brescia, en Italia, así como en el Centro San Giovanni di Dio Fatebenefratelli.

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