Un equipo de científicos de la Universidad Edith Cowan, en la ciudad de Perth, destaca que una dieta rica en frutas y verduras se asocia con menos estrés. En los últimos tiempos, las universidades y otras instituciones académicas de Australia han adquirido protagonismo en diversos campos de la investigación biomédica.
En este trabajo, que aparece en Journal Clinical Nutrition, se examinó el vínculo entre la ingesta de frutas y verduras y los niveles de estrés de más de 8.600 australianos de entre 25 y 91 años, que participaron en el Estudio Australiano de Diabetes, Obesidad y Estilo de Vida (AusDiab), del Baker Heart and Diabetes Institute.
Los hallazgos revelaron que las personas que consumían, al menos, 470 gramos de frutas y verduras al día en su dieta tenían niveles de estrés un 10% más bajos que aquellos que comían menos de 230 gramos. Recordamos que La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda comer unos 400 gramos de frutas y verduras al día.
Simone Radavelli-Bagatini, coordinadora de este trabajo que trabaja en el Instituto de Investigación en Nutrición de ese campus, asegura que este estudio fortalece el vínculo entre las dietas ricas en frutas y verduras y el bienestar mental. “Descubrimos que las personas que consumen más frutas y verduras -insiste- están menos estresadas que las que ingieren menos, lo que sugiere que la dieta juega un papel clave en el bienestar mental”.
Las condiciones de salud mental son un problema cada vez mayor en Australia y en todo el mundo. Aproximadamente, uno de cada dos australianos experimentará un problema de salud mental a lo largo de su vida. En todo el mundo se calcula que, aproximadamente, una de cada 10 personas vive con un trastorno de salud mental.
Dieta, estado de ánimo y estrés
Para Radavelli-Bagatini, algo de estrés se considera normal, pero la exposición a largo plazo puede afectar significativamente la salud mental: “El estrés a largo plazo y no controlado puede conducir a una variedad de problemas de salud que incluyen enfermedades cardíacas, diabetes, depresión y ansiedad, por lo que debemos encontrar formas de prevenir y aliviar los problemas de salud mental en el futuro”.
Los beneficios de una dieta saludable se conocen bien, pero solo uno de cada dos australianos come las dos porciones recomendadas de fruta al día y, menos de uno de cada 10, las cinco porciones de verduras.
Estudios anteriores han demostrado el vínculo entre el consumo de frutas y verduras en la dieta y el estrés en adultos jóvenes, “pero esta es la primera vez que vemos resultados similares en adultos de todas las edades”, recuerda Radavelli-Bagatini.
Aunque los mecanismos moleculares que están detrás de cómo la ingesta de frutas y verduras influye en el estrés aún no están claros, esta investigadora destaca que los nutrientes podrían ser un factor clave. “Las verduras y frutas -detalla- contienen nutrientes importantes como vitaminas, minerales, flavonoides y carotenoides que pueden reducir la inflamación y el estrés oxidativo y, por lo tanto, mejorar el bienestar mental”.
En este sentido, hace hincapié en que tanto la inflamación como el estrés oxidativo en el organismo son factores reconocidos que pueden conducir a un aumento del estrés, ansiedad y un estado de ánimo más bajo. “Estos hallazgos –afirma- fomentan que se haga más investigación sobre la dieta y, específicamente, qué frutas y verduras proporcionan los mayores beneficios para la salud mental”.
La investigación es parte del Instituto de Investigación en Nutrición recientemente lanzado por ECU, que tiene como objetivo investigar cómo la nutrición puede ayudar a prevenir y tratar afecciones crónicas de salud.
Estrés, un sentimiento normal
Según MedlinePlus, el estrés es un sentimiento normal. Hay dos tipos principales de estrés: el agudo, que es estrés a corto plazo que desaparece rápidamente. Puede sentirse cuando se presiona los frenos del vehículo, en una discusión o cuando se esquía por una pendiente. En estos casos, el estrés ayuda a controlar las situaciones peligrosas. También ocurre cuando se hace algo nuevo o emocionante. Todas las personas sienten estrés agudo en un momento u otro.
El otro tipo es el estrés crónico, que tiene una duración prolongada. Se puede tener estrés crónico cuando se tiene problemas de dinero, un matrimonio infeliz o problemas en el trabajo. Cualquier tipo de estrés que continúa durante semanas o meses se considera estrés crónico. El ser humano puede acostumbrarse tanto al estrés crónico que no se dé cuenta de que es un problema.
Además, el organismo reacciona ante el estrés al liberar hormonas. Estas hormonas hacen que el cerebro esté más alerta, causan que los músculos se tensionen y aumentan el pulso. A corto plazo, estas reacciones son positivas porque pueden ayudar a manejar la situación que causa el estrés. Esta es la manera en la que el cuerpo se protege a sí mismo.
Finalmente, el estrés puede causar numerosos síntomas físicos y emocionales. Algunas veces, el afectado puede no percibir que estos síntomas los ocasiona el estrés. Algunos síntomas pueden ser: diarrea o estreñimiento, mala memoria, dolores y achaques frecuentes, dolores de cabeza, falta de energía o concentración, problemas sexuales, cuello o mandíbula rígidos, cansancio, problemas para dormir o dormir demasiado, malestar de estómago, consumo de alcohol o drogas para relajarse y pérdida o aumento de peso.