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Desvelan cómo el cáncer de próstata evade al sistema inmune

Desvelan cómo el cáncer de próstata evade al sistema inmune

Histología del cáncer de próstata metastásico que se infiltra en el hueso vertebral. Foto: Jensflorian

Investigadores del MD Anderson Cancer Center, de la Universidad de Texas, descubren cómo una forma agresiva de cáncer de próstata conocida como doble negativo (DNPC) origina metástasis en el organismo al evadir las defensas del sistema inmunológico.

Estos científicos, dirigidos por el doctor Filippo Giancotti, explican en Cancer Cell el desarrollo preclínico de una nueva terapia que, cuando se administra en combinación con las inmunoterapias existentes, parece detener e incluso revertir la metástasis en animales de laboratorio.

Esta variante del carcinoma de próstata es difícil de tratar y con frecuencia aparece en pacientes que, previamente, recibieron terapias que inhiben los receptores de andrógenos (AR).

Los AR son conocidos por los clínicos porque estimulan el crecimiento de las células del cáncer de próstata.

Regulador epigenético en el cáncer de próstata

Dr. Filippo Giancotti. Foto: MD Anderson Cancer Center

El doctor Giancotti explica en su trabajo que un regulador epigenético, conocido como el complejo represor de Polycomb 1 (PRC1), coordina el inicio de la metástasis al aumentar la capacidad regenerativa de las células metastásicas y suprimir el sistema inmunológico. De hecho, estimula el crecimiento de vasos sanguíneos tumorales (angiogénesis).

«Los hallazgos abren nuevos enfoques potenciales para el tratamiento de la DNPC que se reconoce recientemente como un nuevo subtipo que surge, al menos en parte, en respuesta al tratamiento con inhibidores de los receptores de andrógenos de próxima generación«, subraya Giancotti.

A través de la selección genética in vivo, este equipo de investigadores identificó la citoquina CCL2 como el principal gen pro-metastático inducido por PRC1. Esa molécula se une al receptor de células tumorales CCR4 para aumentar la capacidad regenerativa y a CCR2 en las células inmunitarias.

Así, crea un microentorno inmunosupresor e impulsa el crecimiento de los vasos sanguíneos del tumor.

Giancotti detalla que «CCL2 también atrae a los macrófagos asociados a tumores (TAMS) y a las células T reguladoras (Treg) que suprimen el sistema inmunológico y estimulan la angiogénesis. Nuestro estudio demostró que apuntar a PRC1 inhibe el reclutamiento de TAMS y Treg, suprimiendo la metástasis del tumor«.

El equipo de Giancotti combinó PRC1 con dos tipos de agentes de inmunoterapia que atrajeron a importantes células inmunitarias T (CD4 y CD8), lo que dio como resultado una inducción máxima de la muerte de células tumorales en ratones.

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