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El VIH se copia a sí mismo tras iniciar la infección

El VIH se copia a sí mismo tras iniciar la infección

Micrografía electrónica de barrido de la gemación del VIH-1 (en verde) de linfocitos cultivados.Foto: CDC / C. Goldsmith, P. Feorino, EL Palmer, WR McManus

En las últimas cuatro décadas, la comunidad científica ha conseguido desnudar, desde el punto de vista de la biología molecular, al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida, pero todavía no ha sido capaz de encontrar una vacuna. El último avance sobre este retrovirus lo han llevado a cabo investigadores y clínicos de la Universidad estatal de Ohio, en Estados Unidos. Han demostrado que el VIH se copia a sí mismo, poco después de iniciar el proceso de infección.

En un nuevo trabajo que aparece en Proceedings of the National Academy of Sciences, sus autores se muestran optimistas ya que creen que puede ser la base para futuros tratamientos.

La profesora Karin Musier-Forsyth, coordinadora de este estudio, explica que el VIH elige su genoma de ARN viral, el código fuente que inyecta en las células humanas sanas para infectarlas. Y para ello se apoya en funciones atribuibles a solo dos nucleótidos.

Es solo esta diferencia de dos nucleótidos la que produce un efecto tan dramático. “Si evitamos que empaquete su propio genoma -opina esta investigadora- podríamos evitar también que se propague dentro del cuerpo”.

Los autores del estudio, que también incluyen a investigadores del Instituto Nacional del Cáncer, querían encontrar la respuesta a una cuestión importante que se planteaban desde hace tiempo: ¿Cómo sabe el retrovirus empaquetar su ARN viral específico para copiarse en células humanas?

ARN genómico y ARNm viral

El ARN es una cadena de nucleótidos y está presente de una forma u otra en todos los seres vivos, incluyendo los virus. En el VIH, lleva la información genética que permite que el virus se copie a sí mismo dentro de un huésped: el cuerpo humano. El ARN del VIH comprende aproximadamente 9.800 nucleótidos.

“Tenemos muchos tipos de ARN en nuestras células como seres humanos, incluido el ARN mensajero (ARNm), que es muy abundante, y del que todos han oído hablar ahora, gracias al Covid-19 -recuerda la profresora Musier-Forsyth-, pero el genoma viral del VIH se produce en pequeñas cantidades y se empaqueta de manera muy selectiva como ARN genómico, además de servir como ARNm para producir proteínas virales”.

En su trabajo, este equipo de científicos examinó las estructuras de dos cadenas de ARN del VIH casi idénticas y encontraron que el virus usaba una diferencia de dos nucleótidos en el extremo de las cadenas de ARN para distinguir entre ARN genómico y ARNm viral.

Descubrieron que uno era más eficiente para empaquetarse como un genoma que el otro, debido principalmente a las estructuras que formaba. Este nuevo e importante paso en la investigación de la biología molecular del VIH abre la puerta a futuros tratamientos, totalmente diferentes a los que ya se utilizan ahora.

El 20 de mayo de 1983, Science publicaba el descubrimiento de Luc Montagnier, virólogo francés del Instituto Pasteur: había aislado lo que, posteriormente, se demostraría como agente causal del sida. Lo denominó LAV (Lynphadenopathy Associated Virus), junto con su equipo integrado por Jean Claude Chermann y Françoise Barré-Sinoussi.

Montagnier, Gallo y el VIH

En esa época se registraba una polémica entre Montagnier y Robert Gallo, de los INH. Gallo aseguraba que él había sido el descubridor del VIH. Esta situación quedó zanjada en 2008 cuando a Luc Montagnier se le concedió el premio Nobel de Medicina, reconociendo así su autoría y anulando el codescubrimiento del investigador estadounidense.

En el verano de 1981, se identificó al primer enfermo por este agente patógeno, en California, y pocos años después se aprobaba el primer tratamiento contra el VIH: la zidovudina o AZT (Azidotimidina). Curiosamente, este fármaco se sintetizó del esperma de ballena en 1964 por el investigador estadounidense Jerome P. Horwitz, que trabajaba en el Barbara Ann Karmanos Cancer Institute.

Era muy tóxico como tratamiento contra el cáncer, como se demostró en animales de laboratorio, por lo que quedó descartado. El siguiente avance en este capítulo tuvo lugar en 1996, con la aprobación de la terapia antirretroviral altamente activa, que es una combinación de varios medicamentos.

Cada día, científicos de muchos países van avanzando en la investigación del VIH, desvelando nuevas facetas sobre el proceso infeccioso que lleva a cabo este retrovirus inteligente, como se le ha llegado a denominar por su capacidad de transformarse ante la acción de los fármacos dirigidos contra él llegando, incluso, a volverse invisible en pacientes que ha infectado.

El hallazgo de ahora es un paso más, como el que en 2020 protagonizaron investigadores canadienses de la Universidad de Montreal, al desvelar en Science Translational Medicine que el VIH tiene la capacidad de reducir su tamaño, hasta 100 veces, para evitar ser detectado con las pruebas ya convencionales de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) y del tradicional recuento de linfocitos CD4+.

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