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Dr. Álvarez de Mon: Alteración de la barrera intestinal y depresión

Dr. Alvarez de Mon: Alteración de la barrera intestinal y depresión

Micrografía electrónica de barrido coloreada de un linfocito T. Crédito: NIAID

La depresión es una enfermedad con alta prevalencia en nuestra sociedad, que supone una de las principales causas de deterioro de la calidad de vida y se acompaña de marcada morbilidad e incremento de la mortalidad.

El Trastorno Depresivo Mayor (TDM) es el más frecuente entre todos los trastornos del humor. El pronóstico del episodio depresivo es bueno, en torno al 60-80% de los pacientes se recuperan en un año aproximadamente, pero hasta el 60% presenta otro episodio a lo largo de su vida.

El riesgo de recurrencia aumenta con el número de episodios pasados y con el número de tratamientos necesitados para alcanzar la remisión. Es, por tanto, prioritario identificar biomarcadores que pueden constituir parámetros predictores de respuesta al tratamiento. En la actualidad, no existe una regla de oro ni pruebas analíticas que orienten la elección del antidepresivo. Ningún antidepresivo ha demostrado ser mejor que los demás.

La patogenia de la depresión es compleja e intervienen elementos psicológicos, endocrinológicos e inmunoinflamatorios. Se ha observado una mayor incidencia de infecciones y de enfermedades autoinmunes en pacientes con depresión, así como una menor respuesta a diferentes vacunas.

Además, numerosos estudios han demostrado que el Trastorno Depresivo Mayor se asocia a un estado de disfunción inmuno-inflamatoria sistémica caracterizado por la elevación de los niveles en suero de citoquinas pro-inflamatorias. Asimismo, se ha descrito un estado de activación inadecuada del compartimento celular de la respuesta innata y en concreto de los monocitos.

También se han descrito alteraciones en la respuesta inmune adaptativa. Sin embargo, se constatan discrepancias en los resultados publicados por distintos grupos de investigación.

Linfocitos T reguladores

En este trabajo, hemos estudiado a 30 pacientes con TDM y sin otras enfermedades concomitantes que pudiesen afectar a la inmunidad, y a 20 controles sanos con el objetivo de estudiar a las distintas poblaciones de Linfocitos T reguladores, así como la integridad de la barrera intestinal y la translocación bacteriana.

Los linfocitos T reguladores están implicados en mantener la homeostasis del sistema inmune, a través de múltiples mecanismos entre los que destaca la secreción de IL-10.

Nuestros hallazgos demuestran que los pacientes con TDM presentan una expansión de los distintas subpoblaciones de Linfocitos T reguladores, así como una mayor expresión de las moléculas implicadas en la migración de estas células a los tejidos.

Además, los Linfocitos T reguladores de los pacientes con TDM presentan una producción de IL-10 significativamente mayor que la de los controles sanos. Los niveles en suero de IL-10 también eran mayores en los pacientes con TDM. Sin embargo, la expansión de Linfocitos T reguladores estaba atenuada en los pacientes con afectación de la barrera intestinal y aumento de la translocación bacteriana.

La identificación de esta subpoblación de pacientes es probablemente el hallazgo más significativo de nuestro trabajo. Este hallazgo puede suponer una pequeña contribución en la carrera hacia la identificación de marcadores biológicos que nos posibiliten predecir la evolución de la depresión, la respuesta al tratamiento o incluso el desarrollo de nuevas dianas terapéuticas.

Además, el hecho de que los pacientes con mayor translocación bacteriana presenten una atenuación de la expansión de los Linfocitos T reguladores, sugiere que la translocación bacteriana pueda ser uno de los factores implicados en la variabilidad observada en estudios previos.

Barrera intestinal y depresión

Los estudios publicados hasta el momento que han evaluado las distintas poblaciones de Linfocitos T en sujetos con depresión no han medido la translocación bacteriana de estos sujetos.

Por otro lado, no hemos encontrado diferencias en la expansión de los linfocitos T reguladores entre aquellos pacientes que sufrían su primer episodio depresivo y aquellos que sufrían un episodio recurrente, lo cual sugiere que la expansión de los linfocitos T reguladores se asocia a la presencia de la sintomatología depresiva. No obstante, nuestro estudio ha sido transversal, por lo que no podemos responder con seguridad a esta cuestión.

Es, por tanto, fundamental llevar a cabo nuevos estudios que incluyan seguimiento temporal de los pacientes. Sin embargo, a pesar de que todavía queda mucho camino por recorrer, parece claro que el eje intestino-cerebro juega un papel relevante en la depresión.

Nuestros resultados demuestran que la alteración de la barrera intestinal y la translocación bacteriana se asocian a un marcado impacto en el estado del sistema inmunitario de los pacientes con depresión.

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