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Dr. Muñoz Sanz: Caos, mariposas y avispas picajonas

Dr. Muñoz Sanz: Caos, mariposas y avispas picajonas

Las epidemias, como la predicción del tiempo, entran de lleno en la teoría del caos, propuesta por Edward Norton Lorenz en 1963. Imagen: cromaconceptovisual

Las epidemias, como la predicción del tiempo, entran de lleno en la teoría del caos, propuesta por Edward Norton Lorenz en 1963. Son sistemas dinámicos complejos influenciados por numerosas variables. Y les atañe el efecto mariposa (curiosamente, de origen chino). La teoría del caos dice que el resultado de algo depende de distintos factores y es imposible de predecir.

En cuanto al efecto mariposa, en el contexto de lo que tratamos, un buen ejemplo -variante del original- es que un estornudo en Pekín (modesto aleteo de la mariposa) puede provocar una neumonía grave en Lérida (un terremoto epidémico a distancia). En la coronavirosis pandémica, las variables principales son el factor humano, el virus y el ambiente.

Factor humano: las personas individuales en calidad de candidatos a infectarse, o ya infectados (asintomáticos, presintomáticos y enfermos) y de gravedad variable.

Estos, con inmunidad adecuada, en cuantía y en calidad (anticuerpos y células inmunes), con respuesta duradera, o, por el contrario, hiporreactivos. De cualquier edad, sexo y condición. Con sobrepeso, obesos, delgados o atléticos. Con diferente intelecto, educación, nivel de riqueza o pobreza, cultura, ideología, raza y religión. Responsables o irredimibles. Nativos o habitantes de cualquier lugar. Sanos o mórbidos. Los gobernantes que dirigen el destino de los anteriores son normales o esperpénticos, peligrosos y dañinos.

Factor viral: el virus es diferente por su origen y virulencia, la variante genética, si muta (G614D) para difundirse mejor o para mayor patogenicidad, la carga vírica, cuánto dura activo (infectante) o si puede reinfectar; su respuesta a los tratamientos antivíricos y a las vacunas.

Factor ambiental: las coordenadas geográficas; el clima, la estación del año, temperatura y humedad relativa; la radiación ultravioleta; el desarrollo sanitario (profesional, tecnológico), o su carencia. Dictadura o democracia. Un universo de circunstancias.

Sin soluciones fáciles para problemas complejos

No hay soluciones fáciles para los problemas complejos. Inmunidad de rebaño es un nombre inapropiado (traducción literal del inglés: herd immunity) por más que algunos irresponsables encajen en el concepto de manada. La inmunidad comunitaria es un concepto clásico, familiar para epidemiólogos e infectólogos. Ahora es patrimonio de la humanidad. Se habla de ella como si fuera la solución de la tragedia. La esperanza venidera.

El manoseado mensaje “el 60-70% de inmunidad colectiva asegura el control de la infección por coronavirus” no sirve. En esta pandemia nadie sabe cuál es el porcentaje de inmunidad que garantice la protección colectiva. Varios matemáticos han analizado el asunto y lo cifran en el 20% (parece bajo), el 35-45% o el 20-60%. Todos disminuyen la cifra, sin afinar. En otro sitio hablamos sobre las mil caras de una pandemia. Su variabilidad. No importan solo los continentes, países, ciudades, barrios y portales, sino las personas, la sociedad. El factor humano.

El punto común en esta amalgama de circunstancias es la heterogeneidad. En un sistema dinámico no lineal, como la pandemia vigente, la heterogeneidad hace imposible las previsiones. Hablar de inmunidad de rebaño puede confundir a la gente. La respuesta inmunitaria masiva solo se logra con una vacunación masiva: aplicar un antígeno a dosis fija suele generar una respuesta de anticuerpos bastante homogénea y duradera. No es aplicable en la vida real de una pandemia caótica de la que estamos aprendiendo.

La inmunidad comunitaria condiciona el índice Ro (número de reproducción básica): el número de personas contagiadas por infectante. El factor más influyente en el Ro es la conducta individual y colectiva: el confinamiento, la distancia física, las mascarillas y el lavado de manos y superficies son el mejor método antipandémico contrastado.

Depende de las personas. Lo cual implica a las autoridades y a la ciudadanía porque no intervienen los virus, los tratamientos, las vacunas o la inmunidad humoral o celular. En el momento presente de la biografía pandémica activa, en la ciudadanía reside la clave del asunto: o se cumplen las normas a rajatabla -todos sin excepción- o se asume que los 14 millones de infectados y el más de medio millón de muertos acumulados hasta ahora son un aviso. La irresponsabilidad de una sola persona o grupo (fútbol, botellón, fiestas, discotecas, etcétera) puede desencadenar un desastre colectivo. Un caos, pero no por inocentes mariposas, sino por avispas picajonas, aunque no sean asiáticas.

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