DR. ALFONSO DELGADO
Catedrático de Pediatría de la Universidad San Pablo-CEU
Director del departamento de Pediatría de HM Hospitales. Madrid
La Fibrosis Quística (FQ) es una de las enfermedades genéticas crónicas y graves más frecuente en los individuos de raza blanca. En 1989, se aisló el gen responsable de la enfermedad que está localizado en el brazo largo del cromosoma 7. La FQ está causada por las mutaciones del gen regulador de la Conductancia Transmembrana de la Fibrosis Quística (CFTR), que regula una proteína del mismo nombre.
Esta proteína se sintetiza en el núcleo celular y, seguidamente, se sitúa en el borde apical de la membrana celular. Funciona como un canal de cloruro, ATP dependiente, y controla las secreciones de cloruro y bicarbonato así como la absorción de sodio en las membranas de las células epiteliales. Hasta la actualidad, se han descrito más de 2.000 mutaciones, que se agrupan en seis clases, siendo la más frecuente la delta F508.
La pérdida de función de la proteína CFTR conduce a anomalías en los órganos donde se expresa: pulmón, páncreas, hígado, intestino, glándulas sudoríparas y conductos deferentes. Esto explica que se trate de una enfermedad sistémica y multiorgánica.
Su herencia es autosómico recesiva por lo que los progenitores son portadores sanos de la enfermedad y su descendencia tiene un 25% de probabilidades de padecer FQ, un 50% de ser portadores sanos como ellos y el restante 25% son sanos y no portadores.
Diagnóstico de la Fibrosis Quística al nacer
El diagnóstico de la FQ se basa en las manifestaciones respiratorias y digestivas con una neumopatía crónica evolutiva y un síndrome de malabsorción junto a un test del sudor con cifras de cloro y sodio > 60 mEq/L.
Los avances en la terapéutica de la FQ han permitido mejorar, en estos últimos años, de forma muy significativa la calidad y la esperanza de vida de estos pacientes, con unas supervivencias medias superiores a los 40 años.
En la actualidad, el diagnóstico muy precoz, al nacimiento, mediante el tamizaje neonatal, nos permite detectar a los portadores y dar el oportuno consejo genético. En los países donde no se hace el screening neonatal, la clínica junto al test del sudor y el estudio de las mutaciones nos dará el diagnóstico.
Tratamientos personalizados financiados por el SNS
El tratamiento de la FQ, que siempre debe hacerse en unidades especializadas, consiste en el control de la infección e inflamación pulmonar, fisioterapia respiratoria, una dieta apropiada y de las complicaciones que vayan surgiendo en el curso evolutivo de la enfermedad.
En la actualidad, hemos asistido a un cambio radical en la terapia de la FQ al disponer de tratamientos que reparan la proteína CFTR alterada, con moduladores específicos que actúan como correctores o potenciadores de la actividad de esta proteína.
Hoy disponemos de triples terapias con Ivacaftor, Tezacaftor y VX659, que nos permite diseñar tratamientos personalizados según la mutación de la que se trate, lo que ha revolucionado el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes afectos de Fibrosis Quística. En nuestro país, estos tratamientos están asumidos por el Sistema Nacional de Salud desde el 1 de noviembre de 2019, a pesar de su elevadísimo costo.