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‘Tijeras moleculares’, un éxito contra el cáncer

‘Tijeras moleculares’, un éxito contra el cáncer

Representación artística de la ingeniería del genoma utilizando nucleasas CRISPR / Cas. Los diferentes colores de las tijeras representan las enzimas Cas9 dirigidas a distintas ubicaciones en el genoma. Imagen cortesía de L. Solomon y F. Zhang

Los resultados de este ensayo eran esperados con expectación por parte de la comunidad científica internacional: definitivamente, las tijeras moleculares de la tecnología CRISPR son un éxito contra el cáncer. Las células inmunes editadas genéticamente pueden persistir, prosperar y funcionar meses después de que un paciente con cáncer las reciba, según los nuevos datos publicados por investigadores estadounidenses del Centro de Cáncer Abramson, de la Universidad de Pensilvania.

Este trabajo, publicado hoy en Science, demuestra que las células extraídas de los pacientes y trasladadas nuevamente al laboratorio pudieron matar el cáncer meses después de su fabricación e infusión originales. Un análisis posterior de estas células confirmó que se editaron con éxito de tres maneras específicas.

La tecnología CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats) es una herramienta utilizada por los investigadores para corregir el genoma de las células. Con estas tijeras moleculares pueden cortar con gran precisión cualquier molécula de ácido desoxirribonucléico (ADN).

Como subrayan en el estudio, el avance logrado en pacientes con cáncer avanzado es que no experimentaron efectos secundarios negativos y que las células T modificadas persistieron en sus cuerpos durante meses.

Los resultados de este ensayo clínico de Fase 1 sugieren que el enfoque de edición de genes es seguro y factible, lo que hasta ahora ha sido incierto, y los hallazgos representan un paso importante hacia el objetivo final de usar la edición de genes para ayudar al sistema inmunitario del paciente a atacar el cáncer.

Células T editadas con ‘tijeras moleculares’ combaten el cáncer

Gráfico en el que figuran las alternancias genéticas de las células probadas en el ensayo. Firma: Joseph Fraietta /Pennsylvania University

Aunque las terapias diseñadas con células T están avanzando en gran medida en el tratamiento del cáncer, se desconocía si estas células T editadas con tijeras moleculares serían toleradas y sobrevivirían una vez reinfundidas en un humano.

Así, centrándose en tres pacientes de 60 años con cánceres avanzados que no respondían a los tratamientos estándar, Edward A. Stadtmauer y su equipo eliminaron los linfocitos T de la sangre de estos pacientes y utilizaron CRISPR para acabar con genes de las células que podrían interferir con la capacidad del sistema inmunitario para combatir el cáncer.

Luego, los investigadores usaron un virus para armar las células T y atacar una proteína que se encuentra típicamente en las células cancerosas (NY-ESO-1). Infundieron las células nuevamente en los pacientes y monitorearon el injerto celular y la persistencia.

En opinión del doctor Carl June, director del Centro de Inmunoterapias celulares, en el Abramson Cancer Center, y del Parker Institute for Cancer Immunotherapy, en la Perelman School of Medicine de la Universidad de Pennsylvania, «nuestros datos de los primeros tres pacientes inscritos en este ensayo clínico demuestran dos cosas importantes que, hasta donde sabemos, nadie ha demostrado antes. Primero, podemos realizar con éxito múltiples ediciones con precisión durante la fabricación, con las células resultantes sobreviviendo más tiempo en el cuerpo humano que los datos publicados anteriormente han demostrado. En segundo lugar, hasta ahora, estas células han demostrado una capacidad sostenida para atacar y matar tumores«.

Sin efectos secundarios relacionados con la toxicidad

No hubo efectos secundarios relacionados con la toxicidad y las células T modificadas por ingeniería genética se pudieron detectar hasta nueve meses después de la infusión. Este trabajo está basado en investigaciones anteriores que desarrollaron terapias de células T adoptivas dirigidas por el doctor Carl June, quien también formó parte de este estudio.

June recuerda que trabajos anteriores demostraron que estas células pierden su función en cuestión de días, por lo que es «muy alentador el hecho de que las células editadas por CRISPR en este estudio retengan la función antitumoral durante un período de tiempo significativamente más largo después de una sola infusión».

También colaboraron en este trabajo especialistas de la Universidad de Stanford, entre ellos, Kevin R. Parker.

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