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Combinación mortal: dormir menos de 6 horas y enfermedad cardíaca

Combinación mortal: dormir menos de 6 horas y enfermedad cardíaca

Las personas que tienen enfermedades cardíacas o derrames cerebrales y duermen menos de 6 horas tienen tres veces más riesgo de morir de cáncer. Foto: Dragana_Gordic / Freepik

Los adultos de mediana edad con presión arterial alta, diabetes tipo 2, enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular podrían tener un alto riesgo de cáncer y muerte prematura por dormir menos de 6 horas al día.

Estas son las conclusiones de un estudio dirigido por Julio Fernández-Mendoza, profesor del Colegio de Medicina del Estado de Pennsylvania y psicólogo del sueño en el Centro de Investigación y Tratamiento del Sueño de Penn State, en Hershey.

Según esta nueva investigación publicada en Journal of the American Heart Association, lograr un sueño normal puede ser protector para algunas personas con estas afecciones y riesgos de salud.

Sin embargo, en palabras de Fernández-Mendoza, “se necesita más investigación para examinar si mejorar y aumentar el sueño a través de terapias médicas o conductuales puede reducir el riesgo de muerte prematura».

En este estudio se analizaron datos de más de 1.600 adultos (de 20 a 74 años, más de la mitad mujeres) de la Cohorte de Adultos de Penn State que se clasificaron en dos grupos con presión arterial alta en etapa 2 o diabetes tipo 2 y enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular.

Tres veces más riesgo de fallecer de cáncer

A los participantes se les estudió en el laboratorio del sueño (1991-1998) durante una noche y luego los investigadores rastrearon su causa de muerte hasta finales de 2016.

Los investigadores encontraron:

Dormir menos de 6 horas, factor de riesgo para predecir enfermedad cardíaca

En opinión de Fernández-Mendoza, «la corta duración del sueño debe incluirse como un factor de riesgo útil para predecir los resultados a largo plazo de las personas con estas afecciones de salud y como un objetivo de las prácticas clínicas primarias y especializadas».

Este investigador apuesta por cambios en las políticas para que las consultas y los estudios del sueño se conviertan en una parte más integral de nuestros sistemas de atención médica. “Una mejor identificación de las personas con problemas específicos del sueño podría conducir a una mejor prevención, enfoques de tratamiento más completos, mejores resultados a largo plazo y menos uso del sistema de salud», apunta Fernández-Mendoza.

Según la Asociación Estadounidense del Corazón, aproximadamente el 45% de la población de Estados Unidos tiene hipertensión arterial y/o diabetes tipo 2, mientras que otro 14% tiene enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular.

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