Un equipo de científicos y clínicos de las facultades de Medicina y Farmacia de la Universidad de Maryland ha descubierto nuevos compuestos farmacológicos para tratar potencialmente el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Estas moléculas interrumpen el funcionamiento de un complejo de proteínas dentro de las células humanas, que los investigadores descubrieron que es fundamental para la replicación y supervivencia de los coronavirus. Este hallazgo podría conducir al desarrollo de nuevos medicamentos antivirales de amplio espectro que se dirijan a diversos agentes patógenos como el de la gripe, ébola y los coronavirus.
El complejo de proteínas humanas, llamado SKI, regula varios aspectos del funcionamiento normal de una célula. En este estudio, que aparece en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), el equipo dirigido por el doctor Matthew Frieman descubrió que ese complejo también juega un papel crucial para ayudar a un virus a replicar su material genético dentro de las células que infecta.
Este investigador y su equipo llegaron a la conclusión de que al interrumpir el complejo SKI se evita que el virus se copie a sí mismo, “lo que esencialmente lo destruye”, explica Frieman. También identificaron compuestos que se dirigían al complejo SKI, “no solo inhibiendo los coronavirus sino también los virus de la gripe y los filovirus, como el que causa el ébola”.
Compuestos con actividad antiviral frente a SARS-CoV-2
Este trabajo se llevó a cabo con la participación de expertos del Centro de Terapéutica Biomolecular de la Universidad de Maryland, que utilizaron modelos computarizados para identificar un sitio de unión en el complejo SKI.
Así, lograron identificar compuestos químicos que podrían unirse a este lugar. El análisis experimental posterior demostró que estos compuestos tienen actividad antiviral contra los agentes patógenos ya mencionados, entre los que se encuentra el SARS-CoV-2.
En el estudio, financiado por Emergent BioSolutions, empresa biofarmacéutica con sede en Gaithersburg, también participaron investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, que dirige el doctor Anthony Fauci.
Como reitera Stuart Weston, autor principal del trabajo, “estos hallazgos presentan un primer paso importante en la identificación de nuevos antivirales potenciales, que podrían usarse para tratar una gran cantidad de enfermedades infecciosas mortales”.
Los próximos pasos incluyen la realización de estudios en animales para obtener más información sobre la seguridad y eficacia de estos compuestos experimentales.
En otros estudios financiados por el Gobierno Federal, el profesor Frieman y su equipo prueban centenares de medicamentos, aprobados y comercializados para otras patologías, para ver si alguno puede reutilizarse para prevenir o tratar Covid-19.
Como destaca el doctor Albert Reece, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, “la investigación básica sigue siendo una parte vital de este esfuerzo, para que estemos preparados para la próxima pandemia”. Esta Facultad fue la primera que impartió la docencia de Medicina en Estados Unidos, en 1807.
Estructura del genoma del ARN del SARS-CoV-2
Casi al mismo tiempo, un grupo de científicos de las universidades de Groningen y Leiden así como del Instituto Internacional de Biología Molecular de Varsovia, explicaba en Nucleic Acids Research los pormenores de su trabajo, coordinados por Danny Incarnato.
Como recuerdan en este trabajo, Covid-19 está causado por SARS-CoV-2, un coronavirus beta con un genoma de ARN de sentido positivo y monocatenario lineal. Al igual que en otros virus de ARN, los científicos esperan que las estructuras de ARN del SARS-CoV-2 jueguen un papel crucial en la forma en que el coronavirus se replica en las células humanas.
Pero hasta ahora únicamente se ha estudiado un pequeño número de elementos de ARN estructural de coronavirus, considerados como funcionalmente relevantes.
Ahora, estos investigadores realizaron una caracterización extensa de la estructura del genoma del ARN del SARS-CoV-2, utilizando varias técnicas avanzadas.
El estudio incluyó el sondeo de la estructura del ARN para obtener mapas de estructura secundaria de resolución de base única del genoma completo del coronavirus SARS-CoV-2, tanto in vitro como en células vivas infectadas. Posteriormente, el equipo identificó al menos 87 regiones en la secuencia de ARN del SARS-CoV-2, que parecen formar estructuras compactas bien definidas.
De ellas, al menos el 10% están bajo una fuerte presión de selección evolutiva entre los coronavirus, lo que sugiere una relevancia funcional. Es importante destacar que esta es la primera vez que se determina la estructura de todo el ARN del coronavirus (uno de los ARN virales más largos con aproximadamente 30.000 nucleótidos).
Esta investigación establece una base firme para el trabajo futuro destinado a desarrollar posibles fármacos de moléculas pequeñas para el tratamiento de infecciones por SARS-CoV-2 y, posiblemente, también infecciones por otros coronavirus.
Una española en el equipo
Como viene siendo habitual, los científicos que trabajan en estos y otros centros de investigación y académicos no suelen ser de los países donde están situados. En este caso concreto, la investigadora española Almudena Ponce-Salvatierra trabaja ahora en el Instituto de Biología Molecular de Varsovia, después de haber permanecido varios años en Alemania, en el Instituto Max Planck en Göttingen.
A pesar de su juventud, Ponce-Salvatierra tiene un curriculum plagado de éxitos, entre los que figura el trabajo que, en 2016, cuando trabajaba en el Max Planck, publicó en Nature, por conseguir visualizar por primera vez la estructura atómica de un catalizador compuesto únicamente por ácido desoxirribonucleico (ADN).
Se trasladó a Varsovia al conseguir una beca de unos trescientos mil euros del Centro Nacional de Ciencia de Polonia, para desarrollar el proyecto DNA catalysis: in search of answers, dirigido a estudiar las moléculas de ADN capaces de catalizar reacciones químicas.